Nueve horas de sitio armado para capturar a activistas palestinos detenidos
Asalta el ejército israelí la prisión de Jericó; 2 muertos y 26 heridos
Militantes incendian el Consejo Británico en Gaza; ante ola de secuestros, huyen los extranjeros
Acusa la ANP a inspectores estadunidenses y británicos; se retiraron de la cárcel sin avisar, dice
Ampliar la imagen Un tanque israelí destroza un vehículo durante el ataque a la cárcel de Jericó para detener a militantes palestinos Foto: Ap
Jericó. 14 de marzo. Seis prisioneros palestinos, entre ellos un militante acusado de asesinar a un ministro israelí en 2001, se rindieron la noche de este martes, después de un sitio armado de nueve horas que empezó cuando inspectores militares británicos salieron de la cárcel donde se encontraban los internos.
La rendición se produjo después que el sitio desencadenó una extendida ola de ataques y secuestros de protesta, dirigidos contra extranjeros, en toda Gaza y Cisjordania, y luego de tupidos intercambios de fuego a las afueras de la cárcel de Jericó, en los cuales perecieron dos palestinos y 26 resultaron heridos.
Enfurecidos militantes lanzaron piedras y prendieron fuego al edificio del Consejo Británico en Gaza, en tanto comenzaba un éxodo de extranjeros de la franja para evitar nuevas represalias.
Los prisioneros, entre ellos Ahmed Saadat, líder de la facción que llevó a cabo el asesinato del ministro de Turismo Rehavam Ze'evi, salieron al fin de la cárcel poco después del anochecer, al cabo de un día de alta tensión en el cual fuerzas israelíes utilizaron repetidas descargas de artillería y ametralladoras para reforzar su amenaza de dar muerte a los hombres si no se entregaban.
Hombres armados palestinos capturaron a varios extranjeros en los hoteles de Gaza. Oficiales palestinos de seguridad que trataban de proteger a otros extranjeros señalaron que entre los cautivos estaban un trabajador de la Cruz Roja suiza, dos maestros australianos, dos trabajadores médicos franceses y tres periodistas, uno francés y dos sudcoreanos. Más tarde los maestros australianos fueron dejados en libertad.
Un diplomático británico señaló que no había reportes de ciudadanos de su país secuestrados, pero añadió que se intentaba llevar a dos a Israel, uno desde Gaza y el otro desde Cisjordania.
En Jenin, campamento situado en Gaza, hombres armados plagiaron a Douglas Johnson, profesor de inglés de la American University, y en un principio amenazaron con matarlo si Tel Aviv causaba daño a Ahmed Saadat.
Johnson, liberado más tarde, declaró a Associated Press que fue capturado por ocho militantes cuando hacía una compra a un vendedor callejero y que simpatizaba con la furia de los palestinos por la operación israelí en Jericó.
En Londres, en la Cámara de los Comunes, Jack Straw, secretario británico del Exterior, rechazó categóricamente los señalamientos palestinos de complicidad con Israel por haber abandonado la misión conjunta de supervisión Estados Unidos-Gran Bretaña.
Dirigentes palestinos sostuvieron que la acción militar fue con el propósito mejorar la posición del gobierno israelí con vistas a las elecciones parlamentarias que se realizarán dentro de dos semanas.
Una declaración emitida por la oficina del presidente Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, demandó poner alto a los ataques a centros culturales extranjeros, pero expresó: "Los inspectores estadunidenses y británicos tienen plena responsabilidad por haberse retirado esta mañana de la prisión de Jericó sin conocimiento de la ANP".
El gobierno británico insistió en que en repetidas ocasiones notificó en vano a la ANP sobre violaciones al acuerdo, firmado en 2002, conforme al cual Saadat, líder del Frente Popular para la Liberación de Palestina, y otros prisioneros se mantenían bajo supervisión internacional.
Straw publicó una carta conjunta enviada por los cónsules estadunidense y británico a Abbas el 8 de marzo, en que advertían del retiro de los supervisores a menos que se protegiera su integridad.
"Por desgracia, si la ANP no cumple en su totalidad... tendremos que poner fin a nuestra participación en los acuerdos de supervisión en Jericó y retirar a nuestros inspectores, con efecto inmediato", señalaba la carta.
En horas más tempranas del martes, el ejército israelí abrió fuego contra el edificio, cerró la ciudad y acordonó la zona de la prisión. Utilizó buldozers para comenzar a derribar los muros exteriores antes de disparar balas de tanque y lanzar por lo menos un misil desde el aire, en un despliegue de poderío militar.
Una columna de humo blanco ascendió desde los alrededores de la prisión, en el edificio de la ANP en Jericó, y a intervalos se podía escuchar el estruendo de artillería pesada y ametralladoras hasta que por fin los prisioneros y otros elementos palestinos salieran por la noche con las manos en alto.
El grueso del personal, custodios y otros prisioneros -182 personas en total, según fuentes militares- había salido mucho más temprano, en las horas siguientes al inicio de operaciones militares, la mayoría en ropa interior, por órdenes de los soldados israelíes.
Fuentes militares israelíes informaron que 26 palestinos resultaron heridos en tiroteos con quienes estaban dentro de la crujía.
Saadat fue transferido a la cárcel de la ANP en Jericó conforme al acuerdo firmado en 2002 para poner fin a una situación de estancamiento, cuando se refugió en el cuartel general del presidente Yasser Arafat en Ramallah.
Durante el sitio, Saadat declaró al canal árabe de televisión por satélite Al Jazeera: "No vamos a rendirnos. Enfrentaremos nuestro destino con valor".
Un coronel de la división de infantería blindada, que llevó a cabo la operación, afirmó esta tarde que el ejército había utilizado megáfonos para tratar de convencer al grupo más reacio, de unos 30 palestinos -entre ellos los seis prisioneros-, de que se entregaran vivos. "No es una negociación -les dijo-: si no salen, morirán".
Se dijo que los soldados que rodeaban la zona acordonada fueron atacados con cocteles molotov, piedras y en ocasiones con armas de fuego. Insistiendo en que no tenía conocimiento previo de la salida de los observadores -si bien admitió que las fuerzas israelíes se habían preparado con mucha anticipación para la posible captura de los prisioneros- , el oficial sostuvo que lo primero que supo del caso fue cuando notó a los tres observadores británicos en camino hacia el retén principal de Jericó, la mañana de este martes.
Ausencia de medidas de seguridad
Un diplomático británico aseguró hoy que su país había presionado a la ANP durante muchos meses a causa de violaciones a las condiciones en que se debía mantener a los prisioneros, y también, en fechas más recientes, por la seguridad de los inspectores.
Entre las infracciones estaba el uso de teléfonos celulares por los presos, las frecuentes visitas que recibían y la relativa libertad con que se les permitía salir de la prisión para recibir atención médica.
El diplomático señaló que los intentos de los inspectores por bloquear el uso de celulares por los prisioneros fueron frustrados por cortes deliberados en la energía eléctrica con el fin de desactivar el equipo de bloqueo.
Oficiales británicos en Jericó declararon que la misión, integrada por 14 inspectores, se realizaba en forma conjunta con Estados Unidos, y que era coincidencia que hoy todos fueran británicos, porque uno estaba de permiso.
Gideon Meir, subsecretario israelí del Exterior, declaró esta noche que después de la ruptura de las negociaciones que Estados Unidos y Gran Bretaña sostenían con la ANP, Israel no tuvo más remedio que "hacer lo que cualquier democracia haría" y poner a los prisioneros bajo su custodia.
Tras comentar que el acuerdo original para llevar a los prisioneros a una prisión palestina había inflamado a la opinión pública israelí, añadió que Tel Aviv había buscado deliberadamente capturarlos vivos, con un mínimo de bajas. Según él, la crisis también mostró "la situación en la ANP a raíz de la elección de Hamas".
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya