La Suprema Corte tendrá su egoteca
453 retratos de ministros a lo largo de 180 años; $14 millones, gasto sólo por imágenes
Ampliar la imagen Las paredes del primer piso de la Suprema Corte de Justicia de la Nación albergarán de manera permanente los retratos al óleo de todos los magistrados que han pasado por el máximo tribunal a lo largo de su historia. Por lo pronto, en uno de los corredores ya se exponen algunas de las imágenes. Para expertos en museografía, ''tal cantidad de cuadros es un exceso'' Foto: Francisco Olvera
Oficialmente se le conoce como el proyecto artístico Retratos vivos. Consiste en colocar 453 imágenes de los magistrados que han integrado la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a lo largo de 180 años. Extraoficialmente se dice que se trata de una egoteca en la que los ministros ''pasarán a la historia'' al formar parte de una colección inédita que convertirá en sala permanente de exposiciones prácticamente todas las paredes del primer piso de la Corte.
Con el pretexto de que los recursos para esta obra fueron aportados por un fideicomiso de la Secretaría de Educación Pública, la presidencia de la SCJN se negó a revelar el monto económico del proyecto, que se prevé concluir en cinco meses. Sin embargo, fuentes judiciales consultadas revelaron que el costo ronda los 14 millones de pesos, sólo en elaboración de retratos, sin contar la reparación de centenares de metros cuadrados de paredes del edificio de Pino Suárez 2, los cuales son tratadas con pintura especial para colocar las imágenes. A ello se suman los gastos de iluminación y equipamiento de las paredes, así como los de una nueva estructura burocrática integrada en la Dirección de Proyectos Artísticos y Culturales de la Secretaría General de la Presidencia y Oficialía Mayor.
De acuerdo con la directora general del proyecto, Paola Pineda, serán 45 los "retratistas" encargados de la obra. Se estima que cada artista se hará cargo de 10 retratos, con costo unitario aproximado de 30 mil pesos.
En entrevista para una publicación interna del Poder Judicial de la Federación -la funcionaria se negó a platicar con este diario sobre el proyecto-, Pineda dijo que se buscó a 45 pintores para tener "45 maneras distintas de representar el retrato". Su reconocimiento y seriedad son garantía de "muy buen" trabajo, expresó.
Aunque no menciona la forma en la que se eligieron, se supo que fue por análisis de su obra, por concurso o por recomendación de funcionarios de la Corte, de la Secretaría de Educación Pública o del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Las obras -10 de ellas ya se exponen en uno de los corredores del primer piso de la Corte- son elaboradas en bastidores de lino de 40 por 50 centímetros y se prevé que prevalezcan en los óleos los pigmentos negros, blancos, rojos, tierras, naranjas, azules, verdes, violetas y amarillos.
La idea del proyecto, informó Pineda, es colocar los retratos en orden cronológico y que se conjunten en armonía con los murales de José Clemente Orozco que hay en el primer piso.
A diferencia del optimismo expresado por la funcionaria, expertos consultados comentaron que colocar 453 retratos es poco práctico desde el punto de vista museográfico, porque tal cantidad de cuadros sólo provocará cansancio entre los visitantes.
"En un exceso", señalaron especialistas, quienes agregaron que cualquier exposición requiere de un espacio adecuado, y si en cada tramo de pared se van a atiborrar 10 retratos difícilmente se cumplirá con la idea del proyecto.
De los 60 retratos que ya están listos, la mayoría son de los 11 ministros que actualmente integran el pleno de la Corte. Algunos reconocen que no son muy partidarios de la idea, pero que la tentación de ver un óleo con su efigie no es del todo despreciable. Además, señalan que fue una decisión del ministro presidente, Mariano Azuela Güitrón, en homenaje "a quienes los antecedieron en el cargo".
Así las cosas, en las paredes de la Corte se rendirá un reconocimiento lo mismo a Ernesto Díaz Infante, quien fue procesado penalmente por haber sido sobornado para que interviniera en favor de la liberación de Alejandro Braun Díaz, conocido como El Chacal de Acapulco, quien fue acusado de matar y violar a una menor en 1987; Miguel Montes García, quien fue el prototipo de los ministros designados por el presidente en turno más por razones políticas que por merecimientos jurídicos; hasta ministros que forman parte de la "historia negra" de la Corte, sobre los cuales se conocen internamente historias de corrupción, pero que hacia fuera mantenían una imagen inmaculada "para no afectar al Poder Judicial Federal".
En 2002, al término de su gestión, el entonces presidente el máximo tribunal, Genaro David Góngora Pimentel, inició estos "homenajes" con la creación de una Sala de Presidentes de la Suprema Corte, en la que se colocaron retratos de todos los que presidieron ese órgano colegiado desde su fundación; cuatro años después, su sucesor, Mariano Azuela Güitrón, no se quiso quedar atrás y ordenó el acondicionamiento de práticamente todas las paredes del primer piso de la sede de la Corte para colocar 453 óleos de juzgadores en activo y del pasado.