Entrevista con Ada Tolla y Giuseppe Lignano, fundadores del despacho Lot-Ek
La arquitectura privilegia espacios públicos y olvida su función social
''En China, país comunista, sólo se edifican oficinas y grandes fábricas, pero no viviendas''
Participan en el séptimo Congreso Internacional Arquine, que hoy concluye en Bellas Artes
Ampliar la imagen Proyecto arquitectónico del despacho Lot-Ek, diseñado en 2002, que da vida a la galería de arte de la Fundación Bohen, en Nueva York. La imágenes superiores corresponden a un diseño de Rafael Iglesia, otro de los participantes en el Congreso Internacional de Arquitectura, cuyo tema es la caja Foto: Cortesía Arquine
Ampliar la imagen Proyecto arquitectónico del despacho Lot-Ek, diseñado en 2002, que da vida a la galería de arte de la Fundación Bohen, en Nueva York. La imágenes superiores corresponden a un diseño de Rafael Iglesia, otro de los participantes en el Congreso Internacional de Arquitectura, cuyo tema es la caja Foto: Cortesía Arquine
Ampliar la imagen Proyecto arquitectónico del despacho Lot-Ek, diseñado en 2002, que da vida a la galería de arte de la Fundación Bohen, en Nueva York. La imágenes superiores corresponden a un diseño de Rafael Iglesia, otro de los participantes en el Congreso Internacional de Arquitectura, cuyo tema es la caja Foto: Cortesía Arquine
Para que determinado tipo de arquitectura sea existosa debe realizarse primero para personas de nivel social y económico alto, señaló en entrevista con La Jornada el arquitecto napolitano Giuseppe Lignano, quien junto con su colega Ada Tolla fundó en Nueva York el despacho Lot-Ek.
Ellos han alcanzado notoriedad en aquella ciudad por su manera de ''refuncionalizar" diversos artefactos industriales, en particular los contenedores de carga, los cuales han transformado en espacios habitables y bellos.
Cuando sus diseños fueron conocidos, varias personas se entusiasmaron: era una buena opción para crear vivienda barata y digna. No obstante, al proponer el proyecto en la Organización de Naciones Unidas, la directora del programa de vivienda social para Africa les dijo: ''si ustedes ponen a vivir a estadunidenses y europeos en este tipo de casas, quizá lo podremos hacer en el tercer mundo. Si empezamos a poner gente pobre en los contenedores pensarían que es discriminatorio", recuerda Lignano, quien participa en el séptimo Congreso Internacional de Arquitectura Arquine.
Agrega que esta idea se basa ''en el estigma que existe con respecto a los objetos viejos y usados. Las cosas nuevas dan estatus. A Le Corbusier le pasó lo mismo cuando empezó a hacer arquitectura con hierro, hormigón y vidrio, sin decoraciones, sin elegancia.
''Entonces tuvo que glamurizar su propuesta, recorrer París para dar a conocer a los intelectuales sus ideas y construir cosas como su unidad habitacional en Marsella. Lo mismo deberá pasar con nuestros contenedores si pretendiéramos convertirlos en vivienda popular."
Ideas casi por intuición
Lignano lamentó que en la actualidad los arquitectos ya no se involucren en proyectos sociales, ''se la pasan haciendo museos, teatros, más museos".
Ada Tolla añade que ''la arquitectura está muy concentrada en hacer cosas para espacios públicos. Lo social no es una preocupación ni siquiera en China, siendo un país comunista. La construcción de casas habitación no les interesa, sólo hacen oficinas, empresas, fábricas".
El despacho Lot-Ek también ha reciclado pipas de gasolina y fuselajes de avión para crear y definir espacios que son parte ''de un proyecto arquitectónico global". Han sido comisionados por galerías en Nueva York y otros clientes de Manhattan para, por ejemplo, insertar un fuselaje de avión en un loft neoyorquino (hace 10 años).
En 2000 utilizaron el fuselaje de un Boing 747 para construir una sala de estudiantes para la Universidad de Washington. También participaron en el concurso del diseño de la nueva biblioteca pública de Guadalajara, Jalisco, en el cual, de nuevo, propusieron la utilización del ''cascarón" de una aeronave.
''Nuestro interés primordial como arquitectos es más conceptual", añaden; consiste ''en determinar cómo el objeto se adapta a la función y viceversa, así como la complejidad de todo esto.
''La idea de hacer casas en contenedores por emergencia o para residencia de bajo costo es muy interesante, pero no la hemos trabajado a profundidad."
Tolla explica que la ideas que diseñan surgen casi por intuición. Al respecto, no consideran que los contenedores sean objetos feos, como muchos podrían pensar.
El mundo de la chatarra ''tiene mucho potencial, es nuestra materia prima. Disfrutamos hacer parecer los objetos algo diferente para lo que fueron hechos. Se establece un diálogo entre la función que tuvieron y la que les damos, y el mismo objeto nos dice cómo va su transformación".
La presencia de los contenedores intervenidos, en los ámbitos urbano y rural, ''es muy fuerte, muchas veces más interesante y con mayor potencial que la arquitectura tradicional, que ha sido creada mediante bocetos y dibujos", considera Lignano.
Entusiasmo entre los jóvenes
Ganadores del premio al mejor diseño interactivo en la Revista Anual de Diseño (2005), Tolla y Lignano son profesores en la Universidad de Columbia y en la Escuela Parsons de Diseño.
Su participación en el Congreso Arquine, como la de otros colegas, entusiasma a los jóvenes asistentes, quienes pagaron entre 450 y 900 pesos para asitir a los tres días de conferencias. Como si fueran estrellas de cine, son perseguidos por cazautógrafos y muchachos deseosos de tomarse fotografías con su artista favorito.
Hoy se realizará la última sesión del congreso con Annete Gijón y Mike Guyer (Suiza), Ana Vélez (Colombia), Rick Joy (Estados Unidos) y la premiación del octavo concurso Arquine al mejor diseño de un museo de sitio para la zona arqueológica de Tulum.