Es considerado un agudo analista de la sociedad
Tom Wolfe cumple 75 años y sigue en la hoguera de las letras de EU
Nueva York, 28 de febrero. Para los grandes de la literatura estadunidense, Norman Mailer y John Updike, es ''entretenimiento de masas, pero no literatura'' lo que sale de la pluma de Tom Wolfe.
También John Irving se quejó de la ''locuacidad'' de su colega y se manifestó incapaz de terminar la primera y más conocida novela de Wolfe, La hoguera de las vanidades.
Pero a este dandi del sur trasladado a Nueva York le da claramente igual lo que piense el establishment literario.
Hace poco Wolfe apareció como invitado en la serie de dibujos animados Los Simpson. La caricatura del escritor se dejaba tirar cacao sobre su traje a la medida color crema, para luego, tranquilamente, quitarse la chaqueta y exhibir un flamante traje banco debajo.
El periodista y escritor, nacido en Richmond, estado de Virginia, cumplirá 75 años este jueves 2 de marzo.
Tom Wolfe siempre se adelantó a su época. En los años 60 creó el concepto nuevo periodismo con sus crónicas sociales literarias.
Pero también en el ámbito de la autopromoción, el más bien conservador Wolfe fue un precursor, mucho antes de que la creación de una imagen propia se convirtiera en pieza esencial de una gran carrera.
Como escritor tiene un estilo muy personal. Escribe de forma polémica, metafórica, folletinesca. Maneja con habilidad teorías de grandes filósofos como Sócrates, Descartes y Nietzsche, y se sirve lingüisticamente de la música pop, el lenguaje juvenil y sobre todo, en sus primeras obras, de las onomatopeyas.
Es considerado un agudo analista de la sociedad y el espíritu de los tiempos, que para cada década encuentra la expresión literaria apropiada.
Su obra más reciente Soy Charlotte Simmons, fue calificada de superficial en las secciones de cultura de los diarios estadunidenses, como análisis polémico de una juventud sin escrúpulos y la inmoralidad de nuestro tiempo.
El libro trata de una joven estudiante de provincias que pronto comprende que moda, deporte, sexo y fiestas -y no el intelecto- son lo que constituyen una imagen cool. Algunos pensaron que Wolfe describió muy bien la actual sociedad estadunidense y su conservadurismo.