MEXICO SA
Latinoamericanos, 13% del total mundial de emigrantes
Crece expulsión de mano de obra calificada
Falta dignidad a unos y sobra bestialidad a otros
Las rebanadas del pastel:
DESDE LOS MICROFONOS gubernamentales latinoamericanos recurrentemente se escucha una pomposa frase: "el modelo económico vigente, funciona y funciona muy bien".
SEA PUES. LA Cepal presentó un nuevo informe (Migración internacional, derechos humanos y desarrollo en América Latina y el Caribe) sobre una de las consecuencias del modelo que funciona muy bien, y la numeralia en él contenida resulta escalofriante: de 2001 a 2005 el número de emigrantes latinoamericanos pasó de 21 a 25 millones, para representar más de 13 por ciento del total mundial, y la mayoría de ellos terminó empleándose en algún sector económico de Estados Unidos, aunque objetivos europeos (España, de manera destacada) ya son considerados por la mano expulsada de sus respectivos países como una alternativa viable. De hecho, al cierre del año pasado 3.5 millones de latinoamericanos de una u otra suerte se acomodaron en los mercados laborales de aquel continente.
PARA 2000, EN términos porcentuales, México ocupó el nada honroso tercer lugar -sólo superado por El Salvador y Nicaragua, con 14.5 y 9.6 por ciento latinoamericano- sin considerar el Caribe, en expulsión de mano de obra -calificada y no- y alrededor de 9.4 por ciento de su población total vive y trabaja fuera de su país. El indicador para Cuba es de 8.7 por ciento. De 2001 a 2005, alrededor de 2 millones de mexicanos (50 por ciento del total latinoamericano en el periodo) emigraron del país por razones económicas.
EL MONTO DE las remesas de los mexicanos expulsados ha crecido más de mil 100 por ciento en los pasados 25 años, al pasar de mil 800 a 20 mil millones de dólares. A lo largo del "cambio", el aumento en este renglón ha sido de 320 por ciento, y la paisanada ha inyectado casi 69 mil millones de dólares a la economía mexicana.
LOS PROCESOS MIGRATORIOS son inseparables de la globalización, subraya la Cepal, pero dadas las restricciones a la movilidad humana, que contrastan con las facilidades de circulación con que cuentan las corrientes financieras, comerciales, de información y de ideas, cabe promover una mayor liberalización de la migración y una más amplia integración de los inmigrantes. La falta de coherencia señalada debe debatirse ampliamente, y es preciso destacar que la liberalización de la movilidad involucra la integración de los inmigrantes, su libre circulación y retorno, lo que permitiría un mejor aprovechamiento de los posibles efectos positivos de la migración en el desarrollo.
En los pasados 25 años las remesas recibidas en América Latina aumentaron casi 3 mil 600 por ciento, al pasar de mil 120 millones de dólares en 1980 a más de 40 mil millones en 2004. México, Brasil y Colombia concentran más de 60 por ciento del total, y 20 por ciento es captado por Guatemala, El Salvador y República Dominicana.
EN PAISES COMO Haití, Nicaragua y Honduras representan 24, 11 y 10 por ciento del PIB, respectivamente. En economías algo más grandes, como las de El Salvador y República Dominicana, equivalen a 14 y 10 por ciento del PIB. En los casos de Ecuador y Guatemala tienen una importancia relativa menor (6 por ciento del PIB). En México suponen cerca de 3 por ciento del PIB.
CON RESPECTO A la inversión extranjera directa, prácticamente en todos los países con niveles medios y altos de remesas, pero con economías de menor tamaño, las remesas superan al menos más de dos veces las divisas provenientes de la IED. Destacan los casos de Guatemala y El Salvador, donde las remesas superan más de seis y siete veces el monto de dicha inversión. En Honduras y Nicaragua, las remesas representan un ingreso de divisas superior al triple y al doble del representado por la IED. Para 2005 en México las remesas superaron en 17 por ciento el monto oficial de inversión extranjera directa.
LA EXCEPCION ES Ecuador, país en que las remesas superan la IED en sólo 40 por ciento. En cambio, en los países con economías más grandes y dinámicas las remesas representan un voluminoso ingreso, pero no siempre superan la inversión extranjera directa. En Brasil constituyen un flujo equivalente a 12.4 por ciento, y en Colombia ambos flujos reportan una magnitud similar.
POR OTRA PARTE, la Cepal señala que las cifras censales indican que el número de profesionales, técnicos y afines (PTA) latinoamericanos fuera de su país de origen aumentó marcadamente desde 1970, hasta llegar a poco más de 300 mil hacia 1990. Una década después, ese número se incrementó a casi un millón. En la migración intra latinoamericana, la proporción de PTA entre los emigrantes económicamente activos ha pasado de 6 por ciento en 1970, a 8 en 1990 y a 13.5 por ciento en 2000.
AUNQUE EL TOTAL de profesionales y técnicos entre la población económicamente activa emigrante es todavía reducido, el aumento de la participación de los PTA en el total de la PEA emigrante es significativo: esta tendencia, además de contribuir a valorizar este patrón migratorio, puede servir de base para impulsar actividades de cooperación regional que hagan posible el empleo compartido de recursos humanos calificados. República Dominicana, Argentina, Venezuela, Costa Rica y Paraguay presentan los menores porcentajes de PTA en la PEA inmigrante regional. En el otro extremo se ubican Brasil, México y Chile
LA CEPAL CONCLUYE que existen múltiples razones para admitir que la migración calificada en América Latina y el Caribe no se detendrá. Será difícil ponerle término si se considera el comportamiento de los mercados laborales (desempleo, subempleo, inactividad involuntaria, pérdida salarial y terciarización), que contrasta con la dinámica oferta profesional, así como los serios rezagos en materia de actividades de ciencia y tecnología.
ENTONCES, ¡QUE BIEN funciona el modelito!
NUNCA SE CONSTRUIRAN muros fronterizos suficientes para frenar la expulsión de mano de obra. Mucho más fácil y productivo es que los gobiernos de los países expulsores y receptores negocien un tratado migratorio digno y civilizado. El problema es que en unos falta dignidad y en otro sobra bestialidad.