Ciudad Sadr, sacudida por estallidos de coches bomba; hay unos 200 heridos
Ola de atentados en un barrio chiíta deja más de 40 muertos
Milicias del Ejército del Mehdi se despliegan por Bagdad; la policía vigila mezquitas sunitas
Se reanuda el juicio contra Hussein; la fiscalía espera que sea condenado a muerte este mes
Ampliar la imagen Bomberos iraquíes atienden uno de los seis incendios provocados por estallidos de coches bomba que ayer asolaron el barrio chiíta de Ciudad Sadr, en Bagdad Foto: Ap
Bagdad, 12 de marzo. Al menos 62 personas murieron este domingo en Irak, 46 de ellas en seis atentados con coche bomba en el barrio chiíta de Ciudad Sadr, en Bagdad, y más de 200 resultaron heridas en una nueva escalada de la violencia en este país ocupado por Estados Unidos desde marzo de 2003.
Los atentados más sangrientos se perpetraron en cuatro mercados en Ciudad Sadr, que costaron la vida a 46 personas y otras 204 resultaron heridas. La mayor parte de los automóviles que estallaron eran minibuses atiborrados de explosivos.
Los dos primeros vehículos estallaron en el mercado popular Al Ula; un tercero hizo explosión en el de Al Gayara, otros dos en Mraidi y el sexto en Dakher, precisó. Las fuerzas de seguridad desactivaron un séptimo vehículo en el mercado de Chaab.
Mientras que numerosas ambulancias con las sirenas ululantes trasladaban a los heridos a diferentes hospitales de Bagdad, las milicias del Ejército del Mehdi, lideradas por el chiíta radical Moqtada Sadr, se dispersaron, armadas, en las calles de Ciudad Sadr.
Agentes de la policía recibieron la orden de proteger las mezquitas sunitas para evitar desbordamientos como los provocados tras la explosión con dinamita de la Mezquita del Domo Dorado de Samarra el pasado 22 de febrero.
En más ataques de la resistencia a la ocupación, 11 civiles fueron asesinados en Bagdad y 28 personas resultaron heridas en diferentes ataques con bomba.
Al norte de la capital dos oficiales de policía y dos civiles fueron asesinados, y otros siete resultaron heridos en diversos ataques.
En Mahmudiyah, al sur de Bagdad, un comandante de policía fue asesinado.
Esta escalada de violencia coincidió con la reanudación del proceso contra Hussein y siete de sus colaboradores ante el Alto Tribunal Penal de Bagdad, por la matanza de 148 chiítas de Dujail, en 1982.
El fiscal del tribunal, Jaafar Musaui, aseguró que si los acusados son condenados a muerte por la matanza de Dujail serán ejecutados sin esperar otros procesos en los que puedan estar implicados, y manifestó su confianza de que ello ocurra antes de un mes.
La decimoquinta audiencia del juicio estuvo consagrada al interrogatorio de personas leales al derrocado presidente.
Mezher Ruwaid, de 54 años, su padre Abdallah, de 80, jefe de barrio en Dujail, y Alí Dayeh Alí, un profesor de 66 años, declararon ante el tribunal.
Los tres están acusados de haber participado en la represión contra los habitantes de Dujail, tras un atentado fallido contra Hussein, y de denunciar a algunos de ellos por su pertenencia a Dawa, partido chiíta prohibido, que en la época equivalía a una condena a muerte.
En el plano político, el presidente iraquí Jalal Talabani anunció que la sesión inaugural del nuevo Parlamento tendrá lugar el próximo jueves 16 de marzo, y no el domingo 19 como lo había anunciado, para permitir que las fuerzas de seguridad se dediquen a la protección de las manifestaciones chiítas que marcarán el 40 aniversario del duelo de la Achura -la mayor festividad religiosa chiíta- el 20 de marzo.
Por su parte, el embajador de Estados Unidos en Bagdad, Zalmay Jalilzad, indicó que funcionarios estadunidenses discuten con la guerrilla de Irak.
En declaraciones al diario árabe Al Hayat, sostuvo: "dialogamos con hombres armados que quieren el bien de su país y defienden los intereses de Irak. Estos hombres armados tienen opiniones sobre el gobierno y sobre nuestra presencia", aseveró Jalilzad, quien puntualizó que "nosotros les explicamos que no queremos una guerra permanente".
Además subrayó que Estados Unidos no piensa discutir con los extremistas, como Abu Mussab Zarqawi, o los que defienden la vuelta de Hussein al poder.
Sus declaraciones no fueron corroboradas por fuentes independientes.