Exigen participantes que responsables de estos casos rindan cuentas al pueblo
Condenan en foro de la Casa Lamm pederastia y explotación de obreros
Ampliar la imagen Angel Guerra; Ahmed Mulay Ali Hamadi, embajador de la República Arabe Saharahui Democrática; Claudia Barona, y Miguel Alvarez, durante el foro en la Casa Lamm Foto: María Meléndrez
Los integrantes del foro México y el Mundo Actual, que sesiona en el Centro de Cultura Casa Lamm, condenaron la "larga cadena de injusticias que el capitalismo neoliberal impunemente comete en contra de los sectores más desprotegidos de nuestro país". Entre ellos, las redes de pederastas que cuentan con la protección del poder público o pretenden eliminar la libertad de expresión, así como aquellas que explotan hasta la muerte a sus obreros.
En un pronunciamiento conjunto exigieron que todos los funcionarios inmiscuidos en estos casos, en el que incluyeron la expropiación de recursos a trabajadores (caso Cooperativa Pascual), las denuncias de Lydia Cacho, los abusos de empleados en las maquiladoras de Kamel Nacif y la muerte de 65 mineros en Pasta de Conchos, Coahuila, le rindan cuentas al pueblo mexicano.
"Exigimos respeto a los derechos laborales y humanos del pueblo trabajador, y declaramos que hacemos responsables a los funcionarios, encabezados por los gobernadores de Puebla, Mario Marín, y sus subordinados, así como al mandatario de Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía -e incluyeron también al secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Miguel Angel Yunes- de cualquier agresión que sufran Lydia Cacho (la periodista) y Martín Barrios (presidente de la Comisión de Derechos Humanos y Laborales del Valle de Tehuacán)".
De la misma manera reclamaron al secretario del Trabajo y Previsión Social, Francisco Javier Salazar Sáenz, y a los dueños de Industrial Minera México cuentas sobre lo acontecido en Pasta de Conchos, en el municipio de San Juan de Sabinas, Coahuila. Pero sobre todo, "se aplique todo el peso de la ley a los responsables de los 65 homicidios" ocurridos en aquel lugar.
Luego de su pronunciamiento, participaron en la mesa convocada por este diario "30 aniversario de la República Arabe Saharaui Democrática". Angel Guerra indicó que el asunto se determinó analizarlo por ser el único caso colonial no resuelto en Africa. Recordó que después de que España entregó el territorio del Sahara Occidental y Río de Oro a Marruecos y Mauritania, inició una guerra "muy sangrienta" que duró 15 años y que concluyó en una situación de "no paz y no ver", porque el pueblo saharaui sigue con una gran parte de su territorio ocupado.
El representante diplomático de dicha comunidad en México, Ahmed Mulay Alí, recordó que su pueblo sigue luchando por la libertad y la independencia, lo que provocó que más 550 personas terminaran como presos políticos, pero también defendió que nunca han enviado a un niño a la guerra. "A todos los mandamos a estudiar. Cuba -recordó- nos abrió sus puertas. Miles han estudiado 12-13 años y han vivido allí". Nosotros, se definió, "no somos soldados, somos combatientes". Los primeros, afirmó, reciben paga y van por dinero. Los segundos "luchamos por nuestra tierra y por nuestra dignidad". Invitó a movilizar a los países latinoamericanos para apoyar a esta nación hispanoparlante para frenar la guerra y llegar a la paz.
Claudia Barona, profesora del Tecnológico de Monterrey, campus Cuernavaca, cuyo doctorado es en estudios árabes e islámicos, recordó que una de las cosas que se discute es si el pueblo existe. Lo interesante, afirmó, es que no tienen una estrecha relación los estados de refugiados, y el que se constituyera en Estado soberano. Sobre él podemos decir que "la memoria histórica se mantiene, hay un problema que existe, hay una nación que existe. Este pueblo se mantiene por su propia cultura, su propia lengua y su propia historia", subrayó.
A su vez, Miguel Alvarez, activista de la causa y director de Serapaz, recordó que la mayor parte de la gente en aquellos lugares vive fuera de su territorio, "en campamentos, en condiciones infrahumanas".
En el contexto internacional, afirmó, el agotamiento de la Organización de las Naciones Unidas, al arbitrio de los poderosos "hoy no puede ser el esquema que brinde las condiciones de paz del pueblo saharaui", así como persisten las pretensiones de Estados Unidos y la Unión Europea por no brindar una salida justa, conminó a que "nosotros asumamos como parte de una necesidad nueva el preguntarnos cuál es el detonador que pueda hacer visible la causa justa y de paz".