El periodista recibió la Medalla al Mérito Universitario
La UNAM, una patria cultural: Zabludovsky
Ampliar la imagen Jacobo Zabludovsky estuvo acompañado por su esposa Sarita y el rector Juan Ramón de la Fuente. Durante el acto revivió muchos de sus recuerdos como estudiante Foto: Jesús Villaseca
Los muros de tezontle y cantera del Antiguo Colegio de San Ildefonso atestiguaron anoche el retorno de Jacobo Zabludovsky a la escuela. Pero no a tomar clases sino a dictar cátedra de la memoria, del agradecimiento. A enseñar lo importante de un México que quedó atrás pero vive el presente y mira a futuro, y a resaltar ante figuras de la vida nacional el impacto de la educación pública, laica y gratuita.
Sobre todo, Jacobo Zabludovsky, maestro de periodismo -"señor de la palabra. Firme. De pie", dijo de él Andrés Henestrosa en la presentación-, se puso como ejemplo, como producto de esa enseñanza y, por ende, de la Universidad Nacional Autónoma de México, que lo reconoció con la Medalla al Mérito Universitario, porque, como dijo el rector Juan Ramón de la Fuente, ha sido siempre un universitario cabal.
El comunicador, el periodista, pero sobre todo el reportero, aprovechó la ocasión para recordar su vida dentro y fuera de estos claustros. Lo escuchaban su esposa Sarita y sus amigos: el propio De la Fuente, el poeta Andrés Henestrosa, Francisco Aguirre, Miguel Alemán Velasco, Carlos Abedrop, Augusto Elías, José Antonio González Fernández, Guillermo Ortiz, César Buenrostro, Alfredo Harp Helú, Luis Javier Solana, Rolando Cordera, Luz Lajous Vargas, Augusto Elías, José Corral Escalante, Isaac Becker y su familia. La lista era larga.
Ante ellos enseñó lo que aprendió en la universidad, y que no se incluye en la currícula formal: la toma de conciencia de la obligación de participar en los fenómenos sociales y en los conflictos que involucran a los mexicanos en la búsqueda de caminos nuevos. La universidad, dijo, nos enseñó a salir a las calles para construir barricadas y destruir muros.
Definió a la universidad nacional: es la patria cultural. Sólo allí pueden estar becados casi 150 jóvenes de etnias como la amuzga, la chatina, chinanteca, huichol, maya, mazateca, otomí, trique, zapoteca, y otras que forman parte del programa multicultural.
Luego de hacer un repaso sobre los activos físicos, académicos, científicos e intelectuales de la institución, advirtió que México no sería el mismo si varias generaciones de jóvenes sin posibilidades económicas hubieran encontrado cerradas las puertas de los planteles de educación elemental, media y superior. De cara a los presentes subrayó: México estaría en el peor de los subdesarrollos si a la educación universitaria sólo tuvieran acceso quienes tienen dinero.
Previno que, a pesar de todo, la educación pública en México peligra, porque consideró que no parece ser del gusto de las corrientes políticas y económicas dentro del juego de fuerzas actuales de la sociedad. La UNAM cuenta con recursos insuficientes; enfrenta la apatía oficial. "Y, sin embargo, crece todos los días, y cada vez más asombra su fortaleza como baluarte de las mejores tradiciones y valores de nuestra historia."
En ceremonia conducida por Isaac Chertorivski, presidente de la Fundación UNAM, De la Fuente dijo que el joven Zabludovsky, vecino de La Merced, aprendió a entender a México y al mundo a través de una de las instituciones más señeras del país como es la universidad, y que hay valores, principios, anhelos, ideales, ejemplos, que nos pueden ayudar a todos a ser mejores y a buscar la superación.
Dentro del reconocimiento que significa la entrega de la medalla, De la Fuente señaló que el universitario y reportero Zabludovsky ha defendido a su alma máter con inteligencia y valentía en los momentos difíciles.