"La idea de crear una familia y tener una vida normal perdió sentido": el director
Se estrena hoy el documental 1973, retrato de la generación del desaliento
Para nosotros fue más importante la muerte de Kurt Cobain que el EZLN, dice el realizador Antonino Isordia Llamazares
El largometraje competirá este año por un Ariel
Ampliar la imagen Fotograma del documental
Año del golpe de Estado en Chile. Con el derrocamiento del presidente Salvador Allende comienza a manifestarse con claridad "la derrota de los intentos de socialismo en el mundo" y nace "una generación que proviene de una mezcla de gran esperanza y derrota, que crece en un campo bastante estéril, genera castillos de arena, quiere algo que nunca logra y tiene una permanente sensación de frustración e insatisfacción", dice Antonino Isordia Llamazares, quien buscó retratar a su generación en el documental 1973, que hoy se estrena en salas comerciales.
Se trata de una generación "del desaliento", para la cual "era más importante la muerte de Kurt Cobain que el EZLN", cuenta en entrevista el director, nacido precisamente ese año.
"Nacimos con la idea de que el ser humano podía soportar grandes devastaciones y seguir existiendo. La existencia común y corriente de crear una familia y tener una vida normal perdió sentido. Es como si hubiéramos nacido viejos. Sobrevivir no era el chiste, sino hipervivir... acabar lo más pronto y de la manera menos dolorosa", cuenta.
"Nos involucramos en una carrera contrarreloj, como galgos corriendo tras el conejito que nunca vamos a alcanzar."
Los personajes
Es el primer largometraje de Isordia y la única opera prima producida íntegramente por el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC). Retrata a tres habitantes de la ciudad de México nacidos ese año: Rodolfo Escogido Rodríguez, porro; María Fernanda Ramos Macín, marcada por el abuso sexual y suicida potencial, y Alejandro Cota, quien planeó y ayudó a ejecutar el asesinato de su propia familia.
Estas tres historias violentas exponen esa sensación de "desaliento", lo que motivó tal vez que el documental fuera catalogado en una página electrónica checa como "película de terror".
La primera historia surge porque el director era vecino de Alejandro Cota. Un día se brincó la barda e hizo un video de la casa: "Me produjo una terrible sensación de tristeza: me encontré los corn flakes que iban a desayunar, los calzones de las chicas colgados de la regadera, cosas que definen el verdadero peso de un asesinato".
Un porro entrevistado en 1973 cuenta la sensación de pertenecer a estas organizaciones delictivas: "Es como una espiral, vas cayendo; es tan deliciosa esa suave caída... se mezcla tu primer faje, tu primera chela..."
Dice Isordia a La Jornada: "Recuerdo que veía pasar a los porros en los camiones secuestrados, en el techo, con los brazos abiertos... yo era de su edad, 16, 17 años, y pensaba: esa es la neta. Quería ser Rodolfo".
Anhelaba "ésa sensación de hacer lo que sueñas, de extraerte de esa maquinaria enorme a la que estamos destinados".
En algún momento Rodolfo se dio cuenta de que no se había extraído de la maquinaria. Era parte de ella: "Nunca supe a qué intereses servía", confiesa.
Galardones
El documental fue rodado entre 1994 y 2003; ganó el premio JVC al mejor director en el 20 Festival Internacional de Cine en Guadalajara y fue exhibido en el noveno Festival Internacional de Cine en Puerto Vallarta, el tercer Festival de Cine de Morelia, la 50 Semana Internacional de Cine de Valladolid (España) y el tercer Festival Internacional de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México. Y por si fuera poco, está nominado al Ariel por mejor largometraje y documental.
Próximamente participará en los festivales Lleida (Cataluña), Viva (Manchester, Inglaterra), de Cine Independiente (Buenos Aires, Argentina), el Encuentro de Cine Latinoamericano (Toulouse, Francia) y el Congreso Input (Taipei, Taiwan).
Luego de tres años en la cárcel, Rodolfo Escogido, el ex porro, trabaja en el PRD de Ecatepec y asegura no tener relación con grupos porriles.
Mafer Ramos, quien quedó paralítica, es instructora de usuarios de sillas de ruedas y trabaja en un call-center del Instituto Mexicano del Seguro Social. Alejandro Cota fue condenado a 50 años de prisión. Durante la filmación, mira fijamente a la cámara y dice: "Ya pasé a la historia". El sueño que, según Isordia, atormenta a la generación de ese año.
(1973, producida por el CCC y Churubusco Azteca, se exhibe en 10 salas de Cinemex.)