Ley sobre planeación para la soberanía alimentaria
Debe el Senado reiterarse como contrapeso del Ejecutivo: AMUCSS
La ley de planeación para la soberanía y la seguridad alimentaria y nutricional aprobada en la Cámara de Diputados plasma las demandas de los campesinos y prefigura una propuesta política diferente y viable para el agro, consideró la directora de la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (AMUCCS), Isabel Cruz Hernández.
Con esa ley -que diversas organizaciones campesinas esperan aprueben lo senadores- se evita que el presupuesto rural se convierta en rehén de las negociaciones de los partidos políticos y de los intereses empresariales, dijo. Recordó que el movimiento campesino de 1998 demandó que se incluyera en la agenda legislativa la discusión de una ley similar a la ahora aprobada, con la cual el presupuesto rural adquiere estabilidad y dirección.
En la presentación del libro ¿Tiene futuro la agricultura campesina en México?, de Víctor Suárez, Cruz Hernández, dijo confiar en que el Senado "reivindique su papel de contrapoder del Ejecutivo y muestre que no sólo escucha a los monopolios de la comunicación; que también es capaz de escuchar a los campesinos, de respetar los acuerdos firmados y apoyar con su aprobación la inmediata aplicación de la ley, con miras a la discusión del presupuesto rural de 2007".
Destacó que "un presupuesto rural multianual -como se propone en dicha ley-, con una federalización democrática, da aliento a los campesinos porque se utilizará para hacer viable un plan de desarrollo y dejará de responder a intereses específicos".
Pero, insistió Cruz Hernández, no basta otorgar más dinero: es necesario modificar la gobernabilidad rural, otorgarle mayor poder a las organizaciones de base y promover su integración estratégica.
Armando Bartra, fundador del Instituto Maya, advirtió que no será posible salvar al campo sin líneas estratégicas, sin políticas de Estado y sin un presupuesto multianual. "El reconocimiento de la polifonía de un mundo rural no se agota en la producción de mercancías agropecuarias, por eso la exigencia de una nueva relación entre lo urbano y lo rural, que debe concretarse en un pacto inédito entre los hombres del campo y los de las ciudades, en un nuevo trato entre el Estado y los campesinos."
El agro, destacó, no es un asunto doméstico, porque en un mundo globalizado las visiones ensimismadas no sirven; para reivindicar el fortalecimiento del mercado interno es necesario adoptar una perspectiva global.