Usted está aquí: miércoles 29 de marzo de 2006 Opinión MEXICO SA

MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

De soldado del Presidente a jefe de Ejecutivo y Legislativo

La industria de la tv y el poder

Las rebanadas del pastel:

Ampliar la imagen Efectivos de la PFP bloquearon ayer el paso a la Cámara de Senadores a manifestantes que marcharon en rechazo a la ley Televisa, cuya minuta se votó FOTOFrancisco Olvera

¡COMO SE HA democratizado la televisión en México!: en el "viejo" régimen, su máximo representante, Emilio Azcárraga Milmo, sin pudor alguno se declaraba "soldado del Presidente" de la República; ahora, con el "cambio", el Presidente y buena parte del Legislativo abiertamente son soldados de los barones de la televisión.

AYER, COMO ES sabido, por mayoría de votos (11 a favor, 9 en contra y dos abstenciones) las comisiones de Comunicaciones y Transportes y de Estudios Legislativos del Senado de la República aprobaron sin modificar una sola coma la minuta -enviada en diciembre pasado por la Cámara de Diputados- que "reforma" las Leyes de Radio, Televisión y Telecomunicaciones.

MAÑANA JUEVES EN la casona de Xicoténcatl se votará en el pleno, y todo indica que el grueso de los senadores considera que la mejor ruta para apuntalar la destartalada democracia electoral mexicana es la transitada por los últimos cuatro gobiernos, es decir, la del fortalecimiento de los poderes fácticos y el debilitamiento del poder constitucional. En cinco lustros así han procedido Ejecutivo y Legislativo, recogiendo migajas políticas y propagandísticas; así han procedido con los barones de la especulación, de la industria, de los servicios, del agro, de las finanzas y de la televisión, siempre en aras de una "modernización" que sólo se ha traducido en un hecho: la privatización de las ganancias y la socialización de las pérdidas. Y allí están los resultados.

NO ES GRATUITO el desencanto de la población con la democracia electoral de la elite. Tampoco lo es que la mayoría de los mexicanos y los latinoamericanos todos (84 por ciento, de acuerdo con la más reciente encuesta del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo), estén convencidos de que el poder real en sus respectivos países radica en el poder financiero y económico, y lejos, muy lejos de él, el Ejecutivo y el Legislativo, convertidos en gerente y operador del primero y su ambicioso programa de "modernización".

SOLO HAY QUE repasar la "modernización" de la banca, carreteras, ingenios azucareros, satélites mexicanos, minería, telefonía, líneas aéreas, industria acerera, agua, gas, electricidad y tantos otros sectores económicos que le han costado, le cuestan, multimillonarios dolores de cabeza al erario y a los consumidores. A cambio, 10 grandes "hombres de negocios" en la marquesina de Forbes, con fortunas conjuntas por más de 50 mil millones de dólares, 60 por ciento de ellos en el bolsillo de uno sólo, un decidido activista de la "modernización".

EN SU MOMENTO, todos los barones involucrados en las citadas "modernizaciones", y sus consecuencias, se han lavado las manos: no presionamos, no inducimos, no obligamos, no exigimos, no condicionamos, no chantajeamos. Somos púdicos, éticos y democráticos, pero todos, de una u otra suerte, han estado, están, involucrados en el asalto a la nación. Y no tienen llevadero.

DESMANTELADA LA INFRAESTRUCTURA productiva del Estado, escasas, por no decir nulas, posibilidades tiene el erario de oxigenarse, y la decisión senatorial en lugar de proveer resta medios para lograrlo, toda vez que la aprobación de la referida minuta conlleva generosos regalos y concesiones para el capital privado, el mismo que con su programa de "modernización" decididamente ha contribuido a la disnea de las arcas nacionales.

COMO EN TANTAS otras etapas de la "modernización", la decisión senatorial va de la mano de aprobaciones legislativas similares en otros países latinoamericanos, las cuales, como en México, sólo han fortalecido a la de por sí sólida plutocracia regional, en este caso a la rama de los "modernos" barones de la televisión. En este sentido, los catedráticos Guillermo Mastrini y Martín Becerra, de las Universidades de Buenos Aires y de Quilmas, respectivamente, nos ayudan con una cápsula de memoria:

MEXICO FUE EL primer país latinoamericano en contar con televisión. Emilio Azcárraga Vidaurreta, fundador de lo que ahora es el Grupo Televisa, pertenecía a una familia de empresarios que ya contaba con experiencia en medios por operar estaciones de radio que estaban vinculadas a cadenas estadunidenses. Si bien la primera estación no fue para los Azcárraga, ya en 1955 hegemonizaban el control de Telesistema Mexicano de Televisión (antecedente de Televisa), empresa que administraba los tres canales disponibles en esos momentos (2, 4 y 5). La concentración de la propiedad de la televisión mexicana tuvo lugar a la par que sus dueños estrechaban lazos con el sempiterno (hasta épocas recientes) partido gobernante, el Partido Revolucionario Institucional.

LAS RELACIONES ENTRE Televisa y el PRI fueron tan cercanas que hubo accionistas de la empresa que dejaron su puesto en el directorio del consorcio para transformarse en legisladores por dicho partido. Y una vez cumplido su mandato volver al directorio del grupo. La empresa supo aprovechar sus vínculos políticos y su cuasi monopolio durante más de 20 años para extender su imperio. De hecho durante la década de los 60 Televisa consiguió instalar emisoras en todo el país. Otra de sus características fue su rápida incorporación de la última tecnología disponible y su estrategia de vender no sólo al mercado latinoamericano, sino también al hispano estadunidense. Fue pionera en el uso del video y del satélite (de hecho su actual nombre es una síntesis de Televisión Vía Satélite) y en el desarrollo de los servicios televisivos para hispanos a través de su participación en la cadena Univisión desde 1976. Soledad Robina Bustos señala que su estrategia se basa en desarrollar productos propios y distribuirlos a través de una gama completa de medios de comunicación. Se constituyó en un grupo altamente concentrado que aprovechó al máximo su integración horizontal y vertical.

EN BRASIL (FAMILIA Marinho, O'Globo) y Venezuela (Grupo Cisneros, Venevisión) la historia es similar, porque la televisión en ambos países recibió el impulso y la bendición de las respectivas dictaduras militares que deseaban "modernizar conservadoramente a la nación".

ENTONCES, AYER EL PRI, después el PAN y hoy la parejita.

¿LE CREES A Televisa y TV Azteca? Yo tampoco.

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