Usted está aquí: miércoles 29 de marzo de 2006 Mundo Marchan 3 millones en Francia; De Villepin, inflexible con el CPE

Afecta unas 70 ciudades el paro en los sectores educativo y de transporte público

Marchan 3 millones en Francia; De Villepin, inflexible con el CPE

El ministro del Interior pide suspender el contrato laboral mientras se negocia con sindicatos

Vandalismo en París deja un policía herido de gravedad y cerca de 500 jóvenes detenidos

AFP Y REUTERS

Ampliar la imagen Marcha de estudiantes y sindicatos en Marsella para exigir el retiro del Contrato del Primer Empleo impulsado por el primer ministro francés Dominique de Villepin Foto: Reuters

Ampliar la imagen En París cerca de 500 manifestantes fueron detenidos ayer por la policía durante la jornada de protesta contra el CPE * Ap

París, 28 de marzo. El gobierno francés se mantuvo firme este martes sobre su determinación respecto del contrato laboral para jóvenes, no obstante el unánime clamor de cerca de tres millones de personas que marcharon en toda Francia para exigir su retirada, en una protesta sin precedente en los últimos 40 años.

El primer ministro francés Dominique de Villepin se mantuvo inflexible y volvió a defender el Contrato del Primer Empleo (CPE), que ha provocado semanas de movilizaciones. Su rival más directo, el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, quien ha abogado por la suspensión del CPE mientras se negocia un compromiso con los sindicatos, se presentó en la Plaza de la República para unirse a los opositores de la legislación.

"Villepin, tu periodo de prueba ya pasó", gritaban los jóvenes aludiendo al CPE , motivo de las protestas que llevan ocho semanas, y que establece para los jóvenes un periodo de prueba de dos años antes de un contrato definitivo y el riesgo de ser despedidos en cualquier momento.

El clamor de las manifestaciones estuvo reforzado por las huelgas que afectaron sobre todo el sector de la enseñanza y el de transporte público en 70 ciudades, entre ellas, París. En los aeropuertos se cancelaron 150 vuelos.

Entre un millón 55 mil manifestantes, según la policía, y 3 millones, según los organizadores, respondieron al llamado de asociaciones de estudiantes y sindicatos para rechazar el polémico CPE defendido por De Villepin.

"Se trata de una cifra histórica", proclamó el jefe del primer sindicato del país, CGT, Bernard Thibault, al anunciar una concurrencia de 3 millones de personas en las protestas.

En París 700 mil manifestantes marcharon entre las plazas de Italia y la República, según la CGT, mientras que la policía ubicó en 92 mil el número de asistentes.

Las manifestaciones del martes duplicaron el número de personas que el pasado 18 de marzo marcharon para rechazar el contrato que, consideran, aumenta la precariedad laboral. El CPE dispone que los menores de 26 años puedan ser despedidos sin explicaciones en los dos primeros años de contrato laboral, con esto se pretende estimular a empresarios a contratar a jóvenes sin experiencia profesional, pues se considera que al poderlos despedir tan fácilmente no hay riesgos para el patrón.

En París, la movilización de 4 mil policías no disuadió a grupos de vándalos -la mayoría ajenos a la marcha y a sus reivindicaciones- que, enmascarados, se lanzaron contra escaparates y jóvenes manifestantes, a quienes agredieron y robaron.

Un policía resultó "herido gravemente" y fue hospitalizado a causa de una bengala lanzada por los violentos y que le impactó en la cara durante enfrentamientos en la Plaza de la República.

Centenares de personas fueron detenidas durante las manifestaciones que se sucedieron en el país. Sólo en París la policía arrestó a 488 vándalos, pese a que los incidentes fueron menos violentos que en las jornadas de protesta anteriores.

En las ciudades de Caen, Rennes, Grenoble, Toulouse y Dijon se reportaron incidentes menores.

Para evitar estos actos las organizaciones sindicales dispusieron servicios de orden que filtraban a las personas que iban saliendo de las estaciones del metro con banderas y carteles para sumarse a la marcha, a medida que ésta avanzaba para cruzar el Sena, en dirección a la Plaza de la Bastilla.

Unos 50 estudiantes, en su mayoría de la Universidad Paris X-Nanterre, invadieron el martes por la tarde la sede de la Agencia France Presse (Afp) en la capital francesa para protestar contra la "desinformación".

"¡Uno, dos tres firme! ¡Somos todos destructores del sistema!", gritaron al ingresar a una de las salas de redacción. "Hay que dejar de utilizar ese término impreciso de 'destructor', no se trata de violencia gratuita, es la expresión de un pensamiento político, como en los suburbios en noviembre", explicó a Afp una manifestante que se identificó simplemente como Halima.

Según la joven, "todos queremos destruir el sistema, ya sea por la violencia física o simbólica". Los estudiantes, que colgaron en el sexto piso de Afp una banderola en la que se leía: "Somos todos destructores del sistema", evacuaron el edificio en calma luego de media hora.

Los líderes de las cinco confederaciones sindicales remitieron el martes una carta al presidente francés Jacques Chirac, en la que solicitaron una votación parlamentaria de "una nueva deliberación de la ley de igualdad de oportunidades que excluya el CPE".

En Marsella, entre 28 mil y 250 mil personas marcharon contra el CPE. Eran entre 31 mil y 100 mil en Burdeos; entre 42 mil y 70 mil en Nantes, y entre 30 mil y 50 mil en Rennes.

Mientras los manifestantes exigían en la calle su dimisión, el primer ministro reiteró una vez más que no dará marcha atrás. Durante una sesión en la Asamblea Nacional, De Villepin declaró que en la República francesa "no cabe el ultimátum" y volvió a ofrecer ciertos cambios en la ley, rechazados de antemano por los interlocutores sociales.

De Villepin, que se juega su posible candidatura a los comicios presidenciales de 2007, empieza a quedarse aislado dentro de su propio campo. Sarkozy, quien seguramente se lanzará como candidato a la presidencia francesa, ha abogado por la suspensión del CPE mientras se negocia un compromiso con los sindicatos. El ministro del Interior llegó a la Plaza de la República, mientras eran desalojados los últimos manifestantes.

Jacques Chirac se mantuvo el martes en silencio pero decidió "no alejarse" esta semana de París dadas las circunstancias del clima social.

 
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