Siete de las ejecuciones ocurrieron en Sinaloa
Murieron ayer 13 personas a manos de presuntos narcos
Ni trayendo a la FBI se acabará la violencia: Torreblanca
Trece personas fueron ultimadas ayer por pistoleros presuntamente al servicio de narcotraficantes en Sinaloa, Tabasco, Chiapas, Tamaulipas y Guerrero, cuyas autoridades no han dado con el paradero de los responsables.
Siete de las 13 ejecuciones se perpetraron en los municipios sinaloenses de Culiacán, Elota y Navolato. En este último, la madrugada de ayer fueron localizados los cadáveres de tres hombres, dos de ellos identificados como Cleofas e Ignacio Pérez Quintero.
Más tarde, en las colonias Díaz Ordaz y 21 de marzo, de Culiacán, fueron asesinados Ricardo Alonso Osuna Jactes y José Alonso Beltrán, respectivamente.
A un costado de la maxipista Culiacán-Mazatlán, municipio de Elota, fueron ultimados dos individuos aún no identificados, cuyos cuerpos estaban envueltos en cobijas.
El titular de la Procuraduría General de Justicia de Sinaloa, Luis Cárdenas, insistió en que el combate a la delincuencia no es responsabilidad única de la dependencia a su cargo, sino de autoridades de los tres niveles de gobierno.
Mientras tanto, en Tabasco, fuentes de la policía confirmaron dos ejecuciones en el municipio de Emiliano Zapata, limítrofe con Campeche. En un domicilio de esa localidad fue hallado el cuerpo del ganadero Melchor Manuel Alvarez con 20 impactos de bala. Presumiblemente el occiso es originario de Guatemala.
El otro homicidio ocurrió cerca del parador turístico de esa demarcación, por la entrada a la comunidad del Pedregal, donde en una camioneta color arena, con placas del estado de México, fue encontrado el cadáver de José Luis Cruz Pérez con un balazo en la cabeza. En el sitio se hallaron dos casquillos de rifle AK 47, así como una granada de fragmentación.
En el vecino estado de Chiapas, específicamente en el municipio de Huehuetán, el joven Santiago Crispín Rodríguez fue ultimado de dos balazos en la cabeza por un grupo de desconocidos, informó el comandante de la policía municipal, Severo Espinoza.
En Nuevo Laredo, Tamaulipas, Pedro Guadalupe Dávila fue asesinado con al menos dos tiros cuando se encontraba a unos metros de su domicilio. En el lugar se encontraron tres cartuchos percutidos calibres 40 y 9 milímetros.
Dos horas después de ese homicidio, en la colonia La Joya de ese municipio fronterizo fue hallado el cuerpo de una persona, no identificada hasta el momento, con impactos de bala, informaron las autoridades.
En ese contexto, el director de la policía investigadora ministerial de Guerrero, Eric Montúfar, informó que ayer por la mañana, cerca de la comunidad de Jalapa, ubicada en el tramo de la carretera que va de Chilpancingo al municipio de Chichihualco (Leonardo Bravo), en la zona centro, fue encontrado el cadáver de una mujer de entre 20 y 25 años con un balazo en la frente y semicalcinada.
Al referirse a los recientes hechos violentos en la entidad, el gobernador del estado, Zeferino Torreblanca, declaró que ni trayendo a la policía británica de Scotland Yard o a la estadunidense FBI (Oficina Federal de Investigación, por sus siglas en inglés) se acabará la violencia y la inseguridad que priva en Guerrero, y agregó que se requiere la participación de todos los sectores de la sociedad.
"Negociar" con los narcotraficantes, propone un diputado federal
El diputado federal priísta Humberto Martínez de la Cruz consideró que ante la imposibilidad de los tres órdenes de gobierno para frenar los asesinatos perpetrados por narcotraficantes durante el último año en Tamaulipas, "se debería negociar con ellos, porque es un mal con el que no podemos".
Javier Valdez, René Alberto López, Carlos Figueroa, Sergio Ocampo, Martín Sánchez y Notimex