Autonomía y enfermedad: algunas preguntas
Para los librepensadores la autonomía es un bien y un atributo que todo ser humano tiene derecho de poseer y de ejercer. De acuerdo con mi propia definición autonomía es "el derecho que tienen las personas para ejercer su voluntad y hacer lo que consideren adecuado, siempre y cuando los actos derivados de esas acciones no dañen a terceros". Kant es uno de los pilares modernos del concepto de autonomía; en síntesis, considera que la autonomía "es la capacidad de la persona para gobernarse a sí misma de acuerdo con su libre albedrío y sin que exista coerción externa". El famoso precepto kantiano que asevera que el ser humano debe ser considerado siempre como fin y nunca como medio se relaciona con la autonomía.
Las reflexiones previas vienen a colación porque en la enfermedad, quizás como en ningún otro ámbito, la autonomía debería ser uno de los bienes más preciados, ya que le permite al individuo decidir lo que desea en relación con su cuerpo, su vida y el tratamiento (o no) de sus enfermedades. En teoría, parecería obvio que la persona debería ejercer ese tipo de decisiones sin problema, pero en la práctica no siempre es así, a pesar de que algunos doctores -la minoría- han tratado de fomentar el libre albedrío.
El asunto es complejo, porque la mayoría de los sistemas médicos contemporáneos son "cerrados" y están saturados, situaciones que impiden darle voz al enfermo y voluntad a su pensamiento. ¿Qué debe hacerse con personas mayores de edad que sufren enfermedades potencialmente curables pero que no desean someterse a tratamiento? Un caso para discutir la pregunta previa.
Hace pocos días la Audiencia de Barcelona, por solicitud expresa de la familia, acordó el internamiento forzoso de una mujer de 20 años que sufre anorexia nerviosa. La anorexia es una enfermedad que predomina en mujeres entre la segunda y la tercera década de la vida y que se caracteriza, en síntesis, por rechazo a los alimentos, por la autoprovocación de vómitos y el uso de laxantes con tal de perder de peso, ya que quienes padecen este mal tienen muy distorsionada la imagen corporal. La mayoría de las afectadas suelen tener coeficiente intelectual elevado. El manejo médico es en general complicado y las recaídas siguen siendo altas, a pesar de los avances de la medicina.
La solicitud de internamiento se debió a que la enferma había intentado suicidarse, amén de que su peso es muy bajo (mide 1.70 metros y ha pesado menos de 40 kilos). La Audiencia consideró que la paciente debería hospitalizarse porque en los últimos días la afectada no reconocía estar enferma y porque precisa de tratamiento siquiátrico. En suma, la medida se llevó a cabo "en el interés y el beneficio" de la joven. ¿Qué hacer si la paciente no desea hospitalizarse? ¿Son válidas ese tipo de intervenciones? ¿Es ético llevar a un sanatorio a ese tipo de enfermos si se considera que su vida corre peligro? O bien, ¿debe respetarse el deseo y la autonomía de la afectada aunque contravenga los deseos de la familia y las sugerencias médicas?
Las preguntas previas son un abanico de inquietudes cuyas respuestas no son sencillas. Intento responder: 1) Quienes valoran la autonomía dirán que debe respetarse la voluntad de la interesada si no desea someterse a tratamiento médico. 2) Quienes vindican la autonomía pero piensan que los daños a terceros no son aceptables por las decisiones tomadas por la afectada sugerirán que la enferma debe someterse a tratamiento. 3) Quienes valoran la autonomía considerarán que las personas no pueden ser intervenidas por la fuerza. 4) Quienes aprecian la autonomía pero se han visto involucrados en casos similares podrán sugerir que la tasa de recaídas después de internamientos forzosos es muy alta. 5) Quienes no valoran la autonomía dirán que debe escucharse y seguirse la voluntad de la familia y los consejos médicos. 6) Quienes aseguran que el ser humano no es autónomo, sobre todo desde el punto de vista religioso, afirmarán que la vida es santa y que debe hacerse todo para impedir que un enfermo muera.
Los posibles escenarios son múltiples y corresponden a puntos médicos diversos. No hay una respuesta universal, ya que cada caso es distinto. Lo que importa es discutir cada situación bajo el cobijo de la tolerancia. En medicina el problema es intrincado, pues muchas veces se habla de la posibilidad de vivir o de morir. Por lo mismo, es ingente que la sociedad discuta temas poco difundidos como el derecho (o no) a la autonomía.