Se convertirá en un detonante del desarrollo en el sur del estado, aducen autoridades
Avanzan obras de presa en Mazatlán, sin acuerdo con propietarios de tierras
Dicen campesinos no estar contra las obras, pero demandan información clara y certidumbre
Ampliar la imagen Banderazo a la presa Picachos por el presidente Vicente Fox y Jesús Aguilar Padilla, gobernador del estado, el pasado 7 de febrero Foto: Gabriela Villalobos
Culiacan, Sin., 9 de marzo. Entre la inconformidad de los campesinos que serán expropiados y desalojados de sus tierras, los gobiernos federal, estatal y municipal, además de agricultores del estado, construyen en la zona alteña del municipio de Mazatlán la presa Picachos, que incorporará al riego agrícola unas 22 mil 500 hectáreas, en beneficio de 3 mil 700 productores de ese puerto y zonas aledañas.
La obra será financiada mediante un esquema inédito en el país, de tal modo que los beneficiarios aportarán en efectivo 21 por ciento; la Comisión Nacional del Agua (Conagua) 49 por ciento, el gobierno del estado 24 por ciento, y el municipio y la Junta de Agua Potable de Mazatlán contribuirán en partes iguales de 3 por ciento.
La construcción de la presa Picachos se convertirá en un detonante del desarrollo en el sur del estado, "una de las zonas con mayor potencial agrícola, social y económico del país", sostuvo Alfredo Mora Magaña, gerente regional de la Conagua, al referirse a la importancia de la obra.
Autoridades federales agregan que el embalse evitará inundaciones en las partes bajas de la zona urbana, lo que afecta actualmente a más de 19 mil mazatlecos en la temporada de lluvias, y atenderá la demanda de agua potable en Mazatlán, al menos hasta 2035. Asimismo, incorporará al riego tierras agrícolas y preservará el ambiente.
El costo total del proyecto es de aproximadamente 2 mil 572 millones de pesos y serán la empresa brasileña Andrade Gutiérrez, en asociación con su unidad mexicana, y la empresa local Arrendadora y Materiales las responsables de desarrollar la obra.
La presa captará el agua del río Presidio, tendrá capacidad para almacenar más de 560 millones de metros cúbicos y contará con tecnología de punta para garantizar el equilibrio ecológico de la zona, según sus promotores.
La construcción de Picachos, y de dos canales con sus respectivas zonas de riego, será la primera parte del proyecto Baluarte-Presidio, que involucra a los municipios de Mazatlán, Concordia, Rosario y Escuinapa.
El sur, con producción agrícola de temporal
Lo cierto es que esta región prácticamente no tiene producción agrícola y su potencial está lejos del de municipios del centro y norte del estado, entre ellos Culiacán, Navolato, Guasave y Ahome. El sur está prácticamente al margen de la actividad agraria y la mayoría de sus cultivos son de temporal. Las actividades pesquera, turística y el comercio han sido su fuerte.
El sur sinaloense representa el rostro del atraso y el rezago. Elota apenas alcanza 50 mil hectáreas de riego -de 780 mil en toda la entidad- y de ahí hasta los límites con Nayarit, pasando por San Ignacio, Cosalá, Mazatlán, Rosario, Concordia y Escuinapa, la agricultura como actividad económica prácticamente no existe.
Al hablar a favor de la obra, el alcalde de Mazatlán, el panista Alejandro Higuera, dice que "desde la década de los 40 el sur del estado no había recibido una obra de este tipo.
"Nos da mucho gusto a la gente del sur poder igualarlos con el rostro que tiene Sinaloa. De la Cruz (municipio de Elota) hacia Mochis (Ahome) tiene un rostro, es el rostro de la agricultura. Hoy, con esta obra, vamos a tener la posibilidad de darle un pilar económico adicional al sur del estado: la agricultura.
"Tenemos ya que enterarnos de lo que son distritos de riego, plagas y esas cosas que para nosotros son raras y extrañas", dijo.
Trabajos sin permiso de los propietarios
Pero los campesinos de las comunidades de San Marcos, Casas Viejas, La Puerta y Las Iguanas no están convencidos. A sus demandas -entre ellas una indemnización justa por la expropiación de sus tierras-, las autoridades han dado largas y mentiras, y no los han escuchado, dicen.
En la visita que el pasado 7 de febrero hizo el presidente Vicente Fox para dar el banderazo de inicio de los trabajos, unos 200 comuneros intentaron abordarlo para pedirle atención a sus demandas, pero elementos del Estado Mayor Presidencial les obstruyeron el acceso.
Los campesinos, que dicen no estar contra la obra, piden que les brinden información clara, y certidumbre. De lo contrario, insistieron, van a parar los avances de la obra, "para ver si así nos hacen caso".
Los inconformes, aproximadamente 260 de los 300 que conforman estas comunidades, viven en casas grandes y durante décadas se han dedicado a la siembra de temporal. Pero las autoridades les ofrecen cambiarlos a casas tipo Infonavit y ubicarlos en la comunidad de La Noria.
Existe un presupuesto de 100 millones de pesos para las indemnizaciones, pero las partes no han llegado a ningún acuerdo con los pobladores. Suman unas 770 las hectáreas que les "comerá" la presa.
En todo caso, a los habitantes les preocupa que desde la comunidad de El Recodo, la Comisión Constructora de Sinaloa haya iniciado la construcción del camino de acceso a la obra y destruido alambradas y tierras de cultivo, sin permiso de los propietarios.
Sara Olivia Lucas, dueña de uno de estos predios, acusó al gobierno estatal de destruirle cerca de 25 hectáreas donde tenían sembrados maíz y sandía, "pero nadie ha venido a medir las tierras afectadas. Nos dijeron que si teníamos certificado del terreno nos pagarán dentro un año, hasta dos años. Es mucho tiempo eso. Por lo pronto, ¿qué vamos a comer?"
Juan Rivas, comisario de La Puerta, dijo: "nos prometen que nos van a construir un pueblo igualito al nuestro, con todos los servicios, con panteón, iglesia y escuela, pero no nos dicen dónde, y parece que nos quieren mandar a Las Lajitas, donde es pura piedra".
A sus comunidades han acudido el alcalde Alejandro Higuera y directivos del estatal Fondo de Infraestructura Hidráulica de Sinaloa (Fihsin), en quienes los campesinos no confían, pues usaron las firmas de asistencia a una de las asambleas ejidales para plasmarlas en el documento de la anuencia para que se construyera la presa en sus tierras.
El documento fue firmado por 41 personas que no forman parte de las comunidades afectadas, y para los campesinos el alcalde incluyó gente de Juantillos y de otras comunidades, supuestamente simpatizante del panismo, para que firmara el consentimiento.
De acuerdo con el acta de la asamblea, la reunión se celebró el 22 de mayo en la casa comunal y asistieron sólo los dirigentes de los campesinos, algunos afines al alcalde.
Las autoridades municipales y el Fihsin tuvieron que modificar el documento, con lo que se abre la posibilidad de suscribir acuerdos para la ocupación de los terrenos con las personas afectadas.
Afectará la actividad pesquera: especialista
El investigador Reynol Díaz Coutiño, especialista en desarrollo regional sustentable, sostiene que "la Picachos resolverá algunos problemas, impulsará las actividades agrícolas, por lo pronto, pero implicará deforestación y esto afectará la actividad pesquera; por eso su impacto a mediano y largo plazos será deprimente", manifestó.
Más que grandes y onerosas obras hidráulicas, el gobierno y los productores deben impulsar la introducción de nueva tecnología, como el riego por goteo e invernaderos, para aprovechar mejor el recurso, sobre todo porque es decreciente la tendencia en las precipitaciones pluviales, sostuvo el autor del libro Sinaloa: riqueza y pobreza de agua, editado por la Universidad Autónoma del estado.