MEXICO SA
¿Variables fundamentales?, aportación del foxismo a pobres
Dinero de migrantes, tabla de salvamento
Las rebanadas del pastel:
Ampliar la imagen Feria del empleo, otra promesa incumplida del gobierno de Vicente Fox Foto: Jesús Villaseca
EL DESEMPLEO SIGUE al alza, pero los desocupados pueden estar tranquilos. El presidente Fox incumplió su promesa de crear un millón 350 mil puestos de trabajo anuales durante su administración, pero a cambio ya les mandó a decir que la "mayor aportación a los pobres de este país ha sido la disciplina presupuestal, la disciplina macroeconómica; ha sido llevar a nuestra economía a tener las mejores variables fundamentales que nunca antes en la historia haya tenido, como es el caso de la inflación. Qué mejor aportación podemos hacer a un pobre, a una familia pobre con ingresos muy escasos e ingresos normalmente fijos y poco crecientes, que detener la inflación y permitir que ese poco, muy modesto ingreso que tiene esa familia no se deteriore y se pierda año con año".
ES RECONFORTANTE SABER que el gobierno del "cambio" garantiza a los mexicanos que el ingreso que no tienen, porque carecen de empleo, "no se deteriore y se pierda año con año". Es un excelente y sólido mensaje para el millón y medio, aproximadamente, de mexicanos en desocupación abierta, los millones de subempleados y los que de una u otra suerte sobreviven en la economía informal. "Te protejo lo que no tienes, empleo e ingreso, pero puedes presumir que tienes variables macroeconómicas de primer mundo, aunque tu realidad sea de octavo".
MIENTRAS EL PRESIDENTE Fox goza su "mayor aportación a los pobres de este país", el registro laboral del IMSS reporta que en los últimos dos meses se cancelaron alrededor de 120 mil empleos permanentes en la economía formal. A cambio, se crearon 9 mil plazas eventuales. De hecho, el número de permanentes es inferior en 132 mil plazas al reportado el primero de diciembre de 2000, mientras que el de los eventuales resulta mayor en 515 mil.
A SU VEZ, el INEGI dio a conocer los indicadores del mercado laboral, correspondientes a enero de 2006, entre los que destaca el relativo a la desocupación abierta a nivel nacional: al cierre de ese mes, 3.53 por ciento de la población económicamente activa se encontró en esa condición, proporción equivalente a cerca de un millón 550 mil mexicanos mayores de 14 años. Un mes antes, en diciembre de 2005, la tasa de desempleo abierto fue de 2.84 por ciento.
EL INEGI SUBRAYA que ese porcentaje resultó inferior a 4.14 por ciento de desempleo abierto reportado en enero de 2005, aunque obvió mencionar que al inicio del gobierno foxista dicho indicador fue de 1.5 por ciento, de tal suerte que entre diciembre de 2000 y enero de 2006 la desocupación se incrementó cerca de 140 por ciento, eso sí, con pulcras variables macroeconómicas. Al considerar solamente el conjunto de las 32 principales áreas urbanas del país, la desocupación abierta afectó a 4.55 por ciento de la PEA, contra 3.75 por ciento en enero de 2005.
POR LO QUE toca a la población ocupada (inclúyanse los sectores formal e informal, a limpia vidrios y lanza fuegos, payasitos y vendedores de chicles, y demás ejército laboral), el instituto aseguró que en enero pasado en esa condición se encontraban 964 de cada mil mexicanos de 2006. Según su posición en la ocupación, 64.4 por ciento se ubicó como trabajador subordinado y remunerado; 23.2 trabajador por cuenta propia; 7.4 trabajador sin pago, y otro 5 agrupó a los empleadores. La población subocupada representó 5.8 por ciento.
QUIENES SI APROVECHAN lo que Fox le ha regalado al país son los grandes consorcios, quienes sólo le temen a la competencia. Ayer Televisa reportó sus resultados 2005 y entre ellos destaca que la utilidad neta aumentó 37.3 por ciento: pasó de 4 mil 460.4 millones de pesos en 2004 a 6 mil 125.5 millones en 2005. En este segmento sí funciona la sesuda frase del inquilino de Los Pinos: "qué mejor aportación podemos hacer a un pobre, a una familia pobre con ingresos muy escasos e ingresos normalmente fijos y poco crecientes, que detener la inflación y permitir que ese poco, muy modesto ingreso que tiene esa familia no se deteriore y se pierda año con año".
DESDE LA PAZ, Baja California Sur, vía correo electrónico: "en efecto, los altos funcionarios del gobierno y los periodistas que les rinden pleitesía permanente (léase Mari Carmen Cortés, Páramo, Yuste, etcétera) no se cansan de alabar los equilibrios macroeconómico y presupuestal, la lucha antinflacionaria, la solidez del peso y demás sarandajas similares. De las remesas sólo hablan para decir que permiten la sobrevivencia (o, en los términos que ellos usan, a 'elevar el nivel de los ingresos monetarios de las familias de escasos recursos') de los pobres y miserables. Habla de 69 mil millones de dólares de remesas en este último lustro, pero esa es una cifra basada en datos oficiales. Si se tomaran en cuenta, aunque sea a nivel de estimación gruesa, las transacciones extra bancarias, seguramente estaríamos hablando de 100 mil millones, aunque parezca exagerado el cálculo. Pero quedémonos con la cifra oficial. ¿De qué podrían presumir Fox, Gil y Ortiz Martínez, para no hablar de sus paniaguados, si no contaran con esa aportación? Obviamente el crecimiento sería negativo, la fuga de capitales aún mayor, la inflación incontenible y los desequilibrios macro y presupuestal estarían a la orden del día. Pero aún hay más. La salida de divisas ha sido incontenible: más de 70 mil millones en el lustro, tanto como la inversión extranjera, y las remesas se han acumulado como reservas en el Banco de México. Y, ante eso, el brillantísimo Ortiz Martínez propone que se usen para pagar deuda externa, lo cual exige reducir aún más el gasto presupuestal. Por supuesto que hay otras posibilidades. La más fácil sería que el Banco de México comprara parte o toda la deuda pública externa con esa reserva de divisas. Seguramente obtendría descuentos significativos. Después le seguiría cobrando intereses al gobierno federal, pues su banco (de Ortiz Martínez) no puede estar en números rojos. Casi nadie repara en que, como siempre, en éste y en cualquier otro lugar del mundo, son los pobres los que salvan a sus respectivos países, sin hacer alardes de doctorados, inteligencia, sacrificio. Sólo lo hacen por motivos muy personales y casi egoístas: sobrevivir ellos y sus familias" (Leopoldo Zorrilla Ornelas; [email protected]).