Acreditarse en el SPC garantiza permanencia en puestos, dicen encargados del plan
La certificación de funcionarios, para adelgazar el sector público: burócratas
El programa busca cambiar la idea de que todos son comedores de tortas y flojos, señalan
Ampliar la imagen Los servidores públicos de carrera tienen que certificar en cinco años sus capacidades que ya aprobaron en los cursos básicos Foto: Archivo
Durante 2006, unos 40 mil funcionarios con puestos sujetos al Servicio Profesional de Carrera (SPC) deberán presentar sus exámenes para obtener la certificación que los acredite como servidores públicos de carrera, proceso que, según funcionarios responsables del proyecto, representa una oportunidad para garantizar su permanencia en el cargo por desempeño, más allá de los vaivenes políticos, aunque para otros miembros de la burocracia es más bien otra estrategia del gobierno para "adelgazar" el sector público.
Este esquema de profesionalización, que comenzó a establecerse en forma gradual en abril de 2004, busca, según la Secretaría de la Función Pública (SFP), "darle a los servidores públicos un nuevo escenario caracterizado por la certidumbre laboral, posibilidades de crecimiento en la administración pública mediante promociones horizontales y verticales y un mejor desarrollo profesional por medio de la permanente capacitación y evaluación de sus capacidades".
Sin embargo, funcionarios de diferentes dependencias que actualmente se capacitan; para hacer los exámenes, expresan que de estas "dudosas" evaluaciones y cursos que "nada tienen que ver con una verdadera formación del servidor público", depende la permanencia o no en su puesto.
Por ello, dicen, la gente se siente "amenazada" ante la posibilidad de perder el empleo y, al mismo tiempo, "desmotivada" porque no hay una relación entre los cursos y el trabajo concreto.
El titular de la Unidad de Recursos Humanos y Profesionalización de la Administración Pública Federal de la Secretaría de la Función Pública (SFP), Luis de la Fuente, apunta que los funcionarios que ya son servidores públicos de carrera tienen, "dentro de los siguientes cinco años, que certificar (de nueva cuenta) sus capacidades y que aprobaron sus cursos básicos. En los siguientes cinco años presentan otro examen". Si en la primera ocasión el funcionario no pasa la evaluación, tiene una segunda oportunidad, y si tampoco aprueba, entonces "está fuera del sistema", reconoce.
De acuerdo con el artículo 58 del Reglamento de la Ley del Servicio Profesional de Carrera, el servidor público titular deberá certificar, "para su permanencia en el sistema y en su cargo, cuando menos tres de las capacidades gerenciales y dos de las capacidades técnicas consideradas por el Comité de Profesionalización para el adecuado desempeño de su puesto, así como la habilidad técnica transversal" relativa a nociones generales de la administración pública federal.
En este artículo se establece claramente que "cuando un servidor público titular no tiene la certificación de las capacidades que conforme a lo anterior sean requeridas para el puesto que desempeña, será evaluado nuevamente dentro de los 12 meses siguientes a la primera evaluación que hubiere presentado. En caso de no aprobar esta segunda evaluación, su nombramiento dejará de surtir efectos sin responsabilidad para la dependencia".
Luis de la Fuente rechaza que este proceso sea una trampa para el servidor público, porque, según él, "tiene mucho fondo. El funcionario de carrera, a los cinco años, debe actualizarse para que no se vuelva obsoleto y ese es el gran cambio".
Señala que esta transformación es muy difícil porque "de repente, de un día para otro" se acabaron los "cuates" para permanecer en el puesto. El artículo 5 de la ley en la materia define que los cargos sujetos al SPC son los niveles de director general, director general adjunto, director de área, subdirector de área, jefe de departamento y enlace.
Los funcionarios que se desempeñan en esos niveles y, que en estos momentos son de libre designación, deberán cumplir con los requisitos para certificarse y obtener el nombramiento como servidor público de carrera. En 2006, precisa el director general adjunto de Evaluación y Desarrollo Profesional de la SFP, Marcelo Villarreal, se estima que unos 40 mil funcionarios realicen las pruebas.
Las evaluaciones sobre las llamadas "competencias gerenciales" -que son liderazgo, visión estratégica, orientación a resultados, trabajo en equipo y negociación- las realizará el Centro Nacional de Evaluación (Ceneval) en fechas que aún no se definen, pero que "posiblemente sean cada trimestre", apunta.
En tanto, los exámenes sobre las capacidades técnicas particulares del puesto, los desarrolla cada dependencia. La habilidad "técnica transversal", que es la de Introducción a la Administración Pública Federal, se hace "a través de la aprobación de un curso" en el portal @Campus México, donde los funcionarios adquieren la capacitación on line.
Sector público, igual a empresa privada
Los servidores públicos consultados destacan que no están en contra de recibir capacitación sino de los criterios y los contenidos establecidos, mediante los cuales se pretende imponer el concepto de que el sector público es igual a una empresa privada.
De hecho, Luis de la Fuente considera que uno de los "mitos que se están rompiendo" hoy día es que la empresa privada funciona de una manera diferente al gobierno. "Lo único que cambia entre uno y otro son los objetivos. Pero usted tiene que fijar objetivos, que dirigir talentos hasta lograrlos, que coordinar gente, que hacer que cueste lo menos posible, tiene que influir gente y tiene que negociar".
En el mismo tenor, la directora general de Personal de la Secretaría de Educación Pública, María Eugenia Castrellón, señala que tanto en "la iniciativa privada" como en la "pública", el funcionario debe aplicar el liderazgo porque es necesario "saber manejar a grupos de personas, conducirlas para lograr el objetivo...Y eso no es de una institución privada o pública, es de cualquier organización hasta de la propia familia".
Según ella, "estamos tratando de hacer un servidor público integral. O sea, no nada más enfocarnos a hacer nuestro trabajo técnico muy bien, sino que también nos están enseñando y estamos aprendiendo a convivir con las demás instituciones, a poder trabajar, a hacer un trabajo en equipo, a saber relacionarnos y a saber decir que nuestra labor sirve para que otra área pueda complementarla y estar al pendiente".
Sin un "entendimiento de lo que es la administración pública", y con un "menosprecio" hacia el sector, señalan funcionarios con puestos del SPC, existe una visión "devaluada" de lo que es el servidor público. El estereotipo que tienen "es que todos son comedores de tortas, flojos y corruptos", y a partir de esa idea es como se diseñaron estos programas.
Expresan que si bien es cierto que hay funcionarios con esas características, no "se debe meter a todos en el mismo paquete". Para muchos, este nuevo proceso se trata de una "estrategia de adelgazamiento del sector público" bajo la máscara del "buen desempeño" del servidor, que pocos se atreverían a poner en cuestión.
María Eugenia Castrellón señala que no es cierto que se pretenda despedir al personal con mayor facilidad mediante las nuevas normas: "Yo creo que va a haber menos facilidad (de que los despidan) para los que vengan, porque si me llego a certificar no va a ser en función de que si le caigo o no (bien); si soy del equipo de uno o de otro. Si ya demostré con mi evaluación de desempeño y con mis capacidades, tanto técnicas como gerenciales, que doy buen rendimiento y cumplo mi trabajo, no hay razón por la que me quieran correr", según dice.