Ola de bombazos pone en evidencia que hay zonas iraquíes "sin ley ni control"
Jornada de violencia sectaria en Irak deja al menos 60 muertos
Rechaza el gobierno la cifra de mil 300 decesos desde el ataque a la Mezquita del Domo Dorado
Ampliar la imagen En Baquba, al norte de Bagdad, fueron encontrados ayer nueve cuerpos baleados, en lo que las autoridades consideraron crímenes de la violencia sectaria que afecta a Irak desde la semana pasada Foto: Reuters
Bagdad, 28 de febrero. La violencia sectaria seguía causando estragos en Irak el martes, cuando una serie de coches bomba, ataques suicidas y disparos de mortero mataron al menos a 60 personas. Al mismo tiempo hay afirmaciones de que hasta mil 300 murieron a causa de la violencia sectaria que se disparó tras la destrucción, la semana pasada, de uno de los santuarios chiítas más sagrados del país. El gobierno, en una declaración, insistió en que el saldo mortal es mucho menor.
Dos explosiones en barrios chiítas del norte de Bagdad, dejaron al menos 15 muertos y 72 heridos. La policía dijo que un coche bomba estalló en la mezquita Abdel Hadi Chalabi, en el barrio de Hurriyah. Fuego de mortero en el santuario de Kadhim, en el barrio de Kazimiyah, al otro lado del río Tigris, dejó saldo de un muerto y diez heridos.
Horas antes la policía afirmó que 23 personas murieron por el estallido de una bomba en un expendio de combustible en el este de Bagdad y al menos siete murieron en otras dos explosiones; una de ellas fue un coche bomba que detonó en una calle muy transitada cerca del río Tigris.
Destruyen mezquita en Tikrit
Casi 120 personas resultaron heridas en bombazos. Una de las explosiones destruyó una mezquita sunita en Tikrit donde está sepultado el padre de Saddam Hussein. A propósito, el juicio al derrocado líder se reanudó el martes, y la fiscalía presentó documentos que, dijeron, daban constancia de que el ex presidente aprobó la ejecución de más de 140 chiítas en 1984.
En tanto, hay reportes de que mil 300 personas murieron la semana pasada como resultado de la extendida violencia sectaria que comenzó a raíz de la destrucción con explosivos de un santuario chiíta en la ciudad de Samarra. Funcionarios de la morgue de Bagdad dijeron que han recibido cientos de cuerpos. La cifra de mil 300 es al menos el triple de la que anteriormente fue proporcionada por el ejército estadunidense y representa más del promedio mensual de cuerpos recibidos en el servicio forense.
El primer ministro iraquí desechó esta cifra en una declaración en la que afirmó que 370 personas fueron asesinadas en un periodo de seis días. También desmintió reportes del Washington Post que indicaban que eran más de mil decesos.
Los últimos atentados con bomba subrayan el hecho de que hay zonas de Irak sin ley ni control, y evidencian la incapacidad de las fuerzas de seguridad iraquíes y las tropas estadunidenses de proteger a la población.
La semana pasada, el saliente jefe de la misión de derechos humanos de la ONU para Irak, John Pace, reveló que hasta tres cuartas partes de los cadáveres que llegan a la morgue de Bagdad han sido ejecutados sumariamente, o bien, muestran signos de tortura. Culpó de estos asesinatos a los escuadrones de la muerte controlados por el Ministerio del Interior.
Pace dijo también que la falta de seguridad es parte de un círculo vicioso que ayudó a alimentar la violencia sectaria. Ante la ausencia de las fuerzas de seguridad, los ciudadanos comunes recurren a grupos extremistas que les ofrecen protección.
El presidente George W. Bush evadió el martes preguntas sobre los planes de retirar las tropas de Irak, al tiempo que nuevas encuestas revelaron que prácticamente uno de cada cuatro estadunidenses cree que los 136 mil soldados en Irak deben volver a casa.
Tampoco dijo nada de la responsabilidad de Estados Unidos de mantener el orden. En vez de eso, sugirió que Irán está detrás de la reciente violencia sectaria y aseguró el pueblo iraquí debe elegir entre "el caos y la unidad". Agregó: "Obviamente algunos están tratando de sembrar la semilla de la violencia sectaria. Destruyen para crear el caos".
Al tiempo que la violencia continuaba sin tregua, el embajador estadunidense en Irak, Zalmay Khalilzad, advirtió que podía haber nuevos brotes y aseguró que Irak ha llegado "al borde de la guerra civil". Los ataques de hoy, aparentemente coordinados, han destruido cualquier esperanza de que en breve se forme un gobierno de unidad nacional que reúna en un gabinete a la dominante comunidad chiíta al lado de la minoría sunita.
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca