Trazas de las Américas se presenta en el Museo de Arte y de Historia de esa ciudad
Muestran en Ginebra la colección Janssen en homenaje a las culturas precolombinas
En todo su esplendor, el acervo de casi 300 piezas se exhibe por primera vez al público
Ginebra, 5 de abril. La han llamado Trazas de las Américas, pero bien pudieron haberle puesto Tesoros de las Américas, porque de ello se trata la colección de los belgas Dora y Paul Janssen, consistente en alrededor de 300 piezas que se erigen como proeza técnica de civilizaciones antiguas, con una increíble variedad de estilos, técnicas e inspiración, a veces barroca y otras de modernidad inconcebible, que abarca al continente entero: de los inuit de Alaska a los mapuches del sur de Chile.
La exposición, que se presenta en el Museo de Arte y de Historia, en Ginebra, Suiza, constituye un homenaje a las culturas precolombinas.
Es la primera vez que la colección Janssen puede ser admirada públicamente y en todo su esplendor.
Dora Janssen explicó su leitmotiv para ese acervo, iniciado en 1970: ''La atracción de lo bello".
Y de todo ello, aquí en Ginebra por estos meses, centro neurálgico de nuestra historia americana desde los orígenes hasta la conquista.
Estos tesoros son objetos raros inclusive para museos. Pero llega el momento en que se le da honor a quien honor merece. Como al oro. Ese oro que tanto buscaron los conquistadores, aquí brilla espléndido; pectorales y joyería de una orfebrería fuera de gama provenientes de Costa Rica, Perú y Colombia.
Tiene lugar predominante y compite en excelencia con las obras en piedra o terracota, remplazando al jade como el bien de prestigio.
Prodigiosa riqueza de Mesoamérica
La excelencia innata de la comisaria de la exposición, Geneviève Le Fort, logró un bello conjunto con la magnífica selección de objetos peruanos donde la cerámica y orfebrería se mezclan con extraordinarios trabajos en textiles y plumas Nazca y Wari.
Se trata de tesoros en piedra, terracota, textil, pluma y orfebrería que ''comprueban la riqueza prodigiosa de estas civilizaciones mesoamericanas y andinas antiguas, donde el mundo está animado y lo sagrado y lo ritual están inmersos en todos los niveles de la existencia humana y divina".
La colección Janssen, ''excepcional" a juicio del propio museo, tiene además la paridad de juicio de lo bello, donde las piezas maestras de las culturas reputadas -olmeca, maya, azteca, mochica e inca- están, vitrina a vitrina, al mismo nivel terrenal que piezas de culturas menos conocidas como la Mezcala, de Guerrero, en México.
Y entre unas y otras destacan obras del estado de Guerrero, del México austral, en las que el artista no se contenta con esculpir los pies, sino hasta darle formas humanas; o un hombre nayarita sentado; máscara en piedra de la cultura teotihuacana o una olmeca en jadeíta azul traslúcida.
Las miniaturas de Mezcala o las terracotas del oeste de México, yugos del juego prehispánico de pelota a la animalería de Veracruz, maya y azteca; la capac hucha, sacrificios y ofrendas incas, en combinación de plata, textiles y pluma.
Exposición multifacética
La exposición Trazas de las Américas es multifacética, pues entre las actividades se incluyen conferencias y seminarios que ilustran sobre el juego de pelota o los enigmas de la cultura Mezcala, la tierra y las plumas, la arquitectura maya y análisis de sus estelas, elites de poder peruano o el arte metalúrgico.
Asimismo, los olmecas como primera ''civilización de la selva" mexicana, reyes mayas entre cielo y tierra, imágenes e instrumentos de sacrificio humano en los aztecas, pues se muestran piezas para todos los gustos, con la inclusión de juegos didácticos infantiles.