Hoy presentarán libro sobre el tema, realizado por la especialista y Javier Flores
Biomédicas, de las áreas científicas con más mujeres: Norma Blázquez
Ampliar la imagen Norma Blázquez lleva más de 10 años en el estudio del tema Foto: Roberto García Ortiz
A escala mundial y nacional, sólo 30 por ciento de la comunidad científica es de mujeres. ¿Por qué la ciencia ha sido siempre un área de conocimiento restringido para los hombres? ¿Tiene la mujer menos aptitudes para este campo o es un problema educacional? ¿Por qué el feminismo no ha encontrado un caldo de cultivo en la ciencia, siendo ésta un terreno donde los hombres han puesto siempre sus reglas? Temas como éstos, de género y ciencia, se abordarán hoy en la presentación del libro Ciencia, tecnología y género en Iberoamérica, editado por Norma Blázquez Graf y Javier Flores, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
La editora e investigadora platica al respecto.
-¿Cómo surge este libro?
-Llevo más de 10 años trabajando en el tema de ciencia y género. Tuve la oportunidad de ir a un Congreso Iberoamericano de Género, Ciencia y Tecnología en Argentina y ahí todas las latinoamericanas acordamos que era muy importante que tuviéramos espacios donde exponer el tema y escribir en español porque, como esta cuestión surge en el mundo anglosajón, casi todo esto está en inglés. Este congreso es bianual y se hace un año en España y otro en América Latina. En 2002 fui a Madrid y me ofrecieron que México fuera la sede para el congreso de 2004. Así que hicimos un encuentro nacional para ver quiénes estaban tratando este tema. Este libro es una recopilación de los mejores trabajos del congreso nacional y del iberoamericano de 2004.
-¿Por qué la ciencia siempre ha estado más reservada para los hombres?
-Cuando surge la ciencia moderna, en la Edad Media, las mujeres tenían prohibido entrar a las universidades. Entonces se forman en los conventos y en los círculos elitistas. Después, ya en el siglo XIX, la mujer empieza a incorporarse a la universidad, pero en áreas más propias de los roles sociales femeninos, como magisterio, salud, trabajo social, sicología, educación y humanidades.
"Actualmente, en México, sólo 2 por ciento de la población cursa educación superior. Y, de ese 2 por ciento, la mitad son mujeres. En los años 60 las mujeres éramos el 30 por ciento, y en los 90 esa cifra se emparejó. Pero sigue habiendo más mujeres en las áreas de ciencias sociales que en ingenierías, matemáticas o física. Es una cuestión histórica, de educación. Desde niñas hay un condicionamiento de que la ciencia es muy difícil.
"Hay un estudio que afirma que las mujeres aprenden mejor matemáticas cuando están en clases con otras mujeres que cuando están con los hombres, porque no hay tanta competencia y rivalidad. Los hombres, como están educados con más autoestima, tienen más éxito en las carreras profesionales. Inclusive en neurobiología y en biología había investigaciones para demostrar que teníamos cerebros más chicos y así demostrar que éramos menos evolucionadas sicológicamente. El año pasado el director de Harvard dijo que las mujeres no éramos inteligentes y que nos regresáramos a nuestras casas. Finalmente tuvo que renunciar por esa afirmación. La incorporación de la mujer a la ciencia va cambiando y aumentando."
-¿En qué áreas ha habido mayores cambios?
-En biología, medicina, veterinaria, odontología y en todas las áreas biomédicas han entrado más mujeres. En esas áreas se han dado más cambios conceptuales, por ejemplo, se ha empezado a cuestionar todo lo que tiene que ver con el cuerpo, la sicología y la sexualidad de la mujer. Pero hay áreas como ingeniería civil o minera, donde las mujeres aún no entran. Todavía, en las plataformas petroleras no hay ni dormitorios ni baños para mujeres.
Al principio les parece bonito
-¿Cómo reciben los hombres a esas mujeres que entran en los espacios que siempre habían sido su terreno?
-Al principio les parece muy bonito, pero luego se vuelve difícil porque todavía hay muchos mitos de que no somos tan capaces ni dedicadas y que, al casarnos, vamos a abandonar la investigación.
-¿Cómo recibe el mercado laboral a la mujer científica?
-Hay menos mujeres en puestos directivos y, a veces, sus salarios son menores aunque tengan la misma preparación. Esto se da porque muchas buscan trabajo de media jornada para atender la maternidad.
-¿Qué mitos existen alrededor de las científicas?
-Que son calculadoras, inteligentes, feas, descuidadas en su aspecto... pero no es así, hay de todo. Lo que sí es cierto es que casi nunca hablan de feminismo, porque es algo personal y no tiene nada que ver con la investigación. En cambio, en ciencias sociales todo lo que hacen tiene que ver con su propia vida y son muy sensibles a las cuestiones de género. Las científicas son menos sensibles a estos temas y no lo externan, porque no lo ven como algo social. Eso va cambiando y al incorporarse el tema de género a la investigación científica hace que las cosas se abarquen desde otra perspectiva. Es una nueva herramienta de trabajo.
-¿Cuál es el objetivo de este libro?
-Por un lado, se trata de difundir lo que se está haciendo en el tema de ciencia y género en el mundo de habla hispana. Y, por otro, unir dos campos, ciencia y mujer, que siempre han estado separados. No sólo conocer cómo las mujeres estudian la ciencia, sino cómo la modifican. ¿Las mujeres generamos conocimiento diferente al de los hombres? Hay quienes creemos que sí porque estamos condicionadas desde antaño de diferente manera. No porque tengamos más o menos inteligencia, sino porque tenemos maneras distintas de ver el mundo. Y al ver el mundo distinto, nos hacemos preguntas distintas.
La presentación el libro se llevará a cabo hoy, a las 12 del mediodía en el auditorio del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias de la UNAM, Torre II de Humanidades, cuarto piso.