Instalado en Hospital Infantil, ayudaría a atacar el tumor sin dañar otros órganos
Desde 2004, no funciona al 100% equipo para tratar a niños con cáncer
Armando Marínez Avalos, iniciador del proyecto, fue despedido por Santos Preciado
Hasta ayer, silencio de la institución sobre el cierre del laboratorio de trasplantes de células porcinas
Al menos ocho médicos especialistas de alto nivel han salido -despedidos o con licencia- del Hospital Infantil de México Federico Gómez durante los dos años que José Ignacio Santos Preciado ha estado al frente de la dirección. Uno de ellos es Armando Martínez Avalos, ex jefe del departamento de oncología, quien organizó una campaña de donativos para comprar un acelerador lineal, un tomógrafo y un equipo de cómputo. Los recursos fueron entregados en enero de 2004 y hasta diciembre pasado no lograba ponerse en operación la nueva infraestructura tal como había sido concebida.
Martínez Avalos fue despedido en junio de 2004, cuando todavía no se adquiría el equipo. La idea del médico oncólogo era que los niños con cáncer recibirían el tratamiento de radioterapia con tecnología de punta que atacaría al tumor en forma directa sin dañar otros órganos.
Para ello se necesitaba comprar el nuevo equipo, con el cual los médicos podrían programar el rayo láser en la forma y dirección que fueran necesarios para atacar al tumor. Martínez Avalos tenía el objetivo de terminar con los métodos de "tanteo", que si bien combaten la enfermedad, también perjudican otras partes del organismo.
Ante las restricciones presupuestales que desde hace varios años existen en el sector salud, Martínez Avalos buscó el apoyo de organismos privados y lo encontró en una empresa televisora que convocó al auditorio a participar. Junto con una aportación de la Secretaría de Salud y varias empresas privadas, se recolectaron 40 millones de pesos.
El especialista comentó a La Jornada que con base en los cálculos que previamente se habían realizado, se necesitaban 37 millones de pesos para convocar a una licitación en la que las empresas participantes tendrían que ofrecer el equipo mencionado más cinco años de mantenimiento.
Se derrumban planes
Esos eran los planes, pero a la llegada de Santos Preciado al Hospital Infantil de México, el 13 de enero de 2004, él tomó el control del proyecto y de los recursos, comentó Martínez Avalos. "No me importó, porque mi principal interés era que tuviéramos con qué trabajar y ayudar a los pacientes", sostuvo.
Desde el principio, recordó, el director tuvo una actitud de indiferencia hacia el trabajo del departamento de oncología. Inclusive, el día que el jefe del área presentó su informe de actividades de ocho años de trabajo, Santos Preciado se retiró antes de que concluyera la presentación.
En junio de 2004, Martínez Avalos fue despedido. El director le había dicho que su conducta con los pacientes y los médicos residentes no correspondía con la mística del hospital, pero que de cualquier manera se podía quedar a hacer lo que él quisiera, pero fuera de la jefatura de oncología.
Rumor difamatorio
A los pocos días, cuando ya estaba fuera del hospital, se difundió el rumor entre los trabajadores de que Martínez Avalos había sido sorprendido en un acto ilícito y que por eso lo habían corrido. Ante ello, el médico comenzó un juicio ante la autoridad laboral por daño moral y despido injustificado, el cual está próximo a concluir.
No obstante que los recursos obtenidos en la campaña de donación fueron entregados al hospital en enero de 2004, el acelerador lineal llegó apenas en agosto y empezó a operar en mayo del año siguiente. Se compró mediante una asignación directa, a un costo de 40 millones de pesos, pero faltó el tomógrafo, que se adquirió por separado y entró en funcionamiento en diciembre de 2005.
Por haber realizado las compras por separado, el personal técnico entrenado en el uso del equipo se encontró con que el acelerador y el tomógrafo no eran compatibles, y por lo tanto, no se podía dirigir el rayo láser al sitio exacto donde se encuentra el tumor.
Inauguraron algo que no estaba trabajando
De tal suerte, comentaron algunos empleados del hospital, el presidente Vicente Fox asistió a la inauguración de algo que no estaba funcionando ni beneficiaba a los pacientes como estaba previsto en el proyecto original.
Los médicos resaltaron la importancia de tener la infraestructura para mejorar la calidad de vida de los niños, sobre todo porque en 70 por ciento de los casos de cáncer se utiliza la radioterapia.
También señalaron que aunque se diga que el equipo ya está funcionando bien, "lo que vemos en el hospital es que un mayor número de niños presenta recaídas. No sabemos si por las radioterapias o porque los medicamentos que se les proporcionan carecen de la calidad" que se requiere para el control del cáncer infantil.
Hasta ayer, el Hospital Infantil de México, primero de los institutos nacionales de salud que se crearon en el país, no había emitido respuesta alguna respecto del cierre del Laboratorio de Procesamiento Celular, donde desde hace cinco años se realizan trasplantes de células porcinas en pacientes con diabetes tipo 1, con los que se ha logrado la mejoría en la calidad de vida de 23 personas.
Por el contrario, el responsable del programa, Rafael Valdés González Salas, recibió un nuevo oficio en el que la directora médica, Vesta Richardson, ratifica la suspensión de las terapias.