Como las corporaciones, los pueblos debemos tejer lazos de unión, propusieron
Desde la panza del capitalismo, indios de EU exigieron respetar sus derechos
Alertan que la defensa del recurso debe incluir rezos, pero también cabildeos
Ampliar la imagen En la sede del Sindicato de Telefonistas también se analizaron las propuestas para conseguir que el agua se mantenga como un bien público y no se privatice Foto: María Luisa Severiano
Así como las corporaciones tejen lazos alrededor del mundo, también "nosotros, hermanos y hermanas, debemos encontrar maneras de juntarnos", de "crear alianzas", dijo Wahleah Johns, integrante de la nación navajo (Diné), a sus "hermanos y hermanas" indígenas del continente americano reunidos en el Encuentro de Pueblos y Organizaciones Indígenas en Defensa del Agua, realizado de forma paralela al cuarto Foro Mundial del Agua (FMA).
Yeltiings, jefe guerrero de la tribu winnemem wintu, en California, fue más allá: "En el norte y el sur debemos darnos cuenta de que no hay norte y sur, somos los mismos".
Para "unirnos", siguió, "necesitamos regresar a los viejos modos", recuperar "el fuego sagrado" (el lenguaje, las tradiciones), que "es la fundación para hacer el trabajo político".
La segunda jornada del encuentro estuvo dedicada a las experiencias de los pueblos indígenas de Norteamérica: "Venimos de la panza de la bestia del capitalismo", dijo Tom Goldtooth, de Dakota del Sur, coordinador del Indigenous Environmental Network.
Los participantes, sobre todo estadunidenses, contaron cómo, en su defensa del agua, usan todo tipo de tácticas y estrategias, desde rezos y cantos al agua hasta cabildeo en el Congreso en Washington. Se trata, dijo Yeltiings de "una guerra de tiempos antiguos llevada a cabo con métodos modernos".
Yeltiings relató cómo en 2004, hartos de que el gobierno federal no respetara acuerdos, esta tribu de apenas 125 miembros declaró la guerra a Estados Unidos. En el centro del enfrentamiento está el proyecto federal de subir el nivel de una presa en su región, lo cual inundaría sus lugares sagrados. Este punto, sin embargo, no es más que "la punta del iceberg", también está la lucha por la privatización del agua, restaurar el salmón y proteger los estuarios". Para ello intentan involucrar a los granjeros de la región y educar a los niños. Como parte de su batalla han cabildeado en Washington y Los Angeles.
"Estamos dispuestos a morir si entra la maquinaria", asegura este alto y fornido hombre, ante un público de cerca de 100 personas.
Por su parte, Wahleah Johns, de la Black Mesa Water Coalition, contó cómo hace unos cinco años su formó esta agrupación para enfrentar a la compañía Peabody, que transporta carbón y agua a través de 440 kilómetros de ductos desde el acuífero en territorio navajo hasta Laughlin, Nevada. Peabody ahora dejó de usar el acuífero en cuestión, pero intenta explotar otro ahí mismo.
"Nuestra tierra es la batería de Estados Unidos", pero más de 50 por ciento de las familias que viven "tras" los ductos no tienen electricidad ni agua potable, dijo Wahleah.
Más allá de la explotación del acuífero, los navajo se oponen a la contaminación de esta industria.
Tom Goldtooth mencionó que tiene conocimiento de ciertas comunidades indígenas en Venezuela también opuestas a Peabody, así que, como coordinador del IEN, propuso ver la posibilidad de enviar una delegación navajo al país sudamericano.
Renee Gurneau, presidenta del Colegio de la Nación del Lago Rojo, de Minessota, recordó cómo los colonizadores trajeron el concepto de la propiedad privada de los recursos naturales, cosa inaudita, para los pueblos indígenas. "¿De quién es el agua?", les preguntaron. "De nadie, respondieron sorprendidos los pobladores originarios, "el agua es la sangre de la madre tierra".
Algunos de los participantes en este encuentro también estuvieron en el FMA. Al respecto, comentó Josephine Mandamin, cuidadora del agua de la nación Ojibway: "El corazón está (en este encuentro). Aquí me siento en casa, aquí puedo descansar. Estamos como uno solo".
En la declaración conjunta de encuentro se exige que "nuestro derecho al desarrollo sea dirigido por nuestras propias normas y autoridades tradicionales", "rechazamos el modelo neoliberal que ve al agua como mercancía y no como bien público (y un) derecho humano"; y "exigimos a las autoridades nacionales y a las instituciones multilaterales y a los gobiernos participantes del FMA la participación de los pueblos indígenas en cualquier acción a desarrollar en nuestros territorios".
También llamaron a que los pueblos indígenas "formen "comités de defensa de las aguas".
Por último, denunciaron "la estructura del FMA, porque es financieramente prohibitivo, excluye a la mayoría de los pueblos indígenas".
Se acordó que la declaración será presentada en el Foro Mundial del Agua.