Usted está aquí: miércoles 29 de marzo de 2006 Opinión ASTILLERO

ASTILLERO

Julio Hernández López

Vuelta al pasado

Estigmatizar la oposición

(Algunos) senadores mudos

(Dos) canales admonitores

EN DOCE HORAS, el país pareció retroceder décadas. Primero (a las 22 horas del lunes) fueron los señalamientos editoriales del duopolio televisivo, que en el peor estilo argumental -una combinación de diazordacismo y echeverrismo electrónicos- desempolvó conceptos, adjetivos y gestos para descalificar y estigmatizar a quienes se oponen a la llamada ley Televisa. Luego (en la mañana de ayer), la enmudecida mayoría de un comité senatorial (para qué hablar en tribuna, si las definiciones habían sido dadas en pantalla horas atrás) cumplió el protocolo precario de levantar el dedo para aprobar un proyecto intocable, que será presentado mañana al pleno de la cámara con sede en la calle Xicoténcatl.

LA VUELTA AL pasado es una apuesta a los negocios del futuro. Televisa se atrincheró en un discurso excluyente, pensado más en función de descalificar por sí a los opositores a las reformas a la ley de radio y televisión que en generar una racional y sensata defensa de los puntos impugnados. Joaquín López Dóriga denunció a "algunos que se asumen como poseedores de la verdad, redentores de la democracia", pero que en realidad serían meros calumniadores en busca de satisfacer intereses particulares. "Falsos redentores de la verdad" -añadió López Dóriga-, en cuya "minoría están quienes han utilizado sus primeras planas, sus editoriales, sus columnas para mentir, incluso para calumniar". Pero la exhumación del estilo condenatorio que Jacobo Zabludovsky usó durante décadas en ese mismo consorcio para descalificar por consigna (gubernamental, en aquellos casos) a movimientos y luchadores sociales, pretende ahora cerrar el paso a la discusión de fondo, al análisis estricto de lo que a futuro representa la aprobación de esa que en realidad es una ley Televisa, Televisión Azteca y Telmex.

LA ADJETIVACION Y el etiquetado fueron aún peores en Televisión Azteca, donde Javier Alatorre denunció, también en remembranza del diazordacismo y el echeverrismo, "voces que quieren mantener al país en el oscurantismo, la opacidad y la discrecionalidad", y que "pretenden, con engaños, perpetuar el autoritarismo (...) y el influyentismo". Según Azteca, el rechazo a las reformas de radio y televisión "viene de intereses particulares bien identificados de grupos que pretenden seguir lucrando con las viejas prácticas del pasado". Según la televisora heroína del Chiquihuite, "por un lado están los dueños de diversos periódicos, quienes aspiran a obtener concesiones de radio y televisión a la manera antigua, sin licitación pública y a título gratuito, y por otro están los políticos de la vieja guardia, gente como Manuel Bartlett, del PRI; Javier Corral, del PAN, o César Raúl Ojeda, del PRD, quienes pretenden controlar los contenidos de los medios, arrebatando a la sociedad su legítimo derecho a la información sin censura y sin cortapisas" (note el lector cuán serio se ha puesto en esta ocasión el tecleador, que ni siquiera hace presuntas gracejadas a cuenta de estas bellas líneas finales del Sermón del Ajusco).

PERO, MAS ALLA del talante que se quiera adjudicar a los opositores a esas reformas legales, lo importante no es lo personal ni lo procesal, sino el grave hecho de que, en el contexto de una gran descomposición política, de una debilidad extrema de la figura presidencial, y de vergonzosos apetitos electorales de partidos y candidatos, Televisa, Televisión Azteca y Telmex idearon, promovieron y están en vías de conseguir injustos beneficios mediante reformas legales a las que los ciudadanos, los medios y las organizaciones tienen absoluto derecho a oponerse.

PRETENDER CONVERTIR la tribuna electrónica en estrado judicial, donde se fijen sentencias públicas y donde se inhiba, se ridiculice o se persiga a quienes se oponen a ese poder desmesurado que es la televisión y sus negocios, representa un agravio añadido a la desgracia original, que es la multimencionada reforma legal. Hay derecho, legítimo derecho a la oposición (al menos en La Jornada y en Proceso no hay dueños de periódicos que quieran beneficios para ellos y que ejerzan una crítica interesada), porque Televisa y Televisión Azteca se han beneficiado en estos años recientes de la reducción del tiempo fiscal; de concesiones para casinos y casas de juego (en este caso, Televisa); de la necesidad de los políticos de anunciarse en esas pantallas, a las que trasladan, mediante compra de tiempo, la mayor parte de los recursos públicos y del financiamiento privado que reciben, y, ahora, de una propuesta legal que, aprovechando la conversión tecnológica de lo analógico a lo digital, les permitiría quedarse gratuitamente, o a muy bajo costo, con nuevos espacios de transmisión y con nuevos casilleros, como telefonía e Internet. Son legítimos, necesarios, imprescindibles, la crítica, el análisis y la oposición, porque ese duopolio ha organizado las piezas políticas a su alcance para que legalmente le sea permitido hacer negocios privados en detrimento de los bienes públicos, dejar de pagar lo que así dejaría de llegar al erario, concentrar la comunicación social en unas cuantas manos (las mismas, las ya sabidas) y disminuir o cancelar las posibilidades de crecimiento de la radio y la televisión públicas, de interés social, ajenas a los criterios y las limitaciones de las empresas privadas. Por todo ello, ¡No a la ley Televisa!

ASTILLAS: LA SEÑORA MARTA está feliz porque un juez ha ordenado modificar un libro en que se narran andanzas enriquecedoras de uno de sus vástagos. Lo malo para esa familia empoderada es que por doquier se narran crónicas malditas que no pueden ser sometidas mediante ordenamientos judiciales... El PRD revisará expedientes de presuntas postulaciones a cargos legislativos en que, excluyendo a figuras reales de oposición, y habilitando a militantes partidistas cooptados o infiltrados, se hacía jugoso favor a mandatarios panistas. Un ejemplo se dio en San Luis Potosí, donde perredistas en nómina del gobierno estatal -comisionados para golpear a La Jornada San Luis, por ejemplo- fueron llevados a sitios plurinominales de privilegio... ¡Hasta mañana!

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