Fue un férreo opositor al neoliberalismo salinista

Fallece Armando Labra, destacado universitario

JOSE GALAN

El reconocido economista y secretario técnico del Consejo de Planeación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Armando Labra Manjarrez, querido colaborador y socio de La Jornada, falleció la madrugada de ayer por un mal hepático. Tenía 62 años de edad.

Nieto del diputado constituyente Froylán C. Manjarrez e hijo del ex gobernador del estado de México Wenceslao Labra -hombre cercano al general Lázaro Cárdenas del Río y uno de los fundadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI)- y de María Cristina Manjarrez, Armando realizó una sobresaliente carrera en la economía, la academia y la política. Alentó y respetó los valores de la amistad, la honorabilidad, la rectitud, la congruencia con sus ideales, la lealtad y un profundo amor por su familia y por la universidad.

Nació el 9 de mayo de 1943 en Zumpango, estado de México. Egresado de la Escuela Nacional de Economía, realizó estudios de posgrado en la Universidad de California, en Berkeley. Desde 1967 fue profesor universitario. Miembro de número de la Academia Mexicana de Economía Política desde 1986. A partir de 1992, de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, y presidente de El Colegio Nacional de Economistas de 1977 a 1979.

Ocupó diversos cargos políticos. Fue diputado federal por el estado de México en la L Legislatura. Fungió como secretario técnico del gabinete del gobierno del estado de México. En El Colegio Nacional de Economistas, cuestionó la política propuesta en la materia por el equipo del entonces secretario de Hacienda, Miguel de la Madrid Hurtado. En ese tiempo, Carlos Salinas de Gortari, un funcionario menor, encontró en él una dura oposición a las ideas de lo que ahora se conoce como políticas neoliberales. Cuando llegó a la Presidencia, Salinas condenó a Armando Labra al ostracismo.

Entonces se volvió oaxaqueño por adopción. Ahí trabajó más tarde con Diódoro Carrasco como coordinador de asesores del gobernador y representante del gobierno estatal en el Distrito Federal. Cuando Carrasco Altamirano llegó a la Secretaría de Gobernación, Labra fungió como coordinador de asesores del secretario y después como subsecretario de Desarrollo Político. En 2001, Juan Ramón de la Fuente lo nombró secretario técnico del Consejo de Planeación de la UNAM.

En 1988, Armando Labra suscribió el primer documento de la corriente democrática del PRI, junto con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano -con quien mantuvo una amistad cercana- y Porfirio Muñoz Ledo. Seis años después renunció al PRI, cansado de la falta de visión democrática de ese partido.

Ayer, durante la velación del cuerpo, el rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, luego de dar el pésame a María Elena Cardero y a su familia, afirmó que Armando Labra "es insustituible. Teníamos una relación de profunda confianza, de amistad. Me ayudó mucho. Va a ser muy difícil remplazarlo. Había confianza, discreción y compromiso con la universidad. Es una gran pérdida para mí, en lo personal, y para la universidad en su conjunto".

De la Fuente comentó que Armando Labra se había hecho cargo de una colección editorial de obras sobre la reforma del Estado, y que acababa de terminar un volumen sobre la nueva ley de presupuesto, libro será publicado pronto, y que la UNAM aprovechará la ocasión para rendirle homenaje el día de la presentación del volumen.

José Narro Robles, director de la Facultad de Medicina, sostuvo que Armando, "fundamentalmente, era un hombre bueno; un mexicano querido por muchos. Era un hombre de principios que defendió sus creencias con la fuerza de la razón".

Al velorio llegaron familiares y amigos. Entre ellos el propio Cárdenas Solórzano, Diódoro Carrasco, Enrique del Val Blanco, Ifigenia Martínez, Humberto Lira Mora, Heladio Ramírez López, Manuel Camacho Solís, Enrique Jackson, César Buenrostro y tres ex secretarios de Educación: José Angel Pescador Osuna, Fernando Solana y Miguel Limón Rojas.