Comuneros de San Agustín Atzompa, en colusión con autoridades, los principales responsables
Devastada por tala inmoderada, extensa área forestal en Puebla
Un magnate la donó al INIFAP a mediados del siglo pasado para ser reserva natural y de estudio
La zona, generadora de especies vegetales y fundamental para la captación de agua y carbono
Ampliar la imagen Cientos de troncos descortezados en el bosque de mil 580 hectáreas ubicado cerca del parque Izta-Popo Foto: Abraham Paredes/ La Jornada de Oriente
Puebla, Pue., 19 de marzo. Miles de especies silvestres, como gatos monteses, coyotes, águilas, ciervos y armadillos, y otras como el conejo teporingo, que habitan en el campo experimental del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), se encuentran en peligro de extinción debido a la tala inmoderada.
Los principales responsables de la depredación del bosque de mil 580 hectáreas, ubicado sobre el volcán Iztaccíhuatl, a más de tres mil metros de altura, son invasores de la comunidad de San Agustín Atzompa, autoridades federales y municipales y una taladora, que han devastado unas de las principales áreas forestales del país.
Al avanzar en dirección al parque nacional Izta-Popo-Zoquiapan del lado poblano, se observa una escena desoladora: centenas de troncos descortezados, "llorando" aún resina. Hay también kilos de aserrín y muchas coderas, vestigio de que los talamontes procesan los árboles desde el monte para reducirlos a polines y facilitar su tráfico.
La zona forestal fue donada a mediados del siglo pasado al INIFAP por el magnate William O. Jenkins, para que se convirtiera en reserva natural, que además sirviera como zona de estudio y, eventualmente, hasta de esparcimiento.
Este campo experimental es un importantísimo generador de germoplasma forestal y otras especies vegetales asociadas, con las mejores características genéticas, según Alejandro López López, director del parque Izta-Popo-Zoquiapan, que colinda con esa área.
Además, la zona es fundamental para la captación de agua y carbono, porque sus árboles son los mejores de los estados de México, Puebla, Morelos y Tlaxcala.
Depredación avalada
La primera invasión al campo experimental ocurrió hace ocho años por campesinos de San Agustín Atzompa, junta auxiliar del colindante municipio de Chiautzingo, quienes fueron expulsados por las autoridades ambientales.
Sin embargo, en los meses recientes, los taladores volvieron a ocupar los terrenos y corrieron a los investigadores y guardabosques del INIFAP, que tramitó un juicio para recuperar su propiedad.
Por esta ocupación, habitantes de San Juan Tetla y San Felipe Teotlalcingo, también juntas auxiliares de Chiautzingo, además de pobladores de San Antonio Teotlalco -las tres localidades vecinas del campo experimental-, se manifestaron el 7 de febrero pasado frente a la delegación estatal de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Los manifestantes, integrantes del Comité de Defensa Forestal de la Región Izta-Popo, denunciaron entonces que los pobladores de San Agustín Atzompa se han abocado a depredar a su libre voluntad, acabando en algunas zonas no sólo con la vida de los árboles sino de especies silvestres.
En la protesta, hombres, mujeres y niños, algunos armados con palos y piedras, protagonizaron un conato de enfrentamiento con más de 200 granaderos.
Los quejosos añadieron que a los invasores de San Agustín no les preocupó mucho el litigio interpuesto por el INIFAP y vendieron a Elia López Zabaleta 10 por ciento de la extensión total del campo, es decir, 158 hectáreas de bosque que no les pertenece, ya que es propiedad federal.
La ilícita transacción fue validada por el cabildo de Chiautzingo, municipio gobernado por el panista Abraham Pérez Núñez, quien avaló la venta pese a no tener competencia en temas ambientales, y entregó documentos de propiedad a la particular, presunta representante de aserraderos y de agencias funerarias
Además, el delegado estatal de la Semarnat, José Antonio Díaz García, ex candidato panista a la alcaldía de Puebla y promotor en la entidad del ex precandidato de ese partido a la Presidencia de la República, Santiago Creel, concedió a López Zabaleta un permiso de saneamiento, tras detectarse que varios árboles tenían una plaga de gusano descortezador.
Según los campesinos de Tetla, López Zabaleta ha pervertido el permiso de saneamiento cortando cientos de árboles sanos, artilugio socorrido entre los depredadores industriales.
Cabe señalar que desde febrero pasado José Antonio Díaz García, también aspirante a una diputación federal, ha negado en varias ocasiones a La Jornada de Oriente entrevistas sobre el caso.
Defensa civil del bosque
Hartos de la indiferencia oficial, los campesinos del Comité de Defensa Forestal de la Región Izta-Popo emprendieron acciones por su cuenta; entre ellas, cavaron enormes cunetas para evitar que los troncos y polines fueran sacados por los depredadores de San Agustín.
El 6 de enero pasado pobladores de San Juan Tetla detuvieron dos camiones cargados de troncos que eran escoltados por policías municipales de Chiautzingo. En uno de ellos, aseguran, viajaba López Zabaleta, quien los amenazó con llamar a la policía por coartarle su derecho al libre tránsito. Los labriegos no se amedrentaron e hicieron que ambas unidades se quedaran en el atrio del pueblo.
Dos semanas más tarde, aseguraron otro camión, incendiaron una cabaña que los talamontes habían improvisado para descanso y detuvieron a dos personas que vestían uniformes con camuflaje y con cortes de cabello del tipo soldado raso, quienes dijeron ser guardabosques de San Agustín Atzompa y pertenecer al Ejército.
Por casi dos meses, los tres camiones y el cargamento decomisado permanecen estacionados en el zócalo de la comunidad de San Juan Tetla, pese al conocimiento de funcionarios de las procuradurías General de la República y de la Federal de Protección al Ambiente, de la Semarnat y de la policía estatal.
Vecinos de San Agustín aseguraron que el terreno en litigio les pertenece y que expulsaron a los investigadores del INIFAP porque "ya no hacían investigaciones ni experimentos, sólo tala". Sostienen que no han cortado árboles sanos, sólo los que ya estaban devastados por la plaga de gusanos.
Al preguntarles si vendieron 158 hectáreas de bosque a la empresaria López Zabaleta, la mayoría respondió que no, pero una mujer expresó: "¡No se lo vendimos, se lo donamos!" De inmediato fue censurada por sus paisanos.