El populismo de pedir prestado y descuidar las finanzas, pagado con creces, dice
Los gobiernos del pasado nos tomaron el pelo como a "viles chinos": Fox
Critica a los "acelerados" que quieren cambiar de gobierno, de país, la economía, todo
Las metas se alcanzarán "con trabajo, con pasión", sostiene en gira por Jalisco
Ampliar la imagen El presidente Vicente Fox, al pronunciar un discurso en la empresa automotriz Honda, en el estado de Jalisco Foto: Arturo Campos Cedillo
El Salto, Jal., 9 de marzo. Los gobiernos del pasado "nos tomaron el pelo como (a) viles chinos" con sus ideas "grandiosas" y el populismo de pedir prestado y descuidar las finanzas públicas, pues eso se ha pagado "y con creces", afirmó aquí el presidente Vicente Fox Quesada ante inversionistas y trabajadores de la automotriz japonesa Honda.
Más adelante, en Pénjamo, Guanajuato, cobijado por sus paisanos, se lanzó contra los "acelerados" que quieren "cambiar de gobierno, de país, la economía, que quieren cambiar todo".
La enjundia declarativa del mandatario se percibió en todos los lugares que visitó hoy, porque así como comparó peyorativamente a los mexicanos con los habitantes de China -que representan, por cierto, uno de cada seis seres humanos-, también se lanzó contra aquellos que "agarran" el presupuesto para darlo, "órale, a los adultos", y también se divirtió con sus propios traspiés.
Insistió en que la mayoría de las familias mexicanas dispone de lavadora, pero, aclaró, "ya no voy a decir como endenantes, porque ya ven cómo me fue..."
A partir de su permanente prédica sobre la disciplina financiera y su cruzada contra la inflación como vía para cumplir su "principal obligación" de proteger el patrimonio de los pobres, Vicente Fox llamó a "mantener el rumbo" y, en contrapartida, alertó contra "la demagogia, el populismo, (que) no aportan nada, salvo generar más y más pobres en el país".
En algún caso hasta repitió expresiones que hoy se escuchan con frecuencia. Las metas del país se alcanzarán, dijo, "con trabajo, con dedicación, con pasión", y no con mensajes populistas, palabras huecas, promesas y compromisos de que "van a hacer y deshacer".
Es cierto que falta mucho por hacer en este país, "pero que no nos usen eso para vendernos planes de gobierno y promesas que después no vamos a ver cumplidas", pidió el mandatario.
Apoyos espontáneos
Del mismo modo, y sin disimulo, el presidente Vicente Fox se regodeó en las frases de encomio a su gestión lanzadas al paso. Inclusive en Tlaquepaque pidió a la prensa que se acercara a escuchar las palabras de una estudiante: "aunque muchos digan que no ha cumplido, yo creo que ha cumplido más que cualquiera que ha propuesto cualquier cosa... y esperamos que el siguiente presidente logre continuar su labor". Y mientras ella hablaba, sus compañeros coreaban vivas al Partido Acción Nacional (PAN) y a su candidato, Felipe Calderón.
En Pénjamo, el mandatario hasta cortó su discurso para pedirle a una mujer que repitiera su "espontánea" exclamación: "Si se volviera a lanzar para presidente, ¡volveríamos a votar por usted!" Y con evidente satisfacción, Fox le respondió desde el micrófono: "¡Eso!"
En tierras gobernadas por panistas -Jalisco y Guanajuato-, entre muchachos que pagan 40 mil pesos por semestre, en promedio, en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), de marcada influencia jesuita, y después con labriegos del valle agrícola de Pénjamo, el jefe del Ejecutivo federal pareció trasladarse a la época en que emprendió su campaña presidencial.
En uno y otro sitios lo vitorearon, le prodigaron porras y aplausos, le solicitaron que se tomara fotografías, le daban besos y emitían el grito continuo y festivo de "Fox, Fox, Fox".
Así le crearon esa atmósfera que tanto gusta al mandatario, porque "a mí me llena mucho eso; me motiva, me da mucha fortaleza".
En el ITESO, era clara la afinidad de estudiantes y maestros con el PAN. "Sigamos por el cambio", le pidió otro alumno. Y el mandatario asintió. Pero más adelante, cuando un reportero le preguntó si se perdería el rumbo del país en caso de que Andrés Manuel López Obrador ganara la Presidencia, el mandatario cortó: "No puedo opinar electoralmente".
En El Salto, Jalisco, después de recorrer la planta armadora de la automotriz Honda, y como es frecuente en sus discursos, Fox trató lo mismo el tema que lo ocupaba -las inversiones- que el del Seguro Popular, y se extendió en la exaltación de su política económica.
Pero tampoco obvió la que llama "revolución profunda en el sistema de educación pública" de su gestión. Y "aunque mis críticos me tundan, como me tunden todos los días, no le hace", señaló que hoy está en las aulas la última generación que vivirá y convivirá con la pobreza en el país.
En Guanajuato también se dejó envolver por la nostalgia anticipada y se instaló en el lenguaje coloquial. Aseguró que quiere ser el primer ex presidente que no se va del país -"no sé por qué razón lo hacen"-, e invitó a visitarlo a partir del primero de diciembre "aquí nada más, tras lomita".
A continuación presentó el programa para adquisición de automotores dirigido a los campesinos:
"Con el paquete que estamos armando, una de esas camionetas les va a salir en 2 mil 500 pesos mensuales. Pero yo les aseguro que tirando el cacharrito, entregándolo ahí en la agencia, esa chatarra que a veces ya no sirve, con 15 años de antigüedad, se van a ahorrar la mitad de lo que van a tener que pagar... y hoy en día la reparación es mucho más sencilla, así que ya no van a tener que llevar ahí con el maestro, a ver si les sopla las bujías, a ver si le sopla el carburador y la echa a andar".