CIUDAD PERDIDA
¿A quién defiende la CDHDF?
Lanzada con dedicatoria azul
Comunicar: la forma es fondo
SIN PROVOCAR mayor sorpresa entre los azules, pero sí el enojo y la desconfianza de un importante grupo de colonos de esta ciudad, Emilio Alvarez Icaza se lanzó decidido a defender "los derechos humanos" de los trabajadores de la empresa española Eumex, aunque a decir verdad no nos dijo a qué trabajadores se refiere.
SERIA DIFICIL precisar si se trata de los que van por las calles destruyendo banquetas y alterando el cableado eléctrico, para robar la luz que pagan todos los vecinos de Polanco y las Lomas, entre otros, o si se trata de los de cuello blanco, que defienden a capa y espada un permiso que les extendió Oscar Espinosa Villarreal, último regente priísta -curiosamente un día antes de entregar la administración capitalina-, que permite a los dueños de la empresa usufructuar los dineros de la gente producto de sus impuestos.
LOS REPRESENTANTES de la empresa advierten que en cualquier otra ciudad del país Eumex paga por el consumo de la electricidad para sus anuncios, pero en la capital simplemente se roba la energía, como los tianguistas -si es válida la comparación-, y con ello engrosan sus ganancias.
EL NEGOCIO de la empresa es poner anuncios luminosos que pretenden vender toda clase de artículos. Para hacerlo montan sobre las banquetas unas estructuras fabricadas en metal y acrílico, que lo mismo se pueden hallar en las paradas de los autobuses que en algún camellón, jardín o de plano a mitad de la acera.
PARA INSTALAR estos armatostes, considerados como mobiliario urbano, la empresa envía a un piquete de trabajadores que, como dijimos, lo mismo rompen las banquetas que conectan diablitos o se cuelgan de la red de energía eléctrica tanto pública como doméstica. Y cuando estos trabajadores son sorprendidos por la policía cumpliendo la labor que los encomienda la empresa, son llevados hasta el juzgado correspondiente -como pasaría con usted o con cualquiera que hiciese tal cosa- y salen libres después de pagar la multa respectiva.
TODO ESTO que le contamos significó más de cien páginas de una denuncia del presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal contra las autoridades del gobierno de la ciudad.
FUE CURIOSO, Emilio Alvarez Icaza, desusadamente no dio la cara para señalar lo que considera la "violación sistemática de los derechos humanos de los trabajadores de Eumex", el asunto lo resolvió con un comunicado que despertó la curiosidad de los reporteros que atienden la CDHDF, acostumbrados a enterarse, en rueda de prensa, de las recomendaciones que emite la institución.
PERO ESTO no era sencillo, detrás de Eumex están sus otros trabajadores, los de cuello blanco y corazón azul. Tal vez por eso tiró la piedra y escondió la mano. Sí, detrás de Eumex, como ya es sabido, se encuentran, en el respaldo legal, los panistas Fauzi Hamdan y Diego Fernández de Cevallos.
SEGURAMENTE ES a ellos a quienes defiende Alvarez Icaza. Nada mejor que una recomendación de la institución para que la empresa siga medrando de los recursos públicos, y ninguna mente tan tortuosa como la de semejantes panistas, para urdir tal recomendación y seguir cobrando la asesoría.
DICE ALVAREZ Icaza que la CDHDF no defiende a la empresa, y aunque es una falacia a la que ya le encontró coartada, es muy probable que en virtud de sus preferencias políticas hoy quiera dar apoyo a los abogados panistas, bien metidos en el asunto.
PERO ESO no es lo peor, lo grave es que su lanzada en contra del Gobierno del DF ya acusa sus efectos entre la gente, que en esta ocasión, por primera vez, está en contra de su actuación, ya que si bien la comisión había perdido prestigio con su anterior presidente, ahora, en aras de lo político, sacrifica de nuevo la credibilidad, por señalar su fingida tendencia política.
DE ESA manera y de seguir por ese camino, muy pronto lo que veremos en el mobiliario urbano de Eumex será la propaganda política de los candidatos del PAN. Si no, al tiempo.