Oficialistas advierten que reinará el caos en caso de no ganar la mayoría del Congreso
Las FARC mantienen semiparalizada media Colombia a días de los comicios legislativos
"Purgas" en las listas de candidatos por supuestos vínculos con jefes paras o narcos
Santafe de Bogotá, 8 de marzo. En medio de una sostenida ofensiva guerrillera que hoy completa dos semanas y que tiene semi paralizada la mitad del territorio colombiano, 2 mil 800 candidatos a los órganos legislativos nacionales redoblan sus esfuerzos para conquistar votantes en las elecciones del próximo domingo.
Según la Registraduría Nacional, 26 millones de colombianos están habilitados para votar, pero la mayoría de los analistas políticos calcula que solamente unos 10 millones concurrirán a las urnas para elegir 100 senadores y 130 representantes a la Cámara, cuyo periodo será de cuatro años.
La ofensiva guerrillera de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no sólo ha dejado decenas de muertos -militares y civiles- sino que ha desatado una aguda polémica sobre la eficacia de la política de guerra aplicada por el presidente Alvaro Uribe, su principal bandera durante casi cuatro años de gobierno. Tanto el gobernante, quien aspira a ser relegido en los comicios de mayo próximo, como sus ministros y los jefes de los partidos que lo apoyan, han advertido que si no obtienen un cómodo control del Congreso el país quedaría "al borde del abismo".
Con un vertiginoso descenso de su popularidad a cuestas (bajó 11 puntos en la intención de voto en apenas dos meses), Uribe aparece día y noche en los medios de comunicación invitando a votar por las listas de la decena de partidos que lo apoya, mientras sus opositores reclaman equilibrio en las reglas del juego electorales y acusan al mandatario y a sus seguidores de "vivir en otro país", decididos a ignorar la terrible situación de inseguridad que afecta todos los puntos cardinales de la geografía colombiana.
Piedad Córdoba, candidata al senado por el Partido Liberal, preguntó esta mañana en un popular programa de radio cómo es que los voceros gubernamentales dan permanentes partes de tranquilidad mientras por sus ojos desfilan, desde hace 15 días, las incesantes noticias de ataques insurgentes. "O están ciegos o creen que los colombianos somos tontos", señalo.
Las acciones de las FARC han incluido el bloqueo de carreteras y ríos en los enormes territorios del suroriente del país, cuyos habitantes padecen los rigores del desabastecimiento, la voladura de más de 20 torres de energía en los departamento de Antioquia y Tolima, el asesinato de políticos locales y la toma de poblaciones, entre otras.
Sin embargo, el ministro del Interior, Sabas Pretelt, anunció hoy que el gobierno no tiene prevista la suspensión de los comicios en ninguno de los mil 100 municipios colombianos.
Liberales, a la cabeza
A pocas horas de los comicios, calificados de "cruciales" por el gobierno, analistas políticos locales opinan que uno de los principales rasgos de la campaña ha sido la irrupción abierta y masiva de paramilitares y narcotraficantes en el escenario electoral, lo cual se verá reflejado en la composición de los nuevos órganos legislativos. Varios partidos y movimientos -gobiernistas y opositores- tuvieron que hacer "purgas" en sus listas luego de las revelaciones periodísticas que demostraban antiguos vínculos entre numerosos aspirantes y jefes paras o narcos.
Las más recientes encuestas indican que la lista del Partido Liberal obtendrá la mayor votación, seguida muy de cerca por las de tres movimientos uribistas, el Partido Conservador y el Polo Democrático, coalición de izquierda que muestra notorios repuntes en la intención de voto. Se estima que las fuerzas uribistas no lograrán el control total del Congreso, aunque contarán con una variada gama de posibles aliados, en especial de los grupos cristianos que han irrumpido masivamente en la política.
Sin embargo, más allá de la nueva composición de los órganos legislativos, la atención principal está centrada en la medición de fuerzas que harán uribistas y opositores, considerada como el preámbulo del pulso mayor, las elecciones presidenciales de mayo, donde podría definirse el camino hacia el final de la guerra que ya cumplió hace rato sus 40 años.