Se abrirán el "baño de los placeres" y el refectorio del ex convento
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Detalle del baño de los placeres, que se abrirá dentro de poco
Foto: Cristina Rodríguez
El próximo mes se abrirán al público el "baño de los placeres" y el refectorio o cocina del ex convento de Churubusco, espacios recién rehabilitados que desde 1981 permanecían ajenos al recorrido que evoca la vida conventual novohispana, pues fungían como caseta de vigilancia y sala de usos múltiples, respectivamente.
Se trata de la primera gran restauración en 25 años, derivada de un amplio programa de investigación en el recinto que alberga al Museo Nacional de las Intervenciones (MNI).
Con una inversión de poco más de un millón de pesos, a fines de marzo comenzarán a funcionar, además, en el claustro de novicios y caballerizas del convento (área que ocupaba la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía) el departamento de comunicación educativa y un centro de documentación y consulta, cuya parte medular la conforma el valioso Archivo Histórico Churubusco.
Este acervo consta aproximadamente de 800 documentos manuscritos, de los siglos XVII al XIX, con información referente a la orden de San Diego, rama de la Tercera Orden de Franciscanos, cuyos primeros frailes llegaron a la Nueva España en 1576.
Los hallazgos arqueológicos realizados el año pasado, tanto en el refectorio como en el llamado "baño de los placeres", revelan que el ex convento "aún guarda muchos secretos" de la época colonial, inclusive hay varios elementos hallados que "cambian toda la percepción que hasta la fecha teníamos sobre el inmueble", señaló en entrevista con La Jornada el historiador Raymundo Alva Zavala, jefe del departamento de promoción cultural del MNI.
Para este año, agregó, se espera iniciar la remodelación integral del jardín para convertirlo en una réplica, lo más fiel posible, de un huerto colonial del siglo XVIII.
En ese lugar trabajan especialistas de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, quienes retirarán árboles muertos, atenderán los enfermos, quitarán los que no pertenecen a la época y tratarán de ubicar, mediante un estudio del polen, las plantas que se cultivaron en el espacio.
Además, arqueólogos del INAH realizarán diferentes excavaciones en el jardín con base en un mapeo realizado con un radar en el que se localizaron los puntos donde se encuentran vestigios, para determinar a qué periodo corresponden.
En el refectorio el público podrá apreciar a través de dos ventanas arqueológicas (colocadas en el piso) vestigios arquitectónicos del siglo XVII (un sistema de drenaje, un lavamanos, dos crujías), con los que se puede comprobar que luego de una gran inundación ocurrida en la zona en el siglo XIX, los frailes dieguinos rellenaron con tierra algunas zonas (metro y medio), por lo cual quedó intacta la estructura original del edificio.
El "baño de los placeres" era una especie de spa novohispano, el lugar a donde acudían los monjes enfermos, a curarse con plantas medicinales prehispánicas, europeas y asiáticas, vapor de temazcal y hasta con elementos de "medicina negra" (saliva, lágrimas, cerumen y sangre).
El proyecto de rehabilitación del ex convento de Churubusco está enfocado no sólo al rescate de la historia del lugar, "sino de la historia social de un importante sector de la población de la Nueva España que son los claustros religiosos. Con el silencio de sus muros estos espacios nos relatan muchos detalles de esa historia: su concepción del cuerpo, la salud, la alimentación", detalló Alva.
Los vestigios de la vida conventual novohispana conviven con la colección del Museo Nacional de las Intervenciones, la cual se compone principalmente de litografías, banderas, armas, mobiliario y accesorios tanto civiles como militares del siglo XIX, combinados con diferentes reproducciones que permiten recrear museográficamente los hechos históricos de las distintas intervenciones extranjeras que sufrió México.
Para conocer los rincones del ex convento de Churubusco se realizan todos los domingos visitas guiadas dramatizadas. Los recorridos dominicales empiezan a las 12, 13:30 y 14:40 horas. El cupo está limitado a 40 personas por función.
Mónica Mateos-Vega