Se advierten pocos cambios en la nueva etapa de campaña del panista

Calderón pide rechifla para acallar a un hombre que solicitaba su ayuda

Visita municipios pobres del estado de México

Manuel Espino, presente en un acto proselitista del michoacano

Hay tiempo para remontar la ventaja de López Obrador, dice

CLAUDIA HERRERA BELTRAN ENVIADA

Zinacantepec, Mex, 7 de marzo. Sin conocer el motivo de las quejas de un hombre que hablaba por medio de un altavoz, el candidato presidencial del PAN, Felipe Calderón Hinojosa, interrumpió su discurso para invitar a los asistentes al mitin a lanzar una sonora rechifla.

"A ver, cómo le dicen a los árbitros cuando están sacando mal. A ver, un saludo al árbitro, por favor", convocó el abanderado del blanquiazul, y la respuesta no se hizo esperar. "Muy bien", concluyó el abanderado.

Al final del mitin aceptó platicar con el hombre y supo que se trataba de Félix Pérez, oriundo del municipio, cuya intención era solicitar ayuda al panista para que se destituyera al alcalde de Zinacantepec, el priísta Leornardo Bravo, a quien responsabilizó de haberlo reprimido.

Así, en menos de una semana, el candidato panista pareció desesperarse ante expresiones críticas. El jueves pasado se confrontó con un joven que lo increpaba, y de inmediato su casa de campaña acusó al perredista Andrés Manuel López Obrador de enviar "provocadores".

La nueva etapa

En la nueva etapa de la campaña calderonista se advirtieron pocos cambios en los actos proselitistas. El presidente del blanquiazul, Manuel Espino Barrientos, estuvo con Calderón en Zinacantepec, porque, dijo, de ahora en adelante "vamos a estar pegados". Pero el discurso no varió, además de que el poco efectivo lema de "valor y pasión por México" y la imagen de campaña siguieron vigentes.

El mitin más concurrido del día, al que asistieron unas 7 mil personas, tuvo lugar en la colonia San Pablo Autopan, en Toluca.

Ahí, el panista se dio tiempo para tomarse una foto con un gallo de pelea, pero se negó a cantar. "No traje mi mariachi", argumentó ante una multitud que pedía a gritos que el candidato interpretara una melodía. Caminos de Michoacán, le pedían.

Durante su quinto día de gira por el estado de México, a menos de una semana de la realización de las elecciones locales del 12 de marzo, Calderón visitó municipios pobres, como Villa de Allende y Zinacantepec, así como una colonia popular de Toluca.

Al explicar su presencia en un acto de Calderón, Espino señaló que no lo había hecho antes porque estaba muy ocupado en el proceso de designación de candidatos a las cámaras de Diputados y Senadores, pero insistió: "en ningún momento el partido ha dejado solo" al abanderado presidencial.

No hemos tenido diferencias. "El problema es que no ha habido ensamblaje entre la campaña y el partido, pero es natural", agregó.

De acuerdo con el dirigente del blanquiazul, hay tiempo suficiente para remontar la ventaja que lleva Andrés Manuel López Obrador, porque el perredista "va de bajada y Calderón al alza".

Acerca de las sospechas sobre irregularidades cometidas por Francisco Ortiz, ex coordinador de imagen de la campaña calderonista, afirmó que no hay nada que lo acredite. "Es sólo un asesor y hay muchos pillos que asesoran gente honesta, y la gente honesta no sabe que son pillos", señaló en su intento por deslindar a Calderón de Ortiz.

Los técnicos, no los machetes, definirán la sede del nuevo aeropuerto

En la ciudad de México, el candidato panista se reunió con 400 integrantes del Sindicato de Aviadores Independientes, cuyo líder, Tomás del Toro, será postulado por Acción Nacional para una diputación. Ante ellos, el Calderón Hinojosa propuso crear y modernizar los aeropuertos con fondos privados.

En ese foro presentó su primera propuesta de esta etapa -ofreció una para cada día-, que consiste en establecer una política de Estado en materia aeronáutica y, como parte de ésta, declaró que está dispuesto a construir un nuevo aeropuerto para la ciudad de México en un lugar que sea definido por los técnicos, "no por los machetes".

Después viajó a Zinacantepec, donde fue recibido por los acordes de una banda musical y por indígenas huicholes que le colgaron un collar de "pan de conejo".

Esta vez fue acompañado por un grupo de jóvenes porristas que vestían ropa de colores azul y blanco, y portaban pompones que contrastaban con la vestimenta de los cientos de familias indígenas y campesinas reunidas en la plaza central.

Durante el trayecto de Calderón al templete, varios campesinos e indígenas se le acercaron.

"Queremos que atienda el campo, porque estamos muy abandonados. El campo está totalmente ruinado (sic); el Procampo no nos ha servido para nada", le dijo el campesino Rubén Milche.

Después lo cercaron dos mujeres y una de ellas planteó sus quejas.

-Nosotros somos de Loma de Juárez. Se necesita mucho apoyo de usted; carajo, algo de usted. Queremos un hospital. Por eso los enfermos se mueren -explicó María Felicio.

-¡Eres brava María! -exclamó Felipe Calderón.

-Pues es que estoy brava porque lo necesito. Estoy necesitada. No sólo yo, sino todo el pueblo -respondió la mujer.

Entonces el candidato las invitó a subir al templete.

No fue la única que expresó su molestia por la pobreza del lugar, donde los pequeños tienen las mejillas enrojecidas por los rayos del sol y en la mayoría de las comunidades no hay luz ni agua.

En lo que pareció una respuesta a su contrincante López Obrador, que un día antes prometió crear un millón de empleos, Calderón ofreció que él sí será recordado por el número de puestos de trabajo que cree para los jóvenes.

Como mensaje final, pidió a los campesinos -que apenas si reaccionaban a los discursos- que no vendan su voto ni por cien ni por 200 pesos, "no permitan la robadera".

Los habitantes, que fueron acarreados en camiones y camionetas de poblados cercanos, recibieron como premio comida y un show de la banda michoacana Los Arroyos de Cungapeo, que cobró al PAN 30 mil pesos por la función.

En Zinacantepec, Calderón insistió en que tiene las manos limpias. Aun cuando su ex coordinador de imagen Francisco Ortiz es señalado de poseer un departamento millonario en Miami, Estados Unidos, el michoacano reiteró una de sus frases de campaña al decir que no tiene "castillitos en París ni departamentos en Miami, bueno, ni siquiera en Valle de Bravo".

Ahí, cuando pronunciaba su discurso, un hombre comenzó a hablar por medio de un altavoz.

Entonces Calderón se desesperó y, después de invitar a la gente a lanzarle una rechifla, dijo: "No le hagan caso a este amigo", y de nuevo los invitó a enviarle un nuevo "saludo", es decir, otra silbatina.

A 20 metros del templete, el hombre pedía atención y mostraba una carta dirigida a Felipe Calderón para que hiciera gestiones en su favor.

Para evitar una confrontación mayor a la que ocurrió el jueves pasado en Amecameca, el equipo de seguridad del candidato panista llevó al hombre ante Felipe Calderón al concluir el mitin, y sostuvieron un diálogo.

-Le pido su intervención porque el alcalde me encerró el 20 de enero...

-Tranquilo, yo ayudo con mucho gusto, pero tienen que agarrar los problemas con tranquilidad, compadre.

-Es que no me daban la palabra.

-Sí, me dijeron que tienes problemas porque bloqueaste una calle.

-¿A qué viene usted, a escuchar los problemas o a que lo escuchemos?

-Sí quiero escucharte, te estoy escuchando.

Finalmente, el desesperado señor pudo entregar la carta y después Felipe Calderón negó a la prensa que éste fuera un provocador: "Fue un incidente de una persona de buena fe", dijo.