Usted está aquí: domingo 2 de abril de 2006 Opinión Los enemigos de la independencia

Antonio Gershenson

Los enemigos de la independencia

Funcionarios de la Comisión Federal mantienen negociaciones, leemos en estas páginas, con empresas extranjeras para instalar, en Manzanillo, un sistema para importar grandes volúmenes de gas natural licuado, regasificarlo y usarlo en lugar del combustóleo de las plantas eléctricas existentes en la región. La cantidad de gas es muy superior a la que se requiere para ese propósito. El gas natural en general es mucho más caro que el combustóleo. Pero el de las regasificadoras es aún más caro, pues sus precios se basan en los del sitio llamado Henry Hub, más caros que los del sur de Texas.

Tenemos el antecedente de la regasificadora en construcción en Altamira, Tamaulipas. No se necesita tanto gas, entonces contratan muchas más plantas privadas de las necesarias en la región. Doble negocio, cada concurso de una nueva planta privada, cada concurso de gas, y el premio mayor: la regasificadora. La capacidad instalada en esa región es 80 por ciento superior que la demanda máxima coincidente. Desperdicio por todos lados.

Los sistemas anticontaminantes más completos para el combustóleo son más baratos que todo este circo del gas. Pero, ¿cuál es el pecado del combustóleo?, ¡que lo vende Pemex, y entonces no hay concurso! En cambio, con estos otros negocitos, los concursos abundan y cada uno de ellos tiene un ganador agradecido. Esta es una de las motivaciones de iniciar obras de años, y contratar compras de gas caro por 20 años, cuando ya los tecnócratas van de salida. Les quedan meses, y no los quieren desperdiciar, buscan ávidamente que cachitos del país pueden todavía vender.

López Obrador, cuya ventaja en las encuestas es constante y conocida, plantea suprimir las importaciones de gas natural. Ese gas ahora es carísimo, y eso es uno de los frenos de la economía. Unas empresas cierran, otras no realizan nuevas inversiones. Necesitamos un precio nacional, basado en los costos reales de producción del gas en el país, y que será sustancialmente más bajo que el llamado internacional. En realidad ese precio es el de Estados Unidos, porque el de Venezuela, Argelia y otros son mucho más baratos.

Pero ni modo de estar importando gas caro y vendiéndolo aquí barato por tiempo indefinido. Por eso se deben eliminar las importaciones. Y eso es perfectamente posible, pero haciendo lo contrario de lo que hacen los tecnócratas, además de desarrollar electricidad del viento, de la geotermia, del agua, etcétera. Esto se convierte en parte de las medidas planteadas en el proyecto alternativo para recuperar el crecimiento de la economía: bajar el precio del gas.

Entonces, otro de los propósitos de los tecnócratas es el de ponerle piedras en el camino al próximo gobierno. ¿Conque van a dejar de importar gas en tres años? ¡Pues ahí les dejamos suficientes contratos para importar, y bien caro, gas natural durante 20 años! Odian la posibilidad de independencia en materia de un recurso estratégico como es el gas, y quieren dejarnos, en Manzanillo y en Altamira, cadenas que mantengan la dependencia.

Debemos rechazar masivamente semejantes agresiones a la patria. Ya se están acumulando muchas guerras sucias con los espots de televisión y otros medios, insultos y mentiras, la desesperación por su derrota traducida en toda clase de ilegalidades. "Encuestas" de resorte que le suben a la derecha 11 puntos en un mes, sin ningún hecho que los explique, pues su campaña va de capa caída. Y la ofensiva para sacar adelante la ley Televisa. Así como sucedió con el asunto del desafuero, puede llegar el momento en que la gente diga ¡ya estuvo suave! Y vuelva a marchar pacífica, pero masivamente, contra los vendepatrias y los enemigos de la democracia.

 
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