Usted está aquí: lunes 13 de marzo de 2006 Política Programa Microrregiones: cinco años sin avance contra la pobreza extrema

Pese a sinergias con dependencias, la estrategia fue insuficiente, admite subsecretario

Programa Microrregiones: cinco años sin avance contra la pobreza extrema

A los 2 mil 445 municipios de alta y muy alta marginación se sumaron dos de Guerrero

ALMA E. MUÑOZ

Microrregiones, el programa clave del gobierno foxista para combatir la pobreza extrema en las zonas rurales, no prosperó. La dispersión, el daño ecológico de los municipios donde se impulsó, el aislamiento en que viven millones de campesinos e indígenas a los cuales se dirigió el esquema, y la migración de estos pobladores en un intento por revertir la agricultura de "autoconsumo de subsistencia" que los caracteriza, propiciaron que sus beneficiarios se mantuvieran en la misma situación que hace cinco años, cuando se puso en marcha la estrategia.

Más aún, a los 2 mil 445 municipios de alta y muy alta marginación que para entonces contabilizaba el Consejo Nacional de Población (Conapo) se sumaron dos más de Guerrero. Y las cifras que en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) se manejan para hablar sobre Microrregiones reportan que "el rezago crónico" en las comunidades rurales provocó que los recursos destinados para este mecanismo se fueran como "agua entre los dedos".

Sergio Soto, subsecretario de Desarrollo Humano de la dependencia, relató en entrevista con este diario las problemáticas que impidieron al programa -pese a la sinergia que alcanzaron 14 dependencias federales, gobiernos municipales y estatales, junto con organizaciones civiles para su operación- revertir las condiciones de quienes habitan el campo mexicano.

El Conapo señala, con base en datos de 2000, que 20 millones de habitantes están en condición de alta y muy alta marginación y tienen como sello más visible la dispersión. Forman parte de 100 mil comunidades, de las cuales 62 mil 200 son de menos de 50 habitantes. Además, según el funcionario nombrado en el cargo por Ana Teresa Aranda, titular de la Sedeso, se encuentran en zonas inaccesibles, con una orografía difícil y agricultura de autoconsumo de subsistencia, daño ecológico, incomunicación, asilamiento y mucha migración: 700 de los mil 340 municipios que atiende son expulsores de mano de obra hacia Estados Unidos, pero también sus pobladores alimentan las zonas urbanas del país o engrosan las filas de los jornaleros agrícolas.

También, apuntó el subsecretario, tienen "dependencia de subsidios y transferencia. No me refiero nada más de recursos gubernamentales, sino también de remesas". Todo ello propicia, subrayó, que los recursos destinados para el proyecto "se drenen, no generen efectos multiplicadores", pese a que cada año aumentan. En 2001, cuando Microrregiones arrancó, lo hizo con 12 mil millones de pesos, y llegó a 24 mil millones en 2005. Es decir, advirtió, "el punto está en que estas microrregiones son incapaces de retener a la gente".

Cuando empezó la administración del presidente Vicente Fox se acordó colocar banderas blancas en los 2 mil 996 centros estratégicos de comunicación de las microrregiones (puntos de convergencia de la población), como símbolo de haber cumplido metas. Once denominadas indispensables (agua, electrificación, educación y servicios de salud básicos, saneamiento, piso firme, caminos, abasto, telefonía, proyectos productivos y servicios público de computación y acceso a Internet) y tres elegibles (plan de ordenamiento urbano local, legalización patrimonial rural e identidad jurídica).

Entonces se identificaron 10 mil 400 banderas. La meta del sexenio fue igualar el número. Hasta diciembre del año pasado tenían 8 mil 411 adicionales pero, según Sergio Soto, quien desde hace más de dos años se hizo cargo del esquema social, "el reto sigue siendo de una magnitud similar todavía para completar".

Hablamos, abundó "de no quedarnos con el servicio mínimo. Por ejemplo, cuando se trata de suministro eléctrico básico, no es que se prenda un foco, estamos hablando de que exista la infraestructura que permita darles a las viviendas suficiencia en cuanto al uso de aparatos eléctricos domésticos. Igualmente que un taller pueda tener una máquina de soldar, un motor, una sierra, un torno. Esto significa que en las comunidades con suministro eléctrico necesitan ponerse al día, actualizarse".

Que los niños, insistió, tengan una escuela digna, "adonde vayan a gusto, donde haya un baño para niños y un baño para niñas, que haga más atractivo ir a la escuela que quedarse en casa. Que haya un cercado, una cancha. Que los maestros tengan más posibilidades de quedarse toda la semana (para enseñar). No nos corresponde a nosotros la parte de calidad educativa; eso corresponde a otra dependencia, aunque lo fomentamos".

-¿Quiere decir que se hizo la inversión, se pusieron suficientes banderas blancas, pero no lograron hacer que la gente se beneficiara de lo que le están dando?

-Ese es el punto, que en Microrregiones se busca tener un enfoque territorial integral, porque no es suficiente. Es condición necesaria mas no suficiente que se tengan estas banderas, pero todas al mismo tiempo. Una o dos no son suficientes.

-¿Hablamos de disparos cuando se necesitan cañonazos?

-Digamos que es mucho muy grande el reto, auque me parece que ha habido una serie de esfuerzos interesantes, pero el reto sigue siendo enorme.

-¿Sigue estando la gente en alta y muy alta marginación?

-Sí.

-¿No ha salido de la condición en que se encontraba?

-Ha remontado la condición, sin embargo todavía no es suficiente. Cuando hablamos de marginación hablamos de las condiciones de la zona, del territorio. Y aquí es donde combinamos el trabajo y buscamos integrar el trabajo de otras políticas públicas que buscan específicamente ayudar a la gente a superar su condición de pobreza, dándoles un contexto. Es como un campo a sembrar; no importa que la semilla sea buena si no está bien barbechado, si no está bien fertilizado, si no se siembra a tiempo; va a ser buena la planta, pero probablemente no dé todo su rendimiento.

Soto aseguró que la bandera que "más trabajo nos cuesta es el impulso a la actividad productiva, que es la que realmente va a romper estos círculos a los que me refería. Es un proceso y no es mágico, porque necesitamos la formación de capital social", que los propios comunitarios intervengan para que sean "autónomos, autosuficientes".

 
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