Usted está aquí: lunes 3 de abril de 2006 Cultura Con la música que compongo mantengo vigentes las utopías: Arturo Márquez

Escenificará su cantata Sueños: todavía, para el festival del Centro Histórico

Con la música que compongo mantengo vigentes las utopías: Arturo Márquez

ANGEL VARGAS

Ampliar la imagen El compositor Arturo Márquez, durante la entrevista con La Jornada Foto: Carlos Cisneros

El arte per se es una idea que no tiene sentido para el compositor Arturo Márquez y sostiene que, en su caso, la música ha sido una forma de mantener vigentes las utopías, incluso con la serie de danzones que le han dado fama mundial y lo han colocado ya entre los grandes autores nacionales de todos los tiempos.

Testimonio muy claro de esa posición es su cantata Sueños: todavía, que fue estrenada en el pasado festival Cervantino y con la cual se pondrá punto final, el próximo 8 de abril, al 22 Festival de México en el Centro Histórico, en el Teatro de la Ciudad.

Se trata de una obra de largo aliento concebida a partir de algunos de los movimientos sociales y planteamientos ideológicos que más han cautivado al músico sonorense, según explica él mismo en entrevista con La Jornada. Entre ellos se encuentran la no violencia de Gandhi o el discurso Tengo un sueño, de Martin Luther King.

Con más de una hora de duración e integrada por ocho movimientos, la pieza fue escrita para interpretarse por orquesta, coro, dos solistas, cuatro actores y un cuerpo de danza de 10 bailarines.

Los textos son de Eduardo Langagne y el trazo escénico corresponde a José Luis Cruz. La coreografía es de Rossana Peñaloza y la escenografía del artista plástico Gilberto Aceves Navarro.

Será interpretada por la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, dirigida por el huésped Eduardo García Barrios, y contará con la participación del grupo Pata de Cabra.

-¿Puede considerarse esta obra como un parteaguas o un rompimiento con la manera que ha tenido de componer hasta el momento?

-Definitivamente es una continuación de lo que he planteado musicalmente en los años recientes.

"Digo que es una continuación, porque llego a conjugar una serie de inquietudes ideológicas que muchos traemos desde finales de los años 60, cuando hubo esa gran revolución ideológica en muchas ámbitos. Por ejemplo utilizo un texto que para muchos de nuestra generación es muy importante: Tengo un sueño, de Martin Luther King.

"Con los años fui madurando y me acompañaron muchas ideologías de diversos personajes que fui conociendo a través del tiempo; por ejemplo, el jefe Seattle, líder indio que defendió a su gente en Estados Unidos.

"También recogí el texto de los zapatistas de los años 90, que nos despertó muchas inquietudes e inclusive del que ya he dado cuenta en otras obras. Por supuesto que también incluyo a Mahatma Gandhi, con su sueño de no violencia; a Silvestre Revueltas, con el sueño de la educación musical.

"Un pasaje fundamental, con el que de hecho inicio la obra, es una décima de Guillermo Velázquez, de los Leones de Xichú, que conjuga perfectamente todos los textos que utilizo.

"La cantata se inició a partir de una obra que me encargaron en 2004, que trata justamente el pensamiento de Martin Luther King, y que generó la inquietud de poder prolongar eso con otros personajes que traía en el corazón de muchas maneras.

"Está aquí, por ejemplo, también el sueño de la internacionalización del Amazonas, del documento que escribe Cristovam Buarque con el propósito de salvaguardar los recursos naturales y culturales. También tengo el sueño religioso de los mexicanos, al que denomino el sueño guadalupano."

-Su propuesta en esta obra va más allá de lo musical y abarca también aspectos estrictamente escénicos.

-Estuve muy enfocado hacia lo musical inicialmente, después con el trabajo fueron naciendo las ideas de la escena. Hay dos obras de la cantata que son para danza exclusivamente. De hecho, su nombre es cantata escénica. Puede ser también ejecutada sólo en versión de concierto.

"Es una obra dedicada a los jóvenes, porque desde un inicio la concebí llena de mensajes. Pienso que la juventud de ahora no tuvo esa experiencia ideológica que tuvimos los que éramos jóvenes en los años 60 y 70; es lamentable y terrible observar cómo están perdiéndose muchas de esas ideas profundas que nos hicieron alentar tantos sueños."

-¿Es decir, que la cantata es una de las formas que usted propone para mantener las utopías?

-Podría decir que sí. Cada uno de sus pasajes es eso lo que refleja y propone. Son sueños utópicos, pero que de alguna manera nunca tenemos que dejar de luchar por alcanzarlos.

-¿Pone usted entonces la música al servicio de la ideología?

-Claro que lo hago. Por eso digo que es continuación de lo que he hecho. Hacer danzones es una posición ideológica, de ver una forma musical popular que aunque parezca de museo es parte viva de las ciudades, de la plaza.

-¿Significa esto que no cree en el arte per se?

-Nunca he creído en él. En mi caso, el arte tiene que ver con lo que siento, con lo que estoy viviendo.

-En lo musical, ¿qué es lo que propone en la cantata?

-Sigo experimentado con géneros populares. En el caso de la décima Velásquez exploto el son. Hay ciertas referencias tímbricas de tambor indio en la parte del jefe Seattle; paráfrasis a Sensemayá en la parte de Silvestre Revueltas y referencias de la música brasileña en el pasaje de Buarque.

-¿Considera que ésta es la obra que mejor lo retrata? Y ¿puede ser acaso el antecedente de su primera ópera?

-No considero que sea así. Cada obra retrata a uno en cada momento que vive. Cómo estoy sintiendo y despertando. En ese sentido, sí me retrata por un periodo muy largo de mi vida.

"Sí puede ser preámbulo de una ópera. Tal vez la haga y sin duda tendrá que ver con lo que planteo ideológicamente."

 
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