"No puede haber reconciliación si hay algún resquicio de impunidad", afirma
"Plan sistemático de exterminio", el instaurado hace 30 años: Kirchner
El golpe del 76, "la más cruenta experiencia antidemocrática" que Argentina haya padecido, dice
Madres y abuelas de Plaza de Mayo, en el acto de fuerte impacto emotivo en el Colegio Militar
Ampliar la imagen Miembros de Madres de Plaza de Mayo llevan una bandera con fotografías de personas desaparecidas durante la guerra sucia, ayer en la manifestación por el trigésimo aniversario del golpe militar contra Isabel Perón Foto: Reuters
Ampliar la imagen El presidente de Argentina saluda a Hebe de Bonafini, presidenta de Madres de Plaza de Mayo Foto: Ap
Buenos Aires, 24 de marzo. Al cumplirse el trigésimo aniversario del golpe militar que el 24 de marzo instaló la dictadura más cruel que vivió Argentina, el presidente Néstor Kirchner condenó el terrorismo de Estado y el "plan sistemático de exterminio" impuesto entonces, al hablar en el Colegio Militar de la nación.
Advirtió que "no puede haber reconciliación si hay algún resquicios de impunidad", e instó a la justicia a tomar decisiones con respecto a los indultos a los militares emitidos en los años 1989 y 1990, y calificó al proceso dictatorial como "la más cruenta experiencia antidemocrática que la patria haya padecido".
Defendió el apoyo de su gobierno a la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y mencionó su esperanza de que la justicia actúe en el caso de la derogación de los indultos, para que no se deba utilizar un decreto para derogar otro", sobre los dictados por el ex presidente Carlos Menem para indultar a los jefes de las juntas militares en 1989 y 1990, que consagraron la impunidad de los represores.
"No puede haber paz ni reconciliación mientras quedan resquicios de impunidad. Sólo castigando a los culpables se liberará de culpa a los inocentes", puntualizó.
En un acto de fuerte impacto nacional por el lugar elegido para su discurso, acompañado por madres y abuelas de Plaza de Mayo, hijos sobrevivientes, funcionarios y los jefes de las tres fuerzas militares, Kirchner dio otro paso histórico al inaugurar en el patio de honor de esa institución una placa de bronce con la inscripción "Nunca más al golpe y al terrorismo de Estado".
Ese 24 de marzo "se instaló un gobierno de facto de las fuerzas armadas que se atribuyó la suma de facultades, ejecutivas, legislativas, e impuso un terrorismo de Estado que produjo graves violaciones a los derechos humanos", dijo el mandatario.
Kirchner sostuvo que se trató de un plan sistemático, con imposición de terror y eliminación física de miles de ciudadanos. "El terrorismo de Estado llegó hasta acá", añadió, al recordar que varios cadetes del Colegio Militar que defendían la democracia fueron secuestrados.
El mandatario argentino fue muy claro al destacar la complicidad de diversos sectores de la sociedad, y responsabilizar también al "conglomerado cultural, social y político del cual las fuerzas armadas fueron brazo instrumental y protagónico".
Aseveró que "lamentablemente, los principales dueños de este modelo no han sufrido castigo alguno. Aquel golpe no se redujo a un fenómeno protagonizado por las fuerzas armadas. Sectores de la sociedad, la prensa, la Iglesia y la clase política tuvieron su parte cada vez que se subvertía el orden" en la historia argentina.
Se refirió a los desaparecidos a los que la dictadura "convirtió en ausentes para siempre, como cínicamente proclamó el mayor responsable", el ex general Jorge Rafael Videla, y habló de los cientos de niños arrancados de los brazos de sus madres en cautiverio.
"No se trataba de excesos. Era un plan criminal bajo principios de la teoría de Seguridad Nacional. La mayoría de las víctimas fueron jóvenes que luchaban por la independencia económica, la soberanía política y la justicia social", apuntó Kirchner.
También dijo que el principal mensaje de terror estuvo dirigido a la sociedad. "Se buscaba una sociedad fracturada, quebrar todo, prohibieron desde la política hasta el arte, se impuso un nuevo modelo económico, endeudamiento, fuga de capitales. Querían terminar lo distinto, lo plural. El modelo económico, político y social tuvo un cerebro y un nombre: José Alfredo Martínez de Hoz (ministro de Economía de la dictadura militar)".
Ese modelo político, económico y social, destacó el mandatario, "no terminó con la dictadura generando la situación más aguda que recuerde Argentina", y que las consecuencias se prolongan hasta hoy y "los verdaderos dueños de ese modelo están sin castigo".
Uno de los momentos más emocionantes fue cuando Kirchner calificó a las madres de Plaza de Mayo de la "única vanguardia de la resistencia", y las mencionó como mujeres organizadas para enfrentar la barbarie.
En esos momentos muchos de los asistentes corearon "madres de la plaza el pueblo las abraza".
El presidente fue más lejos al decir que "esta casa y el pueblo las reciben con los brazos abiertos. Enseñaron el camino de la lucha en un maravilloso ejemplo de la resistencia contra la barbarie". Y una de sus conclusiones fue: "Nunca más al golpe y al terrorismo de Estado".
Junto a su esposa Cristina de Kirchner y otros funcionarios, como el canciller Jorge Taiana, la ministra de Defensa Nilda Garré, gobernadores y los jefes de las tres fuerzas armadas, el mandatario guardó un minuto de silencio en homenaje a las víctimas.
Desde la víspera se celebraron otros actos oficiales de gran simbolismo, como la visita y rencuentro de compañeros ex presos políticos de la Unidad 9 de la cárcel de La Plata, entre ellos varios funcionarios actuales como el canciller Jorge Taiana, el ex legislador Eduardo Jozami y el abogado Carlos Slepoy, figura clave en los juicios que se llevan adelante en España contra los responsables de crímenes de lesa humanidad de la dictadura castrense.
Esta tarde también hubo una reacción esperanzadora de los familiares que buscan justicia, cuando se conoció que en documentos desclasificados en Estados Unidos los militares involucrados en el golpe de Estado reconocían que habían hecho desaparecer al menos a 22 mil personas durante la represión ilegal.
Esto se conoció el pasado jueves aquí al difundirse los documentos publicados por el National Security Archive, y entre ellos, por primera vez, algunos intercambiados por las agencias de inteligencia del Cono Sur.
Unos se refieren a la primera reunión de los militares con el secretario de Estado estadunidense de la época, Henry Kissinger, después del golpe, donde éste ordena el "apoyo inmediato del gobierno de Estados Unidos al nuevo régimen militar".
Se evidencia también que -como sucedió en Chile- ante una advertencia de sus asistentes sobre el baño de sangre que podría suceder en Argentina, Kissinger decidió su apoyo: "Quiero apoyarles. No quiero que tengan la impresión que están siendo hostigados por Estados Unidos".