Usted está aquí: viernes 24 de febrero de 2006 Cultura Mario Lavista: en épocas de crisis, como la de hoy, la mediocridad toma el poder

El compositor dictó una conferencia magistral en el Cenidim

Mario Lavista: en épocas de crisis, como la de hoy, la mediocridad toma el poder

Critica a la Iglesia católica por permitir ''la entrada del demonio de la chabacanería en la música religiosa''

Políticos y curas tratan como ''un tonto'' al pueblo, deplora

ANGEL VARGAS

Ampliar la imagen Mario Lavista durante su conferencia dentro del ciclo Los compositores y su música: audiciones guiadas, en la que hizo un recorrido por sus partituras religiosas Foto: María Luisa Severiano

Escribir música litúrgica es para Mario Lavista un acto de impugnación. En particular contra ''la política de la Iglesia católica que ha permitido entrar (en su seno) al demonio de la chabacanería y el mal gusto, con las estudiantinas, mariachis y demás música superficial y boba".

Como parte de una conferencia magistral, el creador explicó que fue a partir de los años 60 del siglo pasado cuando esa institución, en un afán populista para atraer más adeptos, dejó fuera a la música religiosa de buena factura, lo mismo que al latín, por considerarla muy compleja y que no era escuchada de manera directa por los feligreses.

Y así, los grandes autores e intérpretes, como sucedió también con los grandes pintores, ''fueron botados", marginados, y su lugar se asignó a ''artistas" más simplistas, dijo.

Pérdida en la sonoridad litúrgica

Desde entonces, explicó Lavista, ''la música religiosa vive una pérdida (...) metió lo más bobo de la música tonal, (cuando) la buena música religiosa es mucho más rigurosa, muy bien estructurada; se necesita de una lógica más elaborada para poder hablar con Dios", agregó.

''Me parece terrible" lo que pasa al respecto dentro de la Iglesia católica, ''pero es un reflejo de la dinámica de la vida cotidiana. Allí tenemos como ejemplo a (Roberto) Madrazo o a Mario Marín", agregó.

''Dice el I Ching, en épocas de crisis la mediocridad toma el poder, y es lo que estamos viviendo. Existe un deprecio del poder hacia lo que es el pueblo, que es visto como tonto, y así lo tratan los políticos y los curas."

La conferencia de Lavista, efectuada el pasado martes, forma parte del ciclo Los compositores y su música: audiciones guiadas, que organiza el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical Carlos Chávez (Cenidim), en el Centro Nacional de las Artes.

Si bien el tema específico a desarrollar era su obra Stabat Mater para ocho violoncellos y coro de cámara -encargo del Octeto Ibérico de Violoncellos que fue estrenado en el pasado Festival Internacional Cervantino-, Mario Lavista aprovechó las dos horas de sesión para describir un recorrido por su repertorio sonoro de tipo religioso.

Esa semblanza incluyó Lamento a la muerte de Raúl Lavista, el Responsorio a la muerte de Rodolfo Halffter y Lacrymosa, además del Stabat Mater, composiciones todas que fueron analizadas mediante grabaciones y partituras en mano por la treintena de músicos, musicólogos y alumnos reunidos en uno de los auditorios de ese centro de investigación.

Puente entre la divinidad y el hombre

Aunque se confesó anticlerical, Mario Lavista aclaró que lo religioso es un aspecto que siempre lo ha atraído desde el punto de vista artístico, ya que, detalló, la música es una forma de tender un puente espiritual entre la divinidad y el hombre, e inclusive consideró que existen obras que ayudan a desprender el alma del cuerpo en el momento de la muerte.

Sin embargo, sostuvo que escribir música litúrgica representa para los autores contemporáneos casi un acto subversivo, ante ''la incultura generalizada" que prevalece en la Iglesia católica, como expresó el compositor.

 
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