Advierten que la crítica zapatista al sistema político favorece a Madrazo y Calderón
Alienta el abstencionismo el discurso barroco de Marcos, según académicos
Desde la izquierda, y dentro del zapatismo, la crítica es clara: la otra campaña, la que encabeza el delegado Zero, no crea conciencia entre la gente; prescinde de la realidad nacional; no organiza el pensamiento y, por si fuera poco, llama al abstencionismo, coincidieron en afirmar académicos que militan en la izquierda, todos simpatizantes de los insurgentes.
Reunidos en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), advirtieron que mientras más grande sea el número de personas que no vote, más probabilidades existirán de que Felipe Calderón o Roberto Madrazo ganen las próximas elecciones.
Con Andrés Manuel López Obrador, planteó uno de los expositores, hay el beneficio de la duda, pero los dos primeros no se andan por las ramas: "Todos los días nos dicen que nos van a partir la madre".
A iniciativa de un grupo de estudiantes denominado Punto Crítico, fueron invitados para reflexionar sobre la otra campaña y la coyuntura nacional Consuelo Sánchez, profesora-investigadora de la ENAH; Héctor Díaz-Polanco, doctor en sociología por El Colegio de México y miembro del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, y Guillermo Almeyra, profesor de política contemporánea en la Universidad Nacional Autónoma de México, catedrático de la maestría de desarrollo rural de la Universidad Autónoma Metropolitana y colaborador de La Jornada.
Los especialistas sostuvieron que en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, por primera vez el EZLN se definió como anticapitalista y de izquierda.
Consuelo Sánchez presentó un análisis resumido de dicha declaración, y no de- jó de expresar su sorpresa por los contenidos de la misma, incluyendo la postura contra el neoliberalismo y la globalización, así como el hecho de que el EZLN, en voz del subcomandante Marcos, marcó su distancia de Andrés Manuel López Obrador y del PRD.
Para Guillermo Almeyra dicha declaración constituyó un "salto notable en el comportamiento político del zapatismo", porque, explicó, hasta entonces los insurgentes se declaraban "rebeldes, rechazaban ser de izquierda, dijeron que no iban a hacer política y que no les interesaba el poder".
Ahora resulta, continuó, que la otra campaña "está metida en un campo electoral de un modo antielectoral, en vez de poner el acento en un frente único para elevar la conciencia y la organización. El EZLN hace electoral la otra campaña, ante lo cual no hay elevación de la conciencia de la gente".
Consideró que la frase del delegado Zero de que "no hay que mirar a Bolivia" significa que la otra campaña no quiere aprovechar ese ejemplo porque, añadió, "sería hablar de un triunfo electoral".
Para Almeyra resulta positivo que la otra campaña reúna a la gente, pero "es negativo que no responda a las expectativas; políticamente es nula. El discurso de Marcos presenta un vacío conceptual y está lleno de palabras barrocas".
Continuó con la crítica "que hago desde dentro, como zapatista que soy: la otra campaña no organiza el pensamiento y sus organizaciones, no precisamente democráticas, pesan poco y chocan por los sectarismos". Luego hizo referencia al caso de los aparatos de gobierno y del PRI, para enfatizar en la necesidad de ir a votar para cerrarles el paso.
"El problema actual es construir una conciencia más allá de las elecciones; otra relación de fuerzas, otro proyecto de país", manifestó.
Propuso que para el próximo primero de mayo la otra campaña se incorpore a la marcha de los trabajadores detrás del Sindicato Mexicano de Electricistas, con el propósito de buscar un acuerdo con el movimiento obrero.
Para Héctor Díaz-Polanco resulta "imposible" concebir al EZLN sin una actitud crítica, lo que llevaría a desarrollar "un dogmatismo".
Sostuvo que si las cosas siguen como hasta ahora respecto de la otra campaña, se podría dar el caso de que se creara una visión "como las que siempre hemos buscado combatir: el EZLN dogmático y acrítico, que se ve como una especie de marcha triunfal, no trabaja en favor de la causa del propio zapatismo".
Expuso que la política de alianzas de los zapatistas "ha sido extraordinariamente problemática, intolerante y poco comprensiva de la política nacional y de las fuerzas en juego", y advirtió que "ninguno de los que estamos en esta mesa, cuando hacemos esta crítica, la hacemos fuera del EZLN".
Coincidió con Almeyra en que la Sexta Declaración "constituyó un gran salto adelante, al poner las cosas en su lugar", pero consideró que no basta con declaraciones como "somos anticapitalistas", o "somos de izquierda", sino que éstas requieren ser caracterizadas.
"La gran tarea política en este momento para la izquierda es impedir que el neoliberalismo avance un milímetro más en este país", concluyó.