Políticos chiítas aseguran que eran civiles; la policía iraquí dice que eran milicianos
Ultima el ejército de EU a unas 20 personas en una mezquita
Encuentran 30 cadáveres en Baquba y 10 en diferentes barrios de Bagdad; todos ejecutados
"Probable" un retiro significativo de tropas estadunidenses de Irak el próximo año, dice Rice
Ampliar la imagen Imagen tomada de un video muestra algunas de las víctimas en una mezquita de un barrio del este de Bagdad, muertos ayer por fuerzas estadunidenses Foto: Reuters
Bagdad, 26 de marzo. Al menos 20 personas fueron abatidas hoy por el ejército estadunidense en la mezquita Mustafa de Bagdad. Políticos de la mayoría chiíta aseguraron que las víctimas eran feligreses, pero la policía y residentes aseveraron que el templo fue escenario de enfrentamientos entre milicianos del líder radical chiíta Moqtada Sadr y efectivos estadunidenses.
El mando militar de Estados Unidos confirmó que hubo enfrentamientos entre fuerzas especiales iraquíes y asesores estadunidenses. Subrayó que los choques ocurrieron en un edificio cercano a la mezquita, con saldo de 16 insurgentes muertos.
En otros hechos de violencia ocurridos este domingo, unos 40 cadáveres fueron encontrados en la norteña localidad de Baquba y en esta capital, mientras 40 presuntos rebeldes fueron capturados en una operación de las fuerzas iraquíes, con apoyo del ejército invasor, en la región de Kirkuk, al norte del país petrolero.
En este contexto, el embajador de Estados Unidos en la nación ocupada, Zilmay Khalilzad, aumentó la presión para que se integre un gobierno de unidad nacional, mientras la secretaria de Estado estadunidense, Condoleeza Rice, declaró que es "enteramente probable" que su país retire un significativo número de tropas durante el próximo año.
Según Hazem Aaraji, seguidor de Sadr, "más de 20 militantes fueron abatidos en la mezquita Mustafá en el barrio de Our", cerca de Ciudad Sadr, en el norte de Bagdad.
Pero en un reporte posterior, políticos de la mayoría chiíta de Irak acusaron a tropas estadunidenses de asesinar hoy a 20 devotos en una mezquita en Bagdad, refirió Reuters.
Un vocero de la fuerza militar estadunidense declinó comentar sobre las acusaciones, pero emitió un comunicado describiendo un choque entre fuerzas especiales iraquíes y asesores estadunidenses en un edificio cerca del área pero no en la mezquita.
Con Bagdad bajo toque de queda en las noches fue imposible precisar lo ocurrido. Pero, inusualmente, la televisión estatal mostró una fuerte confrontación entre islámicos chiítas y el gobierno estadunidense.
Un vocero del primer ministro iraquí Ibrahim Jaafari dijo que el premier estaba "muy preocupado" y llamó al comandante estadunidense en Irak, George Casey, quien le dijo que colaboraría con la investigación.
La policía de emergencia de la capital indicó que miembros del ejército de Estados Unidos rodearon la mezquita en donde se encuentra la oficina de Sadr. La policía iraquí agregó que las fuerzas estadunidenses trataron de entrar al lugar y elementos del Ejército del Mehdi, de Sadr, apostados en el techo del templo comenzaron a disparar.
Las tropas estadunidenses respondieron al fuego y abatieron a varios guardias, indicaron las autoridades. Hasta el cierre de esta edición el ejército de Estados Unidos no había confirmado la información.
El canal de televisión estatal Iraqiya mostró imágenes de cuerpos ensangrentados de hombres vestidos de civil en un cuarto donde no eran visibles armas de fuego, y dijo que eran víctimas de disparos de estadunidenses.
"Fuerzas estadunidenses irrumpieron e incendiaron una mezquita de Mustafa. Ultimaron adentro a civiles", se leía en un titular en la pantalla.
Uno de los muertos tenía una identificación como miembro del partido Dawa de Jaafari. El aliado de Jaafari, Jawad Maliki, condenó la "política de agresión" estadunidense. Los principales aliados de Sadr denunciaron a las tropas de Estados Unidos.
El ayudante de Sadr, Hazem Aaraji, dijo posteriormente: "Estamos llamando a la calma (...) no queremos ser arrastrados a una tercera guerra".
Fuentes policiales dijeron que 20 combatientes del Ejército del Mehdi murieron en combates cerca del bastión de Sadr, en el barrio de Ciudad Sadr, y cinco vehículos pertenecientes a la milicia fueron quemados.
Horas antes un proyectil de mortero cayó cerca de la casa de Sadr en la ciudad santa de Najaf al sur de la capital. Una fuente cercana a Sadr dijo que el proyectil impactó a unos 50 metros de la casa del líder religioso, quien se encontraba fuera, y sólo causó heridas a dos guardias de seguridad y un niño que estaban cerca.
En tanto, la policía iraquí encontró los cuerpos de 30 personas en los alrededores de la norteña ciudad de Baquba, con señales de tortura y algunas de ellas decapitadas.
Los cadáveres fueron abandonados en ambos lados de la principal carretera de la villa de Mulla Eed, al suroeste de Baquba, un área habitada tanto por sunitas como chiítas y escenario de violencia.
La policía destacó que muchas de las víctimas habían muerto a tiros y que por ahora el motivo de los asesinatos no está claro.
Además, la policía informó que otros 10 cadáveres fueron encontrados en diferentes lugares de Bagdad. Algunos tenían los ojos vendados, estaban atados y con un balazo en la cabeza, signos reconocibles de los asesinatos sectarios.
Las autoridades iraquíes aseguraron que al menos 40 rebeldes, entre los que figuran seguidores del jefe de la célula iraquí de Al Qaeda, el extremista jordano, Abu Mussab Zarqawi, fueron detenidos durante una operación del ejército iraquí que contó con el apoyo de tropas estadunidenses en la norteña región de Kirkuk.
Asimismo, soldados estadunidenses detuvieron en Bagdad a unos 40 miembros de un servicio de seguridad iraquí que retenían a 17 extranjeros en un edificio de la capital.
Presión para un gobierno de unidad nacional
En el plano político, el embajador estadunidense en Irak, Zalmay Khalilzad, aumentó la presión para conformar un gobierno de unidad nacional. "Es esencial que los líderes recién elegidos se esfuercen para formar lo antes posible un gobierno de unión nacional con un buen programa y con ministros competentes", declaró a la prensa.
Por su parte, la secretaria de Estado estadunidense, Condoleezza Rice, afirmó que es "enteramente probable" que Estados Unidos retire un significativo número de tropas de Irak durante el próximo año.
Las tropas iraquíes progresan en remplazar a las fuerzas estadunidenses, declaró Rice al programa de NBC Meet the press.
Rice quiso matizar lo afirmado por el presidente George W. Bush la semana pasada, en cuanto a que el ejército de su país podría seguir en Irak mientras dure su mandato, que termina en enero de 2009.
Además, Rice aseguró que Estados Unidos toma "muy en serio" informaciones de que Rusia entregó datos de inteligencia a Saddam Hussein luego de la invasión.
"Consideraremos muy seriamente cualquier indicio de que se hizo eso. Definitivamente hablaremos del tema con el gobierno ruso", agregó.
Un informe oficial hecho público el viernes por el Pentágono señaló que Rusia entregó información a Hussein sobre el movimiento de tropas estadunidenses luego de la invasión, hecho que fue negado por Moscú.