Ultimátum de sindicatos y estudiantes: el gobierno debe dar marcha atrás en 48 horas
Francia: repudian millón y medio de personas la reforma laboral
Jóvenes ajenos a las manifestaciones provocan disturbios en París, Nancy, Lille y otras urbes
Ampliar la imagen Un vehículo arde durante un enfrentamiento entre policías antidisturbios e inconformes, ocurrido después de la manifestación en París. A la derecha, jóvenes en Marsella exigen "Muerte al Contrato Primer Empleo" Foto: Ap
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París, 18 de marzo. Alrededor de un millón y medio de personas protestaron hoy en las calles de las grandes ciudades de Francia, entre estudiantes, sindicalistas y militantes de partidos de izquierda, en repudio a la polémica reforma laboral, y dieron un plazo de 48 horas al gobierno para que la retire o la movilización seguirá creciendo.
En la tercera gran jornada nacional, sólo en París se estima que desfilaron unos 350 mil manifestantes, a quienes se sumaron al mismo tiempo miles más en Marsella, Toulouse, Rennes, Lyon, Bordeaux, Nancy y Lille, entre otras ciudades, en rechazo al llamado Contrato Primer Empleo (CPE) con que el gobierno busca paliar la desocupación, que ronda 25 por ciento.
El Ministerio del Interior aceptó que más de 500 mil personas protestaron, mientras para los organizadores participaron un millón y medio en cerca de 150 manifestaciones.
En cualquier caso, el 7 de marzo en una jornada similar protestaron unas 400 mil personas, según la policía, o un millón, de acuerdo con los sindicatos.
Varios disturbios se desataron tanto en París como en otras urbes, entre ellas Nancy y Lille. Se informó que al menos siete policías y 12 manifestantes resultaron heridos cuando grupos de jóvenes se enfrentaron en esta capital a agentes antidisturbios, que detuvieron a 103 personas.
La violencia se atribuyó a jóvenes totalmente ajenos a la manifestación que, como ha ocurrido en las movilizaciones anteriores, arrojaron piedras y objetos metálicos, a lo cual la policía respondió con gases lacrimógenos. Los incidentes se extendieron al Barrio Latino e inmediaciones de la Universidad de la Sorbona.
¿Qué sentido tiene esperar la próxima manifestación?
Los sindicatos y uniones estudiantiles, que consideraron "un éxito" la protesta, dieron por la noche un ultimátum de 48 horas al presidente Jacques Chirac y su gobierno para suspender la polémica nueva ley de empleo juvenil, pues advirtieron que ahora el movimiento está más fuerte y en caso de no haber solución las protestas irán creciendo.
Las organizaciones no descartaron la posibilidad de impulsar una huelga general para la próxima semana, al señalar que el primer ministro Dominique de Villepin, cuya popularidad ha caído ante este conflicto, sólo tiene la opción de retirar el CPE y negociar, como señaló el dirigente sindical François Chereque.
En términos similares se declaró el líder opositor de los socialistas, François Hollande, al llamar a Villepin a escuchar "la voz de la razón". Cuestionó: "cuando hay miles y miles de ciudadanos, jóvenes y no tan jóvenes, cuando están representados todos los sindicatos, sin excepción, qué sentido tiene esperar la próxima manifestación".
Entre las cuatro y las 7:30 de la tarde, 350 mil personas pasaron por el puente de Austerlitz sobre el Sena, situado a la mitad del itinerario de la manifestación para expresar su repudio al CPE, aprobado por el Parlamento el 9 de marzo. Tal contrato alarga el periodo de prueba a dos años destinado a jóvenes de menos de 26 años, y en ese periodo el trabajador puede ser despedido sin ninguna explicación.
Esta polémica, que ha puesto en crisis la aspiración presidencial del próximo año a Villepin, no lo ha hecho rendirse sin embargo a la presión popular. No obstante, la víspera sugirió que podría efectuar algunos ajustes a la ley. Asimismo el presidente Chirac ha mostrado voluntad por reanudar el diálogo con los actores políticos y ha llamado a la calma.
A la vanguardia, durante las primeras dos horas y media de la marcha, avanzaron estudiantes, a veces reunidos en grupos alrededor de la manta que identificaba su escuela, pero la mayoría en grupos no organizados en los cuales se mezclaban sus padres y maestros. La consigna más gritada o escrita en carteles improvisados era: "Chirac, Villepin, Sarkozy, se les acabó su periodo de prueba", revirando así, en vísperas de las elecciones presidenciales de 2007, el CPE contra el presidente francés, su primer ministro y el titular del Interior.
Al final, durante la última hora, desfilaron los sindicatos con su orden y consignas acostumbrados: la CGT de tendencia comunista, la CFDT de tendencia socialista, los profesionistas liberales, los burócratas, los verdes, la extrema izquierda con los anarquistas, Fuerza Obrera y la Liga Comunista Revolucionaria, presididos por sus respectivos dirigentes.
Algunos medios de prensa locales evocan que la actual situación en Francia recuerda las movilizaciones de mayo de 1968, aunque en otro contexto.
Dos Francias de la juventud
En una entrevista improvisada, un activista de la Red de Educación Francia sin Fronteras, colectivo dedicado a ayudar hijos de inmigrantes que, por carecer de los documentos respectivos, pueden ser expulsados del país al llegar a los 18 años, dejando inconclusos sus estudios, contestó a La Jornada:
"Sí, hay 'dos Francias' de la juventud; la de los suburbios que se incendiaron en noviembre del año pasado, y la que ahora desfila frente a nosotros. Sí, el CPE fue diseñado por el primer ministro para facilitar la contratación de los jóvenes de los suburbios, cuya falta de preparación hace que los empleadores teman contraer con ellos una obligación definitiva al cabo de una sola semana de prueba.
"Es cierto que no es 'políticamente correcto' decir esto en voz alta, pues sería considerado discriminatorio. Sí, los jóvenes con preparación, bachilleres, universitarios, politécnicos, sienten como una afrenta la ampliación del periodo de prueba, pues eso amplía su inestabilidad por dos años y los padres de familia ven en ello la prolongación de la dependencia de sus hijos, ya que sin contrato definitivo un joven no puede alquilar un departamento ni abrir una cuenta de banco.
"No, la izquierda cuando ha estado en el poder no ha dado tampoco soluciones para el empleo. No, no se ve cómo se podría conciliar la salida de la precariedad para los más desfavorecidos y la no regresión a una cierta forma de precariedad para los más favorecidos."