Critican que la vigilancia de la calidad en escuelas privadas recaiga en la Profeco

Académicos lamentan concepción educativa mercantil del gobierno

Las instituciones de paga han sextuplicado su número en 10 años, revela estudio de la UNAM

JOSE GALAN

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) detectó en 2003 que menos de 10 por ciento de las instituciones de educación superior privadas no están acreditadas y los fraudes de las llamadas universidades patito crecían día con día. Según la misma dependencia, en la actualidad, la proliferación de estas seudoinstituciones de dudosa calidad no se ha revertido, sino por el contrario, ha aumentado.

Para investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el hecho de que la vigilancia en la calidad educativa recaiga en una instancia que protege al consumidor y no en la Secretaría de Educación Pública (SEP), sólo es reflejo de una concepción educativa mercantil, en la que los imprevistos deben resolverse entre particulares: el consumidor y el proveedor.

En el documento De la privatización a la comercialización de la educación superior, los académicos Axel Didricksson, director del Centro sobre Estudios de la Universidad, y los investigadores Alma Herrera Márquez, Bolívar Huerta Martínez, Dante Torres Ríos y Lidia Jaqueline Villafán Aguilar advierten que el modelo de mercantilización no sólo es ya el tradicional de "matrícula pagada por los estudiantes", sino que ahora el factor lucro hace que los recursos de los estudiantes y sus familias se vean asociados al fraude y a la ganancia sin escrúpulos, "sin que medie ningún interés ni responsabilidad por garantizar la calidad y el valor social de los conocimientos que se distribuyen o virtualmente se 'negocian' (comillas en el original).

"En efecto, este modelo ahonda en las ya de por sí pronunciadas condiciones de desigualdad e inequidad del sistema educativo nacional, siempre y cuando el fraude educativo se ha extendido hacia otros sectores de clase media pero también populares, sin la garantía de una movilidad laboral ascendente, pero que al mismo tiempo produce nuevas formas de exclusión, ahora de manera global y local", añade el documento.

De allí que los investigadores y autores del texto consideren que los mexicanos estamos frente al desarrollo de un fenómeno absolutamente nocivo en la educación superior del país por su carácter, su orientación y sus alcances. Con base en los anuarios estadísticos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, en el periodo de 1994 a 2005, la tasa de crecimiento de las instituciones de educación superior (IES) privadas fue 3.5 veces superior respecto de la tasa de las públicas, y que por cada nueva institución superior pública se crearon 3.5 particulares. En 10 años, en promedio, las IES públicas se han duplicado, mientras que las privadas se han sextuplicado.

"Nos hallamos frente a un escenario educativo en el que no existe, por parte del gobierno, ninguna planeación estratégica, ninguna regulación o control que fije metas en el crecimiento de la educación superior. Se trata de un crecimiento anárquico, caótico y sin dirección alguna de las IES, tanto públicas como privadas", añaden los investigadores.

Hace 10 años, uno de cada cinco alumnos de licenciatura estudiaba en una institución particular; hoy, acude a éstas uno de cada tres, y para los académicos no parece que esta tendencia se vaya a revertir. Así, en menos de 20 años, el número de estudiantes inscritos en las IES privadas habrá alcanzado al de las públicas.

"Esto podría considerarse un hecho positivo, salvo si prevalece la tendencia actual en la que sólo 10 por ciento de las IES privadas cuenta con una certificación de calidad por parte de la SEP. En este escenario, estaríamos hablando de que alrededor de 40 por ciento de la matrícula estudiantil de licenciatura sería objeto de un fraude educativo", concluye el estudio universitario.