Deja camino libre para que Sempra acapare mercado
Pospone Chevron construcción de regasificadora en Islas Coronado
Chevron-Texaco, una de las principales petroleras internacionales, confirmó que pospuso por dos años la construcción de una planta procesadora de gas natural, contigua al archipiélago de las Islas Coronado, frente a las costas de Tijuana, Baja California, proyecto que había encontrado fuerte oposición de grupos ambientalistas nacionales e internacionales.
Sin embargo, la compañía estadunidense rechazó que este aplazamiento haya sido a causa de la oposición de los grupos ecologistas o por el inminente cambio de administración gubernamental.
La posposición de este ambicioso proyecto que involucraba una inversión de alrededor de 4 mil millones de dólares, incluida toda la cadena de producción y distribución de gas natural, se suma al desistimiento a finales de febrero de 2004 de la compañía Marathon Oil de continuar con la construcción de una regasificadora con una inversión de mil 500 millones de dólares.
Además, contrasta con el espaldarazo que el secretario de Energía, Fernando Canales Clariond, le dio a Sempra durante la visita que realizó a Baja California para conocer el avance de las obras de construcción de la regasificadora que construye la compañía estadunidense.
Con esta decisión Chevron Texaco prácticamente deja libre el camino para que Sempra acapare el mercado del norte del país y se perfile como un suministrador de gas natural a California, Estados Unidos, y la eventual suspensión definitiva por Chevron Texaco.
Durante una entrevista con La Jornada publicada el 9 de enero de 2005, Carl A. Atallah, vicepresidente en México de Chevron Texaco, aseguró: "Las primera empresa que logre echar a andar su planta de procesamiento de GNL en Baja California habrá tomado ventaja a los demás". Fue categórico al señalar: "Sólo hay espacio económico para una planta" de regasificación en el norte de la península de Baja California.
Hace un año, Chevron-Texaco informó que esperaba anunciar en diciembre de 2005 el inicio de la construcción de la planta que se ubicaría a 13 kilómetros frente a las costas de Tijuana, Baja California. Incluso la petrolera organizó, mediante una empresa de relaciones públicas, un recorrido por la zona con medios impresos proclives a la construcción del proyecto que ha sido desde un principio cuestionado severamente por los grupos ambientalistas nacionales y extranjeros.
En la primera mitad del año pasado, representantes de 35 organizaciones civiles entre las que destacan Greenpeace, el Border Power Plant Working Group de California, el Comité Estatal Contra la Instalación de las Plantas Regasificadoras y de Energía Eléctrica, Grupo de Ecología y Conservación de las Islas, AC, Amazon Watch, entre otros activistas advirtieron que la eventual construcción de estas instalaciones colocaría a esta parte del territorio nacional en un punto de vulnerabilidad similar al deterioro que sufren otros lugares del planeta por las prácticas industriales de Chevron-Texaco.
Incluso alertaron sobre el riesgo en el equilibrio del ecosistema y el peligro en que estaría México al constituirse en un eventual blanco terrorista, "por el sólo motivo de proveer una gran cantidad del energético a Estados Unidos".