México no quiso correr riesgos e impidió abrir la discusión sobre el acceso universal
Derecho al agua y cobertura a pobres, temas excluidos de la declaración final
Documento paralelo alerta sobre amenazas al recurso por tratados de libre comercio
Ampliar la imagen Protesta que organizaron ayer integrantes del Fondo Mundial de la Vida Silvestre, contra la privatización del agua Foto: Marco Peláez
Ni el derecho al agua ni la forma concreta de englobar a los pobres serán incluidos en la declaración final que este miércoles se dará a conocer como resultado de la reunión ministerial del cuarto Foro Mundial del Agua, de acuerdo con el último borrador de la Declaración Ministerial al que tuvo acceso La Jornada.
Además, México, que como país anfitrión preside dicha reunión, impidió abrir la discusión al tema de considerar al agua como derecho humano fundamental, a fin de preservar lo mínimo ya acordado desde el principio y no correr el riesgo de que el encuentro ministerial acabara sin una resolución final.
Sin cambiar un ápice la declaración conocida desde el inicio del cuarto Foro Mundial del Agua, los representantes de los 148 países aquí reunidos acordaron suscribir sus términos, incluyendo el reconocimiento de que las autoridades locales, no sólo nacionales, sino estatales o departamentales, municipales, de cantones o departamentos, son las responsables de organizar los servicios de agua y alcantarillado, y que deben contar con la libertad suficiente de escoger el manejo más adecuado "dentro de todas las opciones disponibles".
Prounciamiento paralelo
Sin embargo, Bolivia, Cuba, Venezuela, España y Uruguay presentaron una "declaración paralela", en la que sostienen que el acceso al agua en calidad, cantidad y equidad constituye un derecho humano fundamental, y que los estados, junto con sus comunidades, deben realizar esfuerzos en todos los niveles, para hacer efectivo ese derecho para sus habitantes, y manifiestan su "profunda preocupación" sobre los posibles impactos negativos que los tratados de libre comercio pueden tener en los recursos hídricos, además de reafirmar el derecho soberano de cada país a regular el agua en todos sus usos y servicios.
Durante este miércoles es muy probable que otras naciones, como Brasil -que todavía lo discute-, se adhieran a esta declaración, lo cual no implica que dejen de firmar la Declaración Ministerial del encuentro. En todo caso, este pronunciamiento planteado por algunos países se presentará como "declaración anexa" a la resolución oficial. Es decir, el firmar uno no implica dejar de apoyar o suscribir algún otro pronunciamiento.
Incluso, las naciones miembros de la Unión Europea, donde España ha jugado un papel protagónico, propondrán otra "declaración anexa" más ambiciosa que la Declaración Ministerial que a su juicio resulta muy light, donde se pronuncien por que el agua sea considerada efectivamente un derecho fundamental, que las grandes presas garanticen su sustentabilidad y conservación del ambiente, y que promuevan la protección de todos los ecosistemas, entendiendo el cuidado del agua en todo su contexto.
De esta forma, la llamada Declaración de México, resultado del encuentro ministerial, y que prácticamente había sido ya aprobada desde antes del inicio del foro mundial, fue ratificada, a pesar de la intensa labor diplomática desplegada por varios países, como Bolivia y España.
Por su parte, México, que por cierto se conformará con firmar la declaración oficial, aceptó sin cortapisas todos los puntos, en su gran mayoría impuestos por las grandes trasnacionales ligadas al negocio del agua y los organismos financieros internacionales. Sólo insistió en que los proyectos hidroenergéticos ocuparan un lugar preponderante.
Así, ratificaron, en una acción de simple continuidad con los acuerdos adoptados tres años antes en Japón, que los gobiernos tienen un papel fundamental en la promoción para mejorar el acceso al agua potable, alcantarillado básico, tenencia sustentable y segura, y vivienda adecuada, a través de una mejor gobernabilidad en todos los niveles, y permitiendo "ambientes y marcos regulatorios apropiados, adoptando un enfoque en favor de los pobres y con un activo involucramiento de todos los actores", tal como publicó este diario el pasado 17 de marzo.
Dentro de la serie de generalidades que marcan este discurso oficial, los políticos suscribieron el reconocimiento al papel de "otros actores relevantes, particularmente mujeres y jóvenes", en la planeación y gestión de los servicios de agua y, "según proceda", en los procesos de toma de decisiones. Ninguna mención a los pueblos indios. Esa declaración no satisfizo, de entrada, a muchas delegaciones, pero finalmente se doblegaron ante el intenso cabildeo de los representantes del gobierno mexicano, del Consejo Mundial del Agua -organizador del encuentro, y de AquaFed, la organización de cabildeo de las trasnacionales del agua.
Pero Venezuela, Cuba, Bolivia, España y Uruguay presentaron en la reunión ministerial la declaración paralela, en la que hacen un llamado a todos los estados a "construir el Foro Mundial del Agua en el marco del sistema multilateral internacional", y sobre los principios de "plena participación e inclusión". Añade: "exhortamos a la comunidad internacional y a los organismos multilaterales a cumplir los compromisos reiteradamente asumidos para respaldar los esfuerzos que hacen los países con el fin de asegurar el acceso al agua y el saneamiento".
Ayer mismo, mientras se discutía este tema en la reunión ministerial, el gobierno de Bolivia comunicó a la Organización Mundial del Comercio que retiraba su oferta general sobre el comercio del servicio y llamó a este organismo a suspender cualquier negociación que involucre al agua potable y retirar al sector de los 155 servicios catalogados en esta instancia.