Usted está aquí: lunes 27 de febrero de 2006 Espectáculos La belleza de María Félix en el cine, ni un pálido reflejo de la real: Mourigan

El escritor uruguayo realizó un libro, que será presentado hoy en Casa Lamm

La belleza de María Félix en el cine, ni un pálido reflejo de la real: Mourigan

El autor posee una colección con 400 afiches, unas 10 mil fotos, más de mil portadas de revistas de todo el mundo con la imagen de La Doña, que empezó a reunir hace 54 años

MARIANA NORANDI

Ampliar la imagen María Félix en un fotograma de la cinta Faustina, rodada en 1956 por José Luis Sáenz de Heredia Foto: Tomada del libro

Esta noche a las 20 horas se llevará a cabo en la Casa Lamm la presentación del libro María Félix a todo color, de Enrique Mourigan Cluzet (Montevideo 1939). El autor, quien entró en contacto con la actriz por primera vez en 1991, disfrutó de una intensa amistad con ella; en esta obra muestra más de 70 fotografías coloreadas, anécdotas inéditas, amores secretos y un sinfín de pasajes de la vida de la diva, hasta ahora desconocidos.

A muy temprana edad, Enrique Mourigan se enamoró de México por medio de su música, de sus compositores y, sobre todo, del cine. Cinéfilo prematuro, comenzó su gusto por este arte con la película Doña Bárbara, filme en el que María Félix quedaría inmortalizada con el apodo de La Doña. A la edad de siete años la volvió a ver en la pantalla en Enamorada y quedó totalmente cautivado por la belleza de esa mujer.

Pasaron cuatro años y, un día, estando en la playa de Punta del Este, Uruguay, el niño vio salir a María Félix del mar. En ese momento no la relacionó con la actriz porque, "además de tener la cabellera mojada, su belleza en el cine no era ni un pálido reflejo de lo que era en persona".

Esa misma noche, estando en el pasillo del hotel San Rafael con sus padres, vio un tumulto de gente. Al acercarse, María pasó por delante de él y lo miró. En ese instante "tuve la sensación de haber metido los dedos en un enchufe y recibir una descarga eléctrica". Fue entonces cuando se deshizo de toda la colección de fotos de cine que tenía y empezó a recopilar imágenes y afiches de la diva mexicana. Hoy su colección es la más grande del mundo.

Siempre en busca de La Doña

Mourigan estudió relaciones públicas y desde 1976 vive en Barcelona. Su trabajo hizo que viajara mucho y en cada país que visitaba buscaba un tianguis donde comprar fotografías de La Doña. Su colección tiene 54 años y cuenta con 400 afiches internacionales (además de todos los mexicanos), unas 10 mil fotografías, más de mil portadas de revistas de todo el mundo y un pequeño portarretrato de ébano, cuyo cristal tiene pintado el rostro de María Félix, quien se lo había regalado a Agustín Lara cuando empezaban a ser novios. "He gastado mucho dinero comprando fotos. Por un afiche pagué mil dólares, y al fotógrafo húngaro Jano Gyenes le compré 10 de las últimas fotografías que le hizo en 1990 por mil dólares. Esa colección está en España, pero mi sueño hubiera sido donarla a su casa de Polanco si en ella se hubiera hecho un museo. Desgraciadamente se vendió."

Como la gran mayoría de las fotos eran en blanco y negro, fueron sometidas a un sistema computarizado por medio del cual se colorearon, "porque María era una mujer de colores. Además, yo sabía de qué color eran sus vestidos, su color de piel o el sonrojo de su mejilla, por lo que son colores muy reales".

Además de estas fotografías, el libro, dividido en pequeños capítulos de tono coloquial, narra la historia de María desde sus inicios cinematográficos hasta su muerte. En esa narración, el autor intercala algunas vivencias con ella y secretos que la actriz le confesó, como su relación sentimental con Marlon Brando o su ruptura con Edith Piaf a raíz de su relación con una amante de Marlene Dietrich.

En 1991, Enrique, su hijo, buscaba fotos para un libro homenaje de los 50 años de la carrera cinematográfica de su madre. Contactó con Mourigan, quien le entregó 40 imágenes. A los 20 días, estando en Barcelona, Mourigan recibió una llamada de María Félix a la una de la mañana. "¿Enrique Mourigan?", le preguntó. "Perdone si lo despierto, pero me dijo mi hijo que usted tiene una gran colección de fotos mías." "No me despierta", contestó el escritor. "Estoy soñando." A partir de ahí, una profunda amistad los unió para siempre.

Rompe el mito de una mujer inexorable

En este libro, el autor rompe con el mito de una María Félix inexorable para dar paso a una mujer sin límites, inteligente, culta y gran sentido del humor. Según el autor, con él era "cariñosa; inclusive, a veces me trataba de manera muy maternal".

Mourigan ya le había comentado a la actriz su intención de escribir este libro, a lo que ella le había contestado: "aviéntate y ponlo todo. Ponle biografía no autorizada y hazla, pues tú sabes más de mi vida que yo misma".

El autor había hablado cinco días antes de su muerte con María. Ella le había prometido entregarle unas copias de unas fotos, promesa que no le dio tiempo de cumplir. Hoy Mourigan lanza este libro, "hecho con el corazón y sin ninguna intención de ofender, sino de informar".

Quizá no sea una biografía muy amplia, pero sí es una muestra de su pasión por la actriz, por la estrella, por la mujer y por la amiga. "Es el primer libro que sale después de su muerte y, para mí, es como un soplo de aire, porque hablo de su vida, no de su muerte. Ella sigue viviendo para mí y no quiero recordar ni escribir sobre ese episodio final."

 
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