Es el cataclismo más antiguo y lejano conocido hasta ahora, reportan astrónomos
Observan explosión de estrella de hace 12 mil 800 millones de años
Los datos obtenidos arrojarán nuevos conocimientos acerca de la formación estelar
El fenómeno cósmico produjo radiaciones gamma, registradas por un satélite de la NASA
Ampliar la imagen La explosión, que se pudo observar el pasado 18 de febrero, cerca de 440 millones de años luz de la constelación Aries. La imagen de la izquierda, de "antes", es del Sloan Digital Sky Survey. La gráfica de la derecha, de "después", es del telescopio ultravioleta/óptico Switt, de la NASA. La luz de esta explosión eclipsa toda la galaxia huésped. La mayoría de las otras fuentes son estrellas en primer plano Foto: Reuters
Londres, 8 de marzo. Los astrónomos pudieron observar en el espacio la más antigua explosión de una estrella conocida hasta ahora, según reportan tres equipos de investigadores en la revista científica británica Nature (volumen 44W, páginas 164, 181 y 184), en su edición de este jueves.
La gigantesca explosión de radiación gamma en las profundidades del Universo ocurrió hace 12 mil 800 millones de años, es decir, que según parámetros cósmicos, fue poco después del Big Bang (gran estallido).
También es la explosión de la estrella más lejana observada jamás.
Los datos obtenidos de este fenómeno arrojarán nuevos conocimientos sobre la formación de las primeras estrellas y galaxias en el Universo joven.
El origen de la emisión durante unos 80 segundos de rayos gamma GRB 050904 en la constelación de Piscis fue presumiblemente una estrella gigante, que puso fin a su existencia con una violenta explosión.
Este cataclismo cósmico tuvo lugar a una distancia tan grande de la Tierra que llegó recién ahora. La radiación gamma fue registrada por el satélite Switt de la agencia espacial estadunidense (NASA, por sus siglas en inglés).
Este satélite y varios observatorios en la Tierra captaron la luminosidad de la explosión en la zona del espectro que corresponde a la luz visible, así como a las áreas de radiación de rayos X e infrarrojos.
Debido a la gran distancia, los instrumentos registraron débilmente la luminosidad emitida por la muerte de la estrella.