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Cuando faltan sólo cinco días para que se instale la audiencia pública del Tribunal Latinoamericano del Agua -que por primera vez sesiona en México-, las autoridades del Museo de Antropología anunciaron a los organizadores que no podrán desarrollar los trabajos en esa sede, a pesar de que así se había acordado desde octubre pasado.
Javier Bogantes, director del tribunal, dijo que esta decisión los mete en un serio problema, ya que a este encuentro está prevista la asistencia de delegados de América Latina y de Europa. Expresó dudas sobre los problemas en las instalaciones que argumenta el museo.
En la audiencia está prevista la evaluación de seis casos mexicanos, entre los que se cuentan la contaminación del río Coatzacoalcos y el caso de la cuenca Lerma-Chapala, por los cuales están demandados Pemex y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Bogantes detalló que el trato lo realizaron a través de la Universidad Autónoma Metropolitana y que el argumento de las autoridades del museo fue que tenían "un problema eléctrico que tardaría seis días en resolverse". Les propusieron una sede alterna, la Escuela Nacional de Conservación y Restauración -ubicada al sur de la ciudad, en Xicoténcatl y General Anaya-, que no les resuelve el problema porque está lejos del centro y ya se tenía una logística establecida.
Entrevistado vía telefónica, Bogantes dijo que el tribunal propuso llevar una planta de luz y su equipo de sonido para desarrollar la audiencia. Inclusive se planteó al museo que las necesidades eran mínimas, sólo el espacio, y que si no se podían tener actividades ahí todos los días por lo menos se respetaran las más importantes. La respuesta fue negativa.
"No podría decir que se obstruye el trabajo, pero queda la duda", agregó Bogantes. Señaló que "es un golpe muy duro para nosotros", y dijo que es necesario conocer lo que realmente sucede, porque se echa abajo el trabajo que se había llevado a cabo.
El Tribunal Latinoamericano, cuya audiencia está prevista que se realice de manera paralela al cuarto Foro Mundial del Agua, es un instancia internacional, autónoma e independiente de justicia ambiental. Fue creado con el propósito de apoyar la solución de conflictos relacionados con los sistemas hídricos de la región latinoamericana. Este organismo tiene carácter ético y se apoya en la movilización de ciudadanos comprometidos con la preservación del recurso.
En la primera audiencia, que deberá realizarse del 13 al 21 de marzo, se establecerá un jurado y, además de los casos de México, se examinarán siete más de Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Perú, Panamá y uno centroamericano que involucra a tres países. El último día de sesiones se emitirán los veredictos, y las partes involucradas podrán tomar en cuenta esa resolución.
De México también está el caso del proyecto hidroeléctrico La Parota, que fue presentado por el Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la obra, el cual alega que implicaría inundar 17 mil 300 hectáreas con el levantamiento de una cortina de 192 metros. Los denunciados son la Secretaría de Medio Ambiente y la Procuraduría Agraria.
Asimismo, están el derrame petrolero en el río y playa de Coatzacoalcos, Veracruz, que afectó a 15 mil habitantes de Nanchital, por lo que se demandó a Petróleos Mexicanos, y la contaminación de la bahía de Zihuatanejo, atribuida a la negligencia de autoridades estatales y federales al no contar con una estrategia de prevención y mitigación.
Otro conflicto es el trasvase del sistema Cutzamala, en el valle de México, denunciado por el Movimiento Mazahua y Ecomunidades, el cual señala que con esa acción se mantiene el consumo y desperdicio en la ciudad de México. De igual forma está considerado el deterioro de la cuenca del río Lerma-Chapala-Santiago, presentado por el Movimiento de Afectados por la Construcción de Represas y en Defensa de los Ríos, que denuncia el deterioro del lago de Chapala por la sobrextracción y el vertimento de contaminantes, y el daño a la cuenca por el uso excesivo de fertilizantes y pesticidas químicos. Finalmente, está la contaminación industrial del río Atoyac, en Tlaxcala, la cual podría ser causante de la incidencia de enfermedades cancerígenas, ya que los desechos líquidos de las maquilas han contaminado los pozos de agua para consumo humano.