El volumen presenta a la creadora como ser humano y su compromiso literario
Plasman en libro el homenaje de Filosofía y Letras a Margo Glantz
Comentan en la Feria del Libro su más reciente trabajo: La historia de la mujer que caminó...
"Cada vez trabajo más sobre los zapatos,me gustan porque están conectados con la cultura"
Ampliar la imagen La escritora durante su asistencia a la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería Foto: Francisco Olvera
El homenaje realizado a Margo Glantz en la Facultad de Filosofía y Letras en 2003 se plasmó en un libro que revela su vida, obra y trayectoria y que dejará fiel testimonio de su polifacética figura y de su amplio quehacer intelectual.
El volumen Margo Glantz: 45 años de docencia, coordinado por María Dolores Bravo y Blanca Estela Treviño, presenta una compilación de ensayos escritos por amigos, escritores, intelectuales y colegas -todos cercanos a la maestra-, quienes presentan a la profesora emérita de la UNAM como una persona cálida, amistosa, generosa y resaltan también su compromiso profesional; lo mismo en la traducción, en la crítica literaria, en la promotoría cultural, en la docencia, en la literatura que en la investigación de "una de sus debilidades", la poeta barroca sor Juana Inés de la Cruz.
La publicación, editada por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, fue presentada la tarde del sábado en el contexto de la versión 27 de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería que concluye el 5 de marzo.
Sobre el libro-homenaje a Margo Glantz hablaron en el salón Rectores Blanca Estela Treviño, María Dolores Bravo, Ignacio Díaz Ruiz y Pedro Serrano,quienes coincidieron en que los ensayos que integran el volumen muestran "la huella imperecedera de su trabajo y de los diversos ámbitos de su vida".
Dice Díaz Ruiz sobre el trabajo: "El libro aludido constituye en varios sentidos un material de excepción; es un documento que ilustra el quehacer de un gremio literario esencialmente universitario, de intelectuales que se reúnen alrededor de Margo Glantz, una figura proteica".
Y refiere sobre la obra cuyo centro de gravitación es Glantz: "Ensayos, evocaciones, registros, historias, secuencias, bocetos, noticias, críticas, síntesis, breves relatos, narraciones biografiadas; variedad de formas que buscan asir lo naturalmente inasible: una personalidad, un temperamento, una naturaleza, un magisterio", integran entre recuentos e historias las 336 páginas del volumen perteneciente a la serie Jornadas.
Lectura cortaziana
En su turno, Blanca Estela Treviño sugiere una lectura "a manera de un juego de piezas y en un orden abierto", en lo que definió como una opción cortaziana.
Mientras que Serrano se refirió a los textos eruditos de Glantz y a otra -dijo- de sus grandes virtudes "el discurso teórico a gran velocidad".
En Margo Glantz: 45 años de docencia, explicó María Dolores Bravo, "está presente la maestra carismática que siempre ha incitado a sus alumnos a un provocador análisis textual, su labor como promotora de la cultura se ha caracterizado por ser generosa y atenta a las tendencias expresivas que surgen y que ella avizora desde sus orígenes.
"Su inclinación por la cocina, la ropa y los zapatos, que son en sí mismos objetos estéticos", también queda registrada y consignada en los textos, agregó.
Al final de la presentación, Margo Glantz agradeció el homenaje organizado en la facultad universitaria en 2003 y "a la persistencia" de los organizadores para que se convirtiera en libro y saliera a la luz.
También leyó fragmentos del discurso, el cual, dijo, es una especie de historia de la Facultad de Filosofía y Letras. En él habló de sus tiempos de estudiante, personajes de aquella época, vivencias y muchas circunstancias que entrelazan su individualidad con el entorno histórico que inicia en 1945 tras su ingreso a la UNAM, a la Escuela Nacional Preparatoria.
MERRY MACMASTERS
El más reciente libro de Margo Glantz, La historia de la mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador (Anagrama), fue el punto de partida de la charla que la también escritora Cristina Rivera Garza sostuvo ayer con la sorjuanista en el marco de la 27 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.
El libro, presentado en fragmentos, cuenta la historia de Nora García, con referencias personales. Rivera Garza quiso saber acerca del sentido de la autobiografía y el "yo" en la novela contemporánea. Para contestar, Glantz se refirió a El mago de Viena, de Sergio Pitol, quien acaba de ganar el Premio Cervantes, libro que se supone que es autobiográfico, porque está planteado a partir del "yo", pero que es un texto que no tiene que ver en absoluto con la novela, contemporánea o en general.
Para Glantz hay muchas novelas contemporáneas que tienen esta problemática de que el "yo" acaba diluyéndose porque en realidad, aunque haya referencias autobiográficas, no necesariamente son las tradicionales. En el caso de Nora García "diría que es como una especie de sicoanalista, es un personaje que me sirve a mí como una pared en blanco para proyectar toda una serie de cosas que me obsesionan y necesito trabajar en forma y en narrativa".
La historia de la mujer... empezó siendo un libro de cuentos. Para integrarlos, Glantz introdujo a Nora García, personaje que le sirvió para suturar esos fragmentos a la manera de una prenda.
Rivera Garza le preguntó a Glantz qué sigue después de la experiencia fragmentaria. "Hay muchas formas de hacer novela -contestó- . Cada persona la hace de la manera que pueda. Hay que ir encontrando una forma que se preste a que se logre expresar lo que esa persona quiere. Si no hubiera eso entonces no lo podría escribir."
Glantz relató que hace muchos años empezó a escribir textos que entregó a su maestro, el novelista Agustín Yáñez, quien se refirió a sus fragmentos como "perlas de un collar sin engarzar". Eso le preocupó mucho a Glantz, quien se quedó paralizada durante largo tiempo; incluso recordó que empezó a escribir "bastante mayor".
El interés por la escritura moderna, continuó, tiene mucha relación con el fragmento. El tipo de texto que practican algunos escritores es muy diverso entre sí. Por ejemplo, Mario Bellatín trabaja textos muy breves y también mucho el fragmento. En el caso de Sergio Pitol, ahora que vive en México, escribe libros sobre autores extranjeros: "Está viajando en la mente, está leyendo y escribiendo textos totalmente fragmentarios, pero tan sabiamente unidos que, como él dice, hay un elemento de alquimia. Por eso llama El mago de Viena a su texto último".
Retomando La historia de la mujer... , Glantz dijo que cuando escribió el primer cuento tenía 20 fragmentos; ahora tiene 60, pero en la próxima edición va a tener 100, porque "cada vez trabajo más sobre los zapatos: me parece más interesante el problema de los zapatos, no sólo porque me fascinan, sino porque están conectados con las formas más importantes de la cultura. Por ejemplo, Teresa de Jesús hizo un cisma religioso simplemente cambiando la vestimenta, que se iniciaba con sandalias abiertas".