Empresas cubana y de EU se enfrentan en Londres
Regresa a tribunales la batalla sobre música del Buena Vista...
Londres, 7 de marzo. La batalla legal en la que dos sellos musicales se disputan la propiedad de viejos ritmos cubanos que dieron la vuelta al mundo gracias al éxito del álbum Buena Vista Social Club volvió esta semana a un tribunal de Londres, donde había comenzado, en mayo del año pasado.
Los equipos legales de una compañía estadunidense, Peer International Corporation, y de la empresa Editorial Musical de Cuba (EMC) se enfrentaron nuevamente el lunes y este martes en una pequeña sala del Tribunal Superior de Londres por los derechos de esta música.
La disputa se trasladó en septiembre pasado a La Habana, por decisión del juez, John Edmund Frederic Lindsay, quien afirmó que para dirimir el conflicto entre ambos sellos necesitaba escuchar los testimonios de primera mano, en la capital cubana.
Lindsay decidió viajar a Cuba ante la mala calidad de testimonios por video que debían ser escuchados en las audiencias en Londres.
El sello Peer ha afirmado en la corte que tiene desde los años 30 los derechos de muchos de los temas del álbum Buena Vista Social Club, cuyas canciones son interpretadas por leyendas como Compay Segundo, Ibrahin Ferrer y Rubén González -ya fallecidos-, Omara Portuondo, Eliades Ochoa y otros veteranos de la época de oro de la música popular cubana.
La corte británica deberá decidir si los compositores fueron o no recompensados adecuadamente. En la demanda legal están citados 14 compositores que ya fallecieron.
En su demanda presentada ante la corte londinense, Peer ha declarado que el gobierno cubano se ha apropiado ilegalmente de los derechos sobre esa música, que le corresponden a la firma estadunidense.
Peer decidió demandar en Gran Bretaña a Termidor Music Publishers, que reclama los derechos exclusivos por medio de EMC, y que buscó registrarse como la propietaria de las composiciones musicales en ese país.
Pero la Editora Musical de Cuba afirma que los compositores nunca recibieron un centavo por esas canciones, que han hecho bailar a generaciones de latinoamericanos, y ahora del mundo entero.