Legisladores entregaron todo por nada, lamenta
Reformas a la Ley de Radio y Tv, retroceso democrático: Esteinou
De aprobarse la llamada ley Televisa, la clase política no sólo se habrá subordinado al poder mediático y dictatorial de las principales televisoras privadas del país, también habrá perpetrado uno de los "más graves retrocesos para la vida democrática en México, al rendirse al verticalismo y la unilateralidad desconociendo la vía racional y civilizada del consenso".
Francisco Javier Esteinou Madrid, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y especialista en medios de comunicación, señaló que de concretarse una nueva "arbitrariedad" legislativa, se entrega una "sentencia de muerte a cientos de radiodifusoras y televisoras de todo el país que no podrán afrontar la transición digital y dejarán el campo libre para consolidar una oligarquía mediática que pretende imponer su modelo de país".
Con la ley Televisa, afirmó, los legisladores "reconocen que no tienen ninguna capacidad para convencer a la población con propuestas, y sólo subordinándose al poder mediático y renunciando a sus principios partidistas creen que podrán mantenerse en el poder".
Imponer el viejo esquema de la comunicación, eliminando cualquier alternativa de representatividad, es condenar a los medios públicos a un acelerado debilitamiento y a su desaparición, en la mayoría de los casos, en unos pocos años, al no tener alternativas para comercializar sus productos, señaló.
La aprobación de la minuta de reforma a la Ley de Radio y Televisión, destacó, tendrá un grave impacto en la capacidad de la sociedad para acceder a medios de comunicación que reflejen su realidad, en vez del ''diseño de un proyecto de país gestado desde la televisión, con un poder público cada vez más arrinconado y arrodillado ante su poder fáctico".
Súper Goliat
Es lamentable, aseguró, que diputados y senadores "no comprendan que entregaron todo a cambio de nada, pues no sólo están subordinados al poder mediático de las televisoras, también han creado un súper Goliat que será muy difícil derribar en los próximos 35 años".
Nos enfrentamos al diseño de una sociedad de pensamiento único, impulsada por la oligarquía de Televisa y Televisión Azteca, que podrán concentrar en sus manos la mayoría de las cadenas de televisión y radio del país, "sin importar la grave violación al derecho a la libre expresión que estará supeditado al poder de las grandes cadenas televisivas".
La aprobación de esta ley, indicó, es uno de los momentos más críticos para el futuro del país, pues se trata de un proyecto a largo plazo que tendrá un papel fundamental en los próximos 40 años, el mismo periodo que le llevó a organizaciones civiles, especialistas, investigadores y ciudadanos "mantener una lucha por abrir espacios plurales en los medios".
Este ejemplo de autoritarismo, verticalidad y pragmatismo político que permite a los legisladores comprometer su voto a cambio de un posible apoyo mediático en sus candidaturas, subrayó, nos revela que en México es posible "soslayar en siete minutos de discusión parlamentaria un proyecto alternativo y plural, para aprobar, dispensando en primera lectura una minuta que resulta un atropello a la democracia y a la libertad de expresión".
Con todo el poder que se entregará al duopolio mediático, advirtió, no sólo se fortalece su control sobre los medios electrónicos, también se abre la puerta para que "dobleguen cualquier iniciativa que dañe sus intereses, porque no sólo operan en el campo de las telecomunicaciones, sus intereses se extienden a todo el contexto político y económico del país".