Los sueños, sueños son
El toro penetra en la cueva
palidez pe muerte le acompaña.
Gira, vuelve, resopla,
galopa en redondel carcelero.
Cuaja caprichosas estructuras
de acento negro grave.
Lanza cornadas al aire
entre tablas incrustado.
Al rejuego de los giros capoteros
reta, seduce, acomete.
Espumoso el belfo.
La cerviz erguida
altiva la mirada
los testículos colgantes
agita frenético el rabo.
La rítmica embestida
al compás de la cadencia contenida
ondula el viento soleado.
Y la peineta de la vaquilla
se empina lo más que puede
entre los rizos negros
al despeñar espumas.
La torre de terciopelo
se escapa en la sombra.