Usted está aquí: lunes 20 de marzo de 2006 Deportes Curro Leal manejará la Plaza México

Curro Leal manejará la Plaza México

LUMBRERA CHICO

Aquella noche, en punto de las 20:30, sonaron timbales y clarines, se abrió la puerta de cuadrillas y de todos los ámbitos de la Plaza México se fue la luz, mientras potentes reflectores entraban en acción para pintar de diversos colores el paseíllo. Finalizado el desfile, restablecido el flujo eléctrico normal y aplanada la arena del redondel para borrar las huellas dejadas por tantas zapatillas y pezuñas, el juez ordenó la suelta del primero del encierro que irrumpió alegremente rematando en el burladero de matadores como los bravos de verdad.

Era un bicho tan guapo y apuesto que la gente comenzó a elogiarlo con aplausos cuando de repente saltaron los fusibles y, para espanto de todos los que se encontraban en el ruedo y en el callejón, la plaza volvió a quedar en tinieblas pero esta vez con un pavo de casi 500 kilos de peso y armado de dos puñales al que nadie podía ver. Aquel incidente puso fin a la aventura del célebre chicharronero de Tlalpan, don Jesús Arroyo, como empresario interino del embudo de Mixcoac.

Corría el año de 1989, la ciudad estaba en manos del regente Manuel Camacho Solís, quien había puesto en marcha una visible jugada política para quitarle el control de la plazota al doctor Alfonso Gaona, que la había manejado con proverbial habilidad, no exenta de malas mañas, durante décadas. Pero al conseguir la renuncia del doctor, Camacho se enfrentó con un problema imprevisto: nadie quería hacerse cargo del coso de Insurgentes porque eso implicaba asumir una arriesgada y cuantiosa operación financiera.

Camacho organizó un patronato, apoyado por el Departamento del Distrito Federal y al frente de éste colocó a Chucho Arroyo, pero aparte de intentar innovaciones como aquel fallido juego de luz y sonido, que estuvo a punto de ocasionar una tragedia en el ruedo, el experimento fracasó en pocos meses. Nuevas gestiones permitieron la incorporación de Televisa, que aportó capital por medio del empresario y político veracruzano Miguel Alemán, cuyo hijo Miguel Alemán Magnani lo representó en la naciente empresa y nombró como gerente al ex matador de toros español Francisco Curro Leal.

Y lo que son las cosas, Curro Leal dio en 1989-90 y 90-91 las últimas dos temporadas exitosas habidas en ese establecimiento, en las que triunfaron con llenazos hasta el reloj y salidas a hombros Mariano Ramos, David Silveti y Jorge Gutiérrez, convertidos en el eje de la torería nacional. Luego, por una desafortunada recomendación de Mariano Ramos, se metió en el negocio Rafael Herrerías y con él la México entró en agonía hasta convertirse en una plaza muerta.

Ahora que Herrerías se ha ido a la trastienda, subarrendando el changarro nada menos que a Curro Leal y al también ex torero José Antonio González Chilolín, resurgen las expectativas por ver si el madrileño es capaz de reverdecer sus laureles y alcanzar logros similares a los de hace tres lustros. Por lo pronto, el dúo dinámico prepara una serie inaugural de corridas para mayo, con toros de cinco y toreros de 25. Pronto sabremos qué tanto hay de verdad en eso. Esperemos.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.