Los estados tienen la obligación legal de garantizar el acceso: Pan para el Mundo
Propone ONG mundial difundir entre los pueblos el derecho humano al agua
Seis de cada 10 hogares pobres del planeta carecen hoy de fuentes de abastecimiento
La violación del derecho humano al agua afecta no sólo a los mil 100 millones de personas que carecen del líquido en el mundo, sino a 60 por ciento de los hogares más pobres del planeta que no cuentan con este bien en sus hogares, de los cuales -se calcula- ocho de cada 10 se ubican en zonas rurales, informó la organización para el desarrollo Pan para el Mundo, integrante del Movimiento Mundial del Agua.
Annette Von Schönfeld, coordinadora de la campaña internacional por el derecho al agua que encabeza la organización, aseguró que a pesar de que la demanda para acceder a un recurso de calidad y en cantidad suficiente no ha sido reconocido por la comunidad mundial, la observación general número 15 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas (2002) "reconoce el derecho humano al agua y establece las obligaciones que tienen los estados para garantizar su cumplimiento".
Los gobiernos del mundo, afirmó, cuentan con elementos del marco jurídico internacional para adecuar sus legislaciones y establecer en sus constituciones la obligación del Estado a garantizar a la población el pleno ejercicio de este derecho, que incluye "no sólo disponer de agua suficiente, salubre y aceptable, también que el recurso sea accesible y asequible para el uso personal y doméstico".
Hoy día, indicó, millones de mujeres y niñas se ven forzadas a caminar más de tres horas diarias para abastecer de agua a sus familias y garantizar un consumo mínimo.
La Organización Mundial de la Salud y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) calculan que un ser humano debe disponer en promedio de 50 litros diarios por persona sólo para consumo, alimentos e higiene.
Sin embargo, regiones del mundo como el Africa subsahariana y algunos países asiáticos tienen la peor cobertura de agua, pues apenas un promedio inferior a 58 por ciento de la población tiene acceso a fuentes seguras y un porcentaje menor a los servicios de saneamiento.
El derecho humano al agua, afirmó, no sólo garantiza el combate a la pobreza y las enfermedades, "es un pilar fundamental para garantizar una vida digna y de calidad, porque sin agua no puede existir vida". Por ello, consideró como tarea "urgente" difundir entre la sociedad "en qué consiste este derecho y la responsabilidad de los estados en su cumplimiento".
Nuestro primero objetivo, indicó, es que la sociedad y las autoridades tengan claro cuál es su responsabilidad para garantizar el derecho humano al agua, y después organizar una convención internacional que funcione como instrumento jurídico vinculante, que recoja las obligaciones de los estados, además de establecer mecanismos adecuados de supervisión y reclamación.
La observacción general número 15, como interpretación jurídica oficial presentada por un órgano supervisor del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas, establece el derecho humano al agua como parte del derecho a la salud y a un nivel de vida adecuado.
"Y a pesar de que no es de naturaleza vinculante, su violación implica un grave atentado contra el derecho a la vida, por lo que toda medida que tome un Estado o nación en relación con sus recursos hídricos deberá estar en consonancia con el derecho al agua", indicó la activista.